No hubo ventilador, ni aguacero vespertino que sofocara los calores que experimentaron los josefinos en los últimos meses. De las camas se desterraron las cobijas y en las conversaciones callejeras no hubo quién no dijera, ¡qué calor!
Los meses de mayo, junio y julio cerraron como los más calurosos en la historia de la ciudad de San José desde que se llevan registros en el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), hace 80 años.
Este incremento ha mantenido niveles récord al compararlo con las temperaturas promedio registradas desde 1942, año en el que el IMN comenzó a registrar datos más detallados y continuos de la temperatura en la capital.
A modo de ejemplo, en 1947 la temperatura media en la capital era de 21,1 °C y en junio pasado escaló a 21,7 °C. Aunque podría parecer una variación ínfima de 0,6 grados, ese aumento significa más calor en el día y en la noche, y la sensación de bochorno.
Este crecimiento sostenido proviene del impacto directo de múltiples factores, como el fenómeno de El Niño y la variabilidad climática natural observada durante periodos de tiempo comparables, atribuida directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial.
Según la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), la ciencia atribuye la tendencia del calentamiento global a la extensión humana del “efecto invernadero”, es decir, el calentamiento que se produce cuando la atmósfera atrapa el calor que se irradia desde la Tierra hacia el espacio.
Para hablar del mes o el año más cálido, las autoridades climatológicas del mundo se basan en la temperatura media, que se calcula promediando las temperaturas diurnas y nocturnas; a diferencia de la temperatura máxima, que generalmente ocurre alrededor de las 2 p. m.
El calentamiento ha afectado de manera uniforme a los tres índices de temperatura que el IMN monitorea: la media, la máxima y la mínima. De estos, la mínima (registrada durante las madrugadas) ha sido la menos impactada.
Por ejemplo, durante el mes de julio, el aumento promedio de la temperatura máxima a nivel nacional fue de 1,2 °C, mientras que la temperatura media aumentó en 0,8 °C y la temperatura mínima en 0,5 °C.
El incremento en las temperaturas comenzó en mayo, cuando el termómetro en la capital alcanzó máximas de 29,3 °C. En junio, este valor se aproximó al récord de San José, establecido en el año 2000, con 30,6 °C.
Hasta ahora, los días más calurosos en San José han sido el 11 de junio, con 30,4 °C, el 13 de junio con 29,7 °C, y el 15 de julio, cuando la temperatura llegó a 29,4 °C.
Capitalinos vivieron el julio más caliente
Ocho de los julios más cálidos han sido del año 2000 en adelante
FUENTE: IMN. || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Carrillo caliente
El director del IMN, Werner Stolz España, afirmó que desde mayo las temperaturas medias han superado los récords de los últimos 30 años en otros puntos, además de la capital.
En el Pacífico y el Valle Central, las estaciones meteorológicas registraron un aumento de 1 °C por encima del promedio en mayo; 0,8 °C en junio y 1 °C en julio.
Santa Cruz (en Guanacaste), Buenos Aires (Puntarenas) y La Garita (Alajuela) son algunas de esas localidades que han experimentado aumentos significativos de temperatura con relación al promedio histórico.
El cantón de Carrillo, en Guanacaste, ha experimentado los tres días más calurosos de todo el país, con registros de 40,8 °C, el 21 de mayo; 40,5 °C, el 27 de abril y 40,4 °C , el 3 de mayo. Se trata de un cantón costero, turístico y agropecuario con poblados que están casi al nivel del mar y otros hasta los 46 metros de altitud. Abarca los distritos de Filadelfia, Palmira, Sardinal y Belén.
Incluso en regiones más frías, como las faldas del cerro Chirripó, se registró la temperatura media más alta jamás observada para el mes de julio desde que comenzaron los registros en ese punto, en el año 2000.
La temperatura récord en ese parque nacional alcanzó los 8,4 °C, superando el promedio histórico en casi 0,8 °C. La estación meteorológica está ubicada 257 metros por debajo de la cumbre del cerro, que tiene una altitud de 3.820 metros sobre el nivel del mar.
Este dato demuestra que en las zonas más frescas del país, los altos picos de temperatura están en consonancia con las tendencias nacionales.
Según Luis Fernando Alvarado Gamboa, coordinador de la Unidad de Climatología del IMN, el aumento de la temperatura en el Chirripó se manifiesta en el hecho de que los valores congelantes (menores a 0 °C) son cada vez menos frecuentes. Por ejemplo, temperaturas de -5 °C ó de -10 °C no se han registrado en muchas décadas.
Lo anterior podría tener un impacto importante en el páramo y las especies de animales que caracterizan a esta zona.
Tendencias similares son notables en Estados Unidos, México, Europa y Asia, según información difundida durante este año por agencias internacionales. De hecho, el 8 de agosto se confirmó que julio se convirtió en el mes más caluroso jamás registrado en el planeta.
Casi un grado más en el Chirripó
La estación en el punto más alto del país también marcó aumento
FUENTE: IMN. || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Múltiples causas en juego
La fase cálida del fenómeno El Niño Oscilación del Sur (ENOS), que comenzó en julio, es una anomalía en las temperaturas del Océano Pacífico Tropical en comparación con su promedio histórico.
Esto ha alterado los patrones atmosféricos a nivel mundial. El ENOS se presenta cada dos a siete años y suele durar uno o dos años. Se espera que esta fase continúe, al menos, hasta marzo del 2024.
Además de los eventos naturales. las actividades humanas también contribuyen al calentamiento global.
Entre estas se incluye el uso de combustibles fósiles, la deforestación, la degradación de ecosistemas, los incendios forestales y las emisiones de gases de efecto invernadero, que atrapan en la atmósfera la radiación térmica emitida por la Tierra y generan un aumento del calor.
Un factor externo que los científicos están estudiando como posible contribuyente al aumento de temperatura es la cantidad de vapor de agua liberada durante la erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, el 15 de enero del 2022.
La erupción de ese coloso, ubicado en un archipiélago del Pacífico sur a 65 kilómetros de la isla de Tongatapu, ha sido uno de los eventos más intensos en la historia humana.
Se estima que se liberaron cerca de 150 millones de toneladas de vapor de agua a la estratosfera (entre 12 y 20 km de altitud), lo que representa un aumento del 15% del agua que normalmente existe en esa parte de la atmósfera, explicó Luis Fernando Alvarado.
A esas alturas, el vapor de agua puede permanecer por varios años. Poco después de la erupción el vapor se concentró solamente en el hemisferio sur, pero con el tiempo se ha extendido a todo el hemisferio norte.
Según Alvarado, aún no se sabe con certeza cuántos grados del aumento de la temperatura se deben a esa erupción.
Se ha demostrado que las grandes erupciones volcánicas afectan el clima del planeta, aunque la mayoría de ellas causaron un leve enfriamiento o bajaron la tasa de aumento. En el caso del Hunga Tonga parece que fue todo lo contrario, pues lo que más lanzó fue vapor de agua.
No obstante, los climatólogos concuerdan en que la mayor parte del aumento es causada por el fenómeno de El Niño y las emisiones de los gases de efecto invernadero que permanecen por mucho más tiempo en la atmósfera.
Más aridez
Hugo Hidalgo León, investigador del Centro de Investigaciones Geofísicas de la Universidad de Costa Rica (UCR), aseveró que cuando el cambio climático se une a las variaciones naturales del clima, y encima de eso se tiene el fenómeno de El Niño, las condiciones calientes afectan más a las personas que trabajan a la intemperie, como agricultores, pescadores artesanales, cuadrillas de servicios y otros.
El científico también explicó que si llueve menos de lo normal, el calor aumenta la aridez de la tierra, pues cuando sube la temperatura la atmósfera demanda más agua de la superficie y, al no tenerla disponible, se rompe el balance natural.
Dicha aridez puede afectar las cosechas y la vegetación natural debido a que los suelos están más secos, así como provocar una reducción en los recursos hídricos y aumentos en los incendios forestales, entre otras cosas.
“También tenemos que el Atlántico y el mar Caribe han estado muy cálidos en estos últimos meses y eso favorece todavía más las temperaturas altas”, aseveró.
Luis Fernando Alvarado, meteorólogo del IMN, destacó que los arrecifes y otros ecosistemas marinos en Costa Rica están experimentando cambios similares a lo que se observa en Estados Unidos y otras partes del mundo.
Planeta se calienta
El pasado 8 de agosto, el observatorio europeo Copernicus advirtió de que julio del 2023 superó significativamente el récord del mes más caliente registrado en la Tierra, al alcanzar una temperatura de 16,95 grados Celsius, un tercio de grado Celsius más alto que el récord anterior, fijado en 2019.
El pasado mes estuvo marcado por olas de calor e incendios a nivel mundial, con una temperatura promedio del aire que fue 0,72 °C más alta que la media registrada en julio entre 1991 y 2020.
Estos récords tienen sombrías consecuencias tanto para la gente como para el planeta, dijo la subdirectora de Copernicus, Samantha Burgess. De hecho, hubo olas de calor mortales en el suroeste de Estados Unidos y México, Europa y Asia.
Algunos estudios científicos inmediatos atribuyeron el fenómeno al cambio climático provocado por la humanidad con la quema de carbón, petróleo y gas natural.
Si se toma como referencia la base de datos de la paleoclimatología, “no se ha experimentado tanto calor en los últimos 120.000 años”, señaló Samantha Burguess.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, sentenció que la humanidad dejó la era del calentamiento global para ingresar en la de la “ebullición global”.
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Ahora aumentan las probabilidades de que el 2023 termine desplazando al 2016 como el año más caluroso. Por el momento, los ocho años más cálidos son los últimos ocho.
El mundo ha entrado en lo que los meteorólogos advierten que podría ser un periodo de varios años de calor excepcional, agravados por El Niño, un patrón climático recurrente, típicamente asociado con condiciones más cálidas en muchas regiones.
“Cuando las temperaturas promedio globales baten récords por márgenes tan grandes, como lo han estado haciendo desde principios de junio, surgen dudas sobre si el clima también está siendo moldeado por otros factores”, dijo Karen A. McKinnon, científica del clima y estadística en la Universidad de California, Los Ángeles.
Esos elementos pueden entenderse menos que el calentamiento global y El Niño.
Juan Carlos Benavides, profesor de la Facultad de Estudios Ambientales de la Universidad Javeriana (Colombia), indicó que una particularidad del cambio climático que se ha presentado este año es el calentamiento de los océanos.
“Esto viene con cierta urgencia desde principios del año. Llevamos semanas con temperaturas de más de 30-35 grados en océanos del mundo, especialmente en el golfo de México”, indicó.
“Puede sonar como no mucho, pero para calentar el agua se necesita de mucha energía y este calentamiento no solo afecta la vida de los organismos que están allí, sino que también influyen en la atmósfera”, advirtió Benavides.