Filadelfia, Guanacaste.
"Vienen apuntan, apuntan y apuntan, pero no recibimos nada. Yo sé que la tragedia es muy grande, pero no hay comida".
Felipe Gómez Gómez, vicepresidente de la Asociación de Desarrollo de Río Negro, en Santa Cruz, Guanacaste, manifestó así su disconformidad pues desde hace tres días tienen a 79 personas en la escuela de la comunidad, afectados por la inundación mas no dispone de alimentos para suministrarles.
La mañana de este viernes, dos vecinos compraron ¢4.000 en pan para dar, junto con café como desayuno a los 19 niños del albergue, dijo Vidalia Ruiz Valle, una vecina.
A 40 kilómetros de distancia, en Filadelfia, cabecera del cantón de Carrillo, el alcalde, Carlos Cantillo Álvarez, informó de que el miércoles recibieron 50 raciones de alimentos para atender la emergencia.
El viernes había 1.200 personas ubicadas en 19 refugios en este cantón guanacasteco. "Hemos autorizado créditos para que los responsables de los albergues compren alimentos básicos en pulperías, pero lo que pasa es que los negocios ya se quedaron sin alimentos", explicó Cantillo.
Se quejó porque en anteriores ocasiones contaban con un furgón con el avituallamiento necesario para atender cualquier necesidad; en cambio, ahora nada.
"No dieron 100 espumas, nosotros podemos comprar, pero aquí en Carrillo no hay negocios que vendan espumas. Enviaron 560 cobijas y ya no hay" para más gente, indicó.
Igualmente, en todo el cantón de Carrillo y algunos lugares del vecino Santa Cruz hay problemas de abastecimiento de agua, pues el sistema funciona con plantas de bombeo, las cuales no funcionan por falta de electricidad.
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Ambos cantones están entre los más castigados por los intensos aguaceros que descargó la tormenta Nate.
En Carrillo, con una población de 32.000 personas, se está distribuyendo agua en camiones cisterna.
Francisco Alemán Alvarez, coordinador de la Comisión Municipal de Emergencia (CME) de Carrillo, expresó que esperan solucionar el problema en las próximos días.
Lugares aislados. En el cantón de Santa Cruz, las comunidades de Ortega y Bolsón permanecían aisladas, debido al desbordamiento del río Cañas. En tanto, en Carrillo, no había acceso a Corralillo y La Guinea.
La Municipalidad de Carrillo dispuso alquilar un helicóptero que cobra $2.000 la hora para llevar alimentos y agua a las más de 1.300 personas que habitan en esas dos comunidades.
"Tuvimos problemas con los permisos para volar. No sé por qué. Eso fue lo que nos atrasó en llevar ayuda a esos lugares", explicó el alcalde.
Para atender esta emergencia, el Gobierno local de Carrillo aprobó un presupuesto de ¢30 millones.