El río Turrialba volvió a amenazar la noche del sábado a los pobladores del centro de ese cantón cartaginés. El embate de sus aguas derribó una casa de dos plantas donde había una llantera, parte del edificio donde funcionaba hasta hace un año la oficina regional del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y socavó un puente.
La caída de los inmuebles ocurrió a escasos 100 metros del parque y de la municipalidad local, lo que evidencia la vulnerabilidad a la que está expuesta la ciudad en casos de aguaceros extremos en las montañas, como el ocurrido este sábado por influencia indirecta de la tormenta tropical Bonnie.
Las corrientes obedecieron a fuertes precipitaciones en la parte alta que, por lo saturado de los suelos, generaron la rápida crecida de ese río, que el año pasado se llevó varias casas y dejó inhabitables otras 78.
Una hora antes de que la creciente del río llegara al centro del cantón, la síndica de Santa Cruz de Turrialba advirtió que bajaba mucha agua, por lo que a tiempo se habilitaron dos albergues en la Suiza y en el centro de la ciudad, los cuales este domingo ya fueron dejados por unas diez familias trasladadas por precaución a esos lugares.
Al recibir la alerta de la corriente, el comité estaba reunido debido a la alerta naranja vigente en ese cantón por la tormenta Bonnie y fue así como se distribuyó el personal a zonas vulnerables y se planificó la movilización para abrir los refugios y mover a las familias.
La crecida del río ante eventos fuertes suele afectar cíclicamente los puntos donde los giros del cauce son bruscos, de modo que las aguas golpean y erosionan las paredes. Así ocurrió donde cayó la casa este sábado, luego el zigzag continúa hasta el sector de la escuela de Sión, y después contra el bastión derecho del puente Blanco.
De acuerdo con Daniel Poleo, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), en menos de seis horas las montañas del Caribe recibieron entre 90 y 100 litros por metro cuadrado (mm) cuando lo normal de un aguacero fuerte son 30 milímetros en ese periodo. Es decir cayó más del triple, debido a la influencia que aún persistía de las bandas asociadas a Bonnie.
Además, había llovido desde el viernes de forma intermitente en las cordilleras, de modo que la cuenca volvió a colmatarse y puso en riesgo a Turrialba.
Golpe de alerta
La emergencia de este sábado ocurre en el mismo punto donde varias viviendas fueron declaradas inhabitables el año pasado. Sin embargo, luego de que cesó la ayuda que por varios meses recibieron las familias para pagar alquiler por parte del Instituto Mixto de ayuda Social, algunos propietarios que estaban a derecho en la zona decidieron volver a sus propiedades, mientras que otros se fueron definitivamente.
“Desde el año pasado remitimos la información al Ministerio de Vivienda y al Banco Hipotecario de la Vivienda y fue hasta esta semana en que curiosamente nos llamaron a una reunión con las familias. Nosotros no tenemos ninguna norma para decirle al Ejecutivo que las cosas urgen, lo único que podemos hacer es mandar notas insistentes”, dijo el alcalde Luis Fernando León.
Hay una cantidad de familias que estaban en cuartos y una especie de apartamentos agregados, ellas no estaban registradas en el municipio, de modo que no tendrán ningún beneficio estatal porque ni siquiera estaban a derecho, agregó el alcalde, con base en un estudio elaborado con drones en conjunto con la Comisión Nacional de Emergencias.
Puente cerrado
Como el río golpeó la base derecha del puente Blanco, hubo que cerrarlo hasta que las valoraciones indiquen si se puede rehabilitar o no, ya que las corrientes falsearon las bases. Se trata de una de las principales estructuras que comunica los poblados del este y el oeste de Turrialba entre sí. Este domingo el comité local de emergencias realiza una inspección con personal del Consejo Nacional de Vialidad, para determinar si hubo más daños estructurales. El cierre obliga a los conductores a recorridos más extensos para movilizarse de un punto a otro.
El año pasado se intervinieron las bases con concreto para reabrir el paso que estuvo cerrado varias semanas. “Ahora se nota que el río, al golpear el puente, comenzó a socavar parte del trabajo paliativo que se había hecho para sostener la estructura. En los seis años que llevo en la alcaldía, mi petición eterna ante el gobierno ha sido que no podemos seguir funcionando con un puente de una sola vía, pues hemos tenido tres eventos fuertes en seis años”, sostuvo.
Agregó que la naturaleza puso en evidencia que urge una estructura nueva que permita la seguridad de que ante un evento fuerte no haya problemas en el principal puente.
Actualmente solo hay paso por el puente de La Alegría, en la parte alta de la ciudad, y el llamado puente Negro, que es del antiguo ferrocarril, ambos de una sola vía.
Vías dañadas
León también indicó que hubo afectación por deslizamientos y daños en la ruta que une Cot de Cartago con Santa Cruz de Turrialba y el centro del cantón. Dicha vía está colapsada en Los Ángeles de Pacayas, por lo que todo el flujo vehícular que sale de Cartago a Turrialba, además de quienes optan por esa ruta alterna para ir a Limón (ante el cierre del paso por el Zurquí, ruta N.° 32), tienen una sola ruta de acceso (N.° 10) y eso sobrecarga el paso.
“El problema que tenemos es que hace un año en Juan Viñas y en la entrada a San Juan norte la ruta tiene paso regulado, porque hasta la fecha no se han atendido los colapsos que dejó el temporal del 2021, de modo que solo un carril se usa en esos puntos”, dijo León.
De igual forma, una ruta del sector indígena de Quebradas, quedó con daños tales que los buses del transporte público no pueden pasar, ni tampoco camiones.
Algunos caminos municipales de la zona indígena de Vereh, que fueron dañados por anegamientos, fueron intervenidos este domingo por maquinaria municipal.
Insistió de nuevo ante el Ministerio de Obras Públicas para las urgentes reparaciones de esa ruta nacional porque la estación lluviosa apenas empieza y ya se ha visto que la ruta 32 tiene laderas inestables que obligan a cierres como el vigente, que ya lleva más de una semana.