Los 627 incendios en vegetación y desechos al aire libre registrados durante la primera quincena de enero no solo superan en 106 eventos la cantidad de acumulada al mismo periodo del año pasado (521), sino que también prenden las alertas del Cuerpo de Bomberos debido a la escasez de agua proyectada para este verano.
Según Luis Salas, director operativo de Bomberos, el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ya les había advertido que la disminución de lluvias generada por el fenómeno El Niño en la segunda parte del 2023 ocasionó una sequía meteorológica que persistirá en ambos litorales este año, lo cual generará un verano más seco y prolongado.
De hecho, ya se atendió el primer incendio forestal de la temporada seca en Santa Cruz de Guanacaste.
A raíz de estas condiciones, indicó Salas, el cuerpo de socorro está trabajando en varios frentes de prevención. En primer lugar, se están emitiendo advertencias a quienes viven o trabajan en estructuras cercanas a charrales o lotes baldíos para instarlos a mantener la vegetación alejada, con una distancia mínima de tres metros.
Ante la alerta del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) sobre la escasez de agua en varias comunidades, también se hace un llamado a las familias a racionalizar el consumo de líquido. Salas sostuvo que colaborar en la prevención de incendios se vuelve crucial para no comprometer el suministro de agua necesario en hospitales, centros educativos y hogares.
Por otra parte, las brigadas de Bomberos se vienen preparando desde octubre pasado con prácticas recurrentes y el alistamiento de equipos esenciales para enfrentar los incendios, como unidades de ataque rápido, palas y drones, entre otros.
Nuevas técnicas
En un esfuerzo por ahorrar agua, los bomberos utilizan equipos de ultra alta presión, lo cual les permite sofocar las llamas con un menor consumo de agua. La presión se ha incrementado significativamente, pasando de 100 libras a más de 2.000 libras en comparación con las líneas convencionales, maximizando así el uso del líquido.
Dicha institución depende principalmente de la red pública para obtener agua, por lo que el aumento de emergencias por incendios afecta la disponibilidad del líquido. En algunos casos de incendios forestales, el agua suele extraerse de riachuelos o ríos cercanos, a pesar de que las distancias a veces son de hasta 10 o 15 kilómetros, según el director operativo.
Hasta el momento, los bomberos han tenido suficiente agua. No obstante, advierten que un eventual incremento exponencial de incendios, podría ocasionar dificultades de abastecimiento y recursos, lo que los obligaría a trasladar personal y equipos desde otras regiones.
Por ello, se insiste en pedirle a la población que evite cualquier tipo de quemas y que mantenga los lotes baldíos libres de basura y maleza, ya que, a partir de este mes, las lluvias disminuyen, aumenta el viento y la humedad se reduce.
Casas en ruinas
Las casas abandonadas, ocupadas por personas sin hogar, representan otra amenaza, ya que suelen ser puntos de origen de incendios debido al consumo de drogas y tabaco. El pasado fin de semana, cerca de plaza González Víquez, al costado sur de la línea del tren, en San José, los bomberos atendieron dos emergencias en la misma estructura en ruinas: una durante la madrugada y otra a media mañana.
Hasta este 15 de enero a la 1:30 p. m. se habían registrado más de 743 emergencias por fuego, lo que equivale a una cada 30 minutos. San José es la provincia con más casos (208), seguida de Alajuela (149) y Guanacaste (138).