Las fuertes lluvias y el desbordamiento de alcantarillas de este viernes por la tarde afectaron al menos a diez familias heredianas que viven en los alrededores del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) cerca de la Universidad Nacional.
Aunque afortunadamente ninguna persona salió herida o requirió traslado médico, muchas de las viviendas quedaron llenas de barro, basura, escombros y algunos electrodomésticos dejaron de funcionar. Para muchos de los lugareños esto es un problema desde hace más de dos décadas que parece no tener solución.
“Este problema tiene más de 20 años, aquí se quedan carros pegados y hay muchas familias con niños, personas mayores y con discapacidad que sufren. Yo tengo una cámara que me avisa y en el trabajo me asusté mucho donde me fijé y vi tanta agua”, expresó Hellen Córdoba, mientras limpiaba e intentaba sacar el agua de su casa.
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“Es más de un metro cincuenta que sube el agua, todos los inviernos vivimos lo mismo y ya estamos cansados. Se nos inunda la casa, se nos dañan los muebles y no hay voluntad política de arreglar este problema”, expresó Mario Garita, un lugareño quien tiene más de 11 años de vivir en Heredia.
Garita agregó que incluso tuvo que ayudar a las personas que quedaron atrapadas dentro de los carros por las inundaciones y que no es la primera vez que una tragedia como estas sucede. Según narró, “los automóviles parecen barcos” cada vez que transitan por esa carretera herediana.
Precisamente, José Garita fue uno de los conductores que tuvo que dejar su vehículo atascado en medio de la inundación y pedir ayuda para poder salir pues el agua ya llegaba casi a la ventana de su automotor, según explicó era tanta la lluvia que no le permitía ver el camino.
“Yo venía bajando hacia Heredia y estaba lloviendo demasiado, ya cuando me percaté tenía el agua encima y cuando intenté echar el carro para atrás ya no pude porque tenía el agua casi por la ventana. Tuve que bajarme con ayuda de vecinos y dejar el carro ahí hasta que bajara el agua, no he intentando encenderlo y no sé si funciona”, relató.
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Jorge Guadamuz, policía municipal de Heredia, confirmó que “hubo mucha afectación en carros y viviendas, hemos contabilizado unas diez casas afectadas de las cuales se está haciendo ahorita actas de inspección de emergencias para ver si requieren algún tipo de ayuda. La emergencia duró unos 30 a 40 minutos”.
Este viernes por la noche se intentó localizar a Ángela Aguilar Vargas, alcaldesa de Heredia, pero no atendió a los números celulares registrados a su nombre.
Tragedia de años
Según los vecinos, ya están acostumbrados a limpiar cada invierno sus casas desde hace más de 20 años, muchos coinciden en que es un asunto que la municipalidad debe resolver y no se hace cargo.
En la misma línea se expresó Hellen Córdoba, otra de las residentes del barrio herediano Jardines Universitarios, quien tuvo que salir corriendo de su trabajo apenas supo de las inundaciones, para ir a ver su casa y a su hermana con discapacidad.
“Cuando llegué aquí estaba todo lleno de tierra, el agua hasta arriba, todo la sala, el cuarto, la cocina, mi baño, todo. La municipalidad nunca ha hecho nada, dicen que tienen otros siete proyectos, dos de ellos en ejecución, pero yo no veo ningún proyecto porque siguen las inundaciones; mi miedo es mi hermana que anda en silla de ruedas, ella solita no puede salir a la calle a pedir ayuda”, agregó.
Según Córdoba, la posición geográfica de ese barrio es uno de los principales agravantes durante el invierno, pues el agua de las urbanizaciones y demás edificios cercanos se empoza ahí.
“Esta problemática no es la primera vez que ocurre debido a la basura y a la mala ingeniería y construcción que hicieron acá. Aunque mi casa queda al fondo de una entrada, toda el agua se metió hasta la cochera y se llenó de basura”, dijo Martín Quintero, un vecino que recogía residuos afuera de su vivienda.
“La alcantarilla que pusieron no soporta la cantidad de agua que pasa aquí. Por fortuna nosotros no tuvimos tanta afectación, pero unos vecinos perdieron electrodomésticos y hasta ropa; ya estamos cansados de esta situación”.
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Nubes del tamaño de una torre
Daniel Poleo, meteorólogo del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), explicó que la causante de los fuertes vientos, la lluvia súbita y los granizos de esta tarde fue una nube cumulonimbus. Estas son nubes densas y potentes, de dimensiones verticales y que son en forma de montaña o de enormes torres.
La de este viernes, en particular, estuvo a unos 15 kilómetros de altura y era relativamente pequeña porque solo afectó el oeste del Valle Central, en Heredia y Alajuela, considerando que existen nubes de este tipo que son cuatro veces más grandes que todo el territorio costarricense, explicó Poleo.
En realidad llovió poco en Heredia, unos 15 mm (15 litros por metro cuadrado), pero en muy poco tiempo, en un periodo aproximado de una hora. Los daños quizá habrían sido mucho más severos si llueven los 30 mm que son el promedio de un aguacero en seis horas.