Inundaciones graves como las que sufrió Turrialba durante el temporal ocurrido en julio del 2021, con más de 330 incidentes, se podrán alertar con media hora de antelación a unos 40.000 vecinos que viven en el casco urbano de ese cantón cartaginés, cuya población ronda los 71.000 habitantes.
La idea es atenuar la amenaza por el desbordamiento del río Turrialba, cuyo caudal dañó puentes, carreteras, edificios y hasta arrasó viviendas de La Margot, calle Pastor y otras localidades en la cabecera del cantón hace casi dos años.
Aquella vez en 36 horas cayeron 720 litros por metro cuadrado, algo que no se veía en ese cantón desde hacía 80 años, pues el promedio mensual de julio en Turrialba es de 284 litros por metro cuadrado, es decir en dos días llovió más del doble de un mes entero.
Todavía está por decidirse cuál será el mecanismo de alerta, pues cuando llueve fuerte una sirena tiene muy poco alcance, dijo Lidier Esquivel, director de Gestión del Riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
“Estamos valorando hacerlo por medio de una aplicación para la gente de Turrialba o por medio de algún sistema que alerta vía teléfono celular, pues ahora todo mundo usa esos dispositivos. También se trabaja con los medios de comunicación local, para que en caso de emergencia puedan avisar rápidamente”, acotó.
José Alberto Navarro, hidrólogo del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), explicó que la nueva estación que se va a colocar es solo una parte del sistema de alerta temprana que se desarrolla en esta cuenca, en el que participan grupos comunales, la CNE, el Municipio, cuerpos de socorro y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que es el ente auspiciador.
Proyecto a corto plazo
Se escogió el río Turrialba debido a la cantidad de población que se ve en riesgo durante las inundaciones, la recurrencia de las mismas y por ser una cuenca de la que se tiene mucha información.
“Se busca tener una estación meteorológica en la parte alta, que estará en La Pastora de Santa Cruz, en medio del volcán y la ciudad de Turrialba, para alertar por lo menos con 25 a 30 minutos de antelación cuando viene una crecida”, dijo Navarro.
La idea es que todo el sistema de alerta comience a operar en agosto, en medio de una estación lluviosa que en ese cantón podría ser más fuerte que el año pasado, debido a que el Fenómeno de El Niño acarreará desde julio lluvias más intensas al Caribe, cuyo clima suele extenderse a Turrialba.
Según Lidier Esquivel, este sábado seguirán las reuniones en ese cantón con el fin de afinar la capacitación que se brindará en estos meses a los comités vecinales que están muy entusiasmados con el proyecto.
Además de la nueva estación meteorológica, se busca rotular la ciudad identificando las áreas propensas a inundación, las rutas de evacuación y lo que debe tenerse a mano ante una emergencia. Se coordinará sobre los medios de comunicaciones oficiales para definir si las alertas se acompañarán con alguna cortina musical o efecto de sonido.
“Turrialba está en una zona que recibe humedad del Caribe y del Pacífico, por lo que es ideal para un proyecto de corto plazo como este, donde en cinco meses los equipos de vigilancia tienen que estar operando y hasta debe haberse realizado un ensayo o simulacro con la gente”, dijo Esquivel.
El funcionario afirmó que todavía quedan algunas casas que invadieron la franja de diez metros a partir de ambas márgenes del cauce. Agregó que poco a poco se ha ido recuperando ese territorio que tarde o temprano el río va a reclamar.
Todavía faltan trabajos para ordenar esa franja y recuperar espacios en ese y otros ríos como el Colorado y el Tuis. Lo más importante para Esquivel es evitar víctimas y que las pérdidas materiales en caso de lluvias extremas no sean tan elevadas como años atrás. Luego de las crecidas del 2021, el Ministerio de Salud declaró inhabitables 84 casas.
El alcalde turrialbeño, Luis Fernando León, afirmó que en estos meses de verano han dragado ese río, con el apoyo del Servicio Nacional de Riego y Avenamiento (Senara), con un apilamiento de material en la margen derecha, la cual pasa a solo 75 metros del parque de Turrialba.
Confía en que las comunidades desarrollen la capacidad de respuesta ante situaciones súbitas en los distritos de Santa Cruz, Santa Rosa y otros por los que pasa el río Turrialba.
Cuenca empinada
Cada estación de esas cuesta unos $5.000 (unos ¢3 millones) que aporta la OMM, entidad que destinó unos ¢27 millones al proyecto en general.
La cuenca del río Turrialba es tan inclinada que alcanza 4.000 metros de desnivel en un trayecto de 16 kilómetros, por lo que es muy poco el tiempo de respuesta ante una crecida que llega al centro de la ciudad en cuestión de media hora.
Con la nueva estación se tendrán datos en tiempo real, que serán accesibles a cualquier persona que tenga un celular o una computadora a mano, pues habrá una página web dedicada a eso, similar a la que ya existe en Upala y que cada cinco minutos se actualiza, explicó José Alberto Navarro.
El IMN podrá cuantificar la cantidad de lluvias, la humedad, temperatura y el reporte de cuánto crece el río, lo que da pie a montar un modelo hidrológico amplio. “Esperamos que sea una herramienta de gran aporte a la comunidad”, dijo.
Esta estación sustituye la que existía antes cerca del cráter del volcán, que fue desinstalada ya que se estropeó durante las últimas erupciones. Por los cierres que hubo en el Parque Nacional, no se le pudo dar el mantenimiento adecuado. El IMN tiene otras estaciones cercanas en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y en Juan Viñas de Jiménez.