La madrugada del miércoles 7 de junio, a la 1:42 a. m., el volcán Rincón de la Vieja tuvo una erupción pequeña que elevó la pluma de gases a unos 2.000 metros por encima del cráter. La actividad duró 14 minutos y consistió en dos pulsos, el segundo un poco más energético, pero sin la energía necesaria para producir corrientes de material por los ríos o lahares.
Informes como ese, emitidos por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), son más frecuentes desde marzo, cuando el coloso, situado entre Liberia y Upala, comenzó un ciclo con erupciones frecuentes.
Este domingo 11 de junio hubo tres erupciones freáticas a las 3:57 a. m., a las 5:21 a.m. y a las 5:46 a.m., fueron de baja energía ya que solo expulsaron vapor de agua y gas volcánico, a diferencia de las registradas la tarde del jueves y la mañana del viernes, donde la pluma llegó a unos 3.000 metros con sedimentps expulsados cerca de la laguna.
De casi 150 erupciones ocurridas en lo que va del año, 58 sucedieron en mayo. El 25 de ese mes, por ejemplo, una erupción generó lahares y una pluma de gases de 3.000 metros sobre la altura del cráter activo. Un día después, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) declaró alerta verde, que implica vigilancia constante y la activación los comités locales para atender los distritos de Dos Ríos y Aguas Claras en el cantón de Upala, así como para Mayorga, Cañas Dulces y Curubandé, en el cantón de Liberia.
En esos distritos, al pie del coloso, viven unas 20.000 personas dedicadas mayoritariamente a la agricultura, ganadería y turismo. De ellas, 1.884 son estudiantes en escuelas y colegios, según datos de la Dirección Regional del Ministerio de Educación. En Aguas Claras hay 17 escuelas y 4 colegios con 1.427 estudiantes, y en Dos Ríos hay cuatro escuelas y dos colegios con 457 alumnos.
Los estudiantes, como los de la escuela de Curubandé, ya han practicado evacuaciones, los empresarios revisan la información de seguridad para el turismo, mientras que las autoridades evalúan el estado de los puentes y caminos, ante la eventualidad de un incremento en la actividad del cono, aunque reconocen que han vivido con estas oleadas durante décadas.
De momento, solo la Escuela de Buenos Aires muestra corrosión y herrumbre en varias estructuras metálicas debido a los gases ácidos, informó la directora regional del Ministerio de Educación, Lizbeth Arce Wong. Asimismo, algunos vecinos han denunciado una leve caída de cenizas finas en casas de Mayorga de Liberia, mientras que el sector ganadero de Dos Ríos y Aguas Claras resiente que las aguas, que en tiempos de sequía solían servir como abrevaderos para el ganado, no se pueden usar desde hace varias semanas, debido a la cantidad de químicos que contienen y que incluso han enfermado algunas reses.
Dentro de las medidas obvias ante la nueva realidad, la CNE solicita a la población no acercarse al volcán a observar los lahares, ni tampoco ingresar de manera ilegal al coloso. Mas bien recuerdan que hay que alejarse de las cuencas donde pueden bajar materiales volcánicos calientes, como los ríos Azul, Pénjamo y las quebradas Azufrada y Zanjonuda.
Los entes científicos han descartado que por ahora el volcán vaya hacia erupciones más fuertes, pero aumentaron el nivel de vigilancia de todos los signos tales como gases, temperatura, sismicidad, deformación volcánica y el análisis de cenizas.
Pulsos de magma lo mantienen muy activo
ERUPCIONES MÁS FUERTES HAN GENERADO AVALANCHAS
FUENTE: RSN, OVSICORI, SINAC, MUNICIPALIDAD DE UPALA Y CNE || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Ciclo efusivo
Prácticamente, lo novedoso en el cráter activo del volcán, que está a 1.700 metros sobre el nivel del mar, es que cada día se produce una erupción efusiva, que hay un aumento en la cantidad de erupciones y que salen más gases. Asimismo, en las noches se ha visto incandescencia, similar a la que retornó en 2019, luego de dos décadas sin que se observara.
El vulcanólogo del Ovsicori, Geoffroy Avard, visitó las faldas del volcán la semana pasada y, con la ayuda de un dron, pudo realizar una fotogrametría. Esa imagen reveló que entre el viernes 26 de mayo y el martes 30 de ese mismo mes, el nivel del lago bajó dos metros, debido al material expulsado en las erupciones de esos días, así como a la evaporación.
La lluvia ácida se ha percibido con más fuerza en la cima, donde mucha vegetación está quemada. “En la cúspide se pudo notar que parte del bosque perdió sus hojas por la explosión ocurrida en abril”, dijo Avard.
La cantidad de gas ha pasado de 50 a 300 toneladas diarias, pero se debe principalmente al aumento en los pulsos de las erupciones. Ese incremento todavía no es señal de alarma, enfatizó el científico, pues todavía son parámetros normales. En parte eso también puede deberse a que al vaciarse el lago quedan más expuestas algunas fumarolas cuyos vapores antes eran contenidos por el agua.
El clima de junio ha sido diferente este año, por lo que todavía se observa el volcán durante algunas horas y por eso la gente percibe las erupciones. De igual manera, durante las noches algunos vecinos escuchan el estruendo de las erupciones, así como el paso de los lahares que a veces generan.
En cuanto a los análisis de laboratorio, en 2017 el Ovsicori encontró un 40% de material magmático fresco (juvenil) en las muestras recogidas en el Rincón de la Vieja, mientras que en la reciente actividad, lo más alto que se ha encontrado fue cerca de un 10% en abril y ha bajado a un 5% en las muestras de finales de mayo, lo que implica que no se apunta a un incremento de la actividad en corto tiempo.
Sobre una muestra de azufre que encontró en la quebrada Azufrada el hotelero Mauricio Gutiérrez, vecino de Buenos Aires de Aguas Claras, Avard dijo que es muy parecida a otra que él halló en el río Pénjamo en una visita reciente. Añadió que en otras erupciones anteriores, como las de julio de 2021, ya se había encontrado azufre que bajó de la cima. Sin embargo, la muestra fue entregada a María Martínez, del laboratorio del Ovsicori para documentar el hallazgo y determinar el sitio al que llegó el azufre.
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