La cámara de un dron captó cuatro diferentes conductos con lava en el cráter del volcán Turrialba. El material identificado se encuentra a unos 250 metros de profundidad.
El dato lo hizo público este viernes la organización Volcanes sin Fronteras, luego de que durante el mes de diciembre y las primeras dos semanas de enero, hicieron varias inspecciones en la cima del macizo.
"Eso significa que la fuente de calor y presión está cerca de la superficie y esto podría generar erupciones de mayor tamaño en un corto plazo", manifestó uno de los vulcanólogos de la organización, Gino González Ilama.
Para el especialista "es posible que se den explosiones un poco más fuertes a las que se han dado en los últimos días".
Precisamente, el pasado lunes 15 de enero, durante la madrugada, el Turrialba hizo una fuerte erupción, según confirmaron el Observatorio Vulcanológico y Sismológico Nacional (Ovsicori) y la Red Sismológica Nacional (RSN). Los residuos llegaron hasta una distancia de 12 kilómetros del cráter, lo que hace presumir que la pluma pudo alcanzar una altura de kilómetro y medio a dos kilómetros. Debido al mal tiempo que imperaba en el país esa erupción no se pudo apreciar.
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El volcán Turrialba, que se mantuvo en reposo durante años, empezó en 1996 a dar señales de mayor actividad, pero no fue hasta el 2007 en que empezó a volverse intensa.
Luego de 146 años de calma, hizo su primera erupción importante el 5 de enero del 2010 y luego, por la fuerza interna, se abrieron dos conductos nuevos en la pared suroeste. Posteriormente, el Turrialba siguió con ciclos de erupciones anuales en el 2011, 2012 y 2013.
Para los especialistas, fue el 29 de octubre del 2014 cuando se marcó el inicio de una actividad mucho más constante del volcán. Ese día hubo una erupción que duró 13 horas y que concluyó con una emanación muy fuerte de 25 minutos. A partir de ese momento, las erupciones anuales pasaron a ciclos con intervalos de 2 o 3 meses de calma relativa, situación que se ha mantenido hasta la actualidad.
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Posted by nacion.com on Thursday, October 26, 2017
Otros hallazgos
En el informe divulgado por Volcanes sin Fronteras,se detalló que la actividad está dominada por una intensa desgasificación en el cráter activo, con explosiones esporádicas, que ocurren aproximadamente cada hora.
"En estas emanaciones se liberan partículas de ceniza que alcanzan alturas superiores a los 300 metros por encima del cráter. "En los alrededores se observan claramente depósitos de esos residuos", dijo González.
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El experto explicó que se recogieron varias muestras en los cuales se comprobó que los fragmentos son bastante hetereogéneos en forma y tamaño, además de que un 95% corresponde a residuos viejos y un 5% de material juvenil, que es el que proviene del magma.
Según el informe de Volcanes sin Fronteras, el Turrialba tiene un sistema abierto donde la actividad está dominada por el sistema magmático.
En abril del año pasado geólogos del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica (UCR) dieron a conocer otra investigación en la cual, mediante la utilización de un dron, permitieron caracterizar la estructura volcánica del Turrialba por su forma.
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Allí lograron determinar que las paredes internas del cráter suroeste exhiben pendientes que superan los 55 grados de inclinación y eso otorga a la boca del volcán una profundidad de 126 metros, es decir, allí cabe 1,5 veces el edificio del Banco Nacional (que mide 82 metros de altura).
En cuanto a lo ancho, el cráter mide 69.000 metros cuadrados, es decir, cubre un área un poco más grande que el Estadio Nacional, y que en el fondo existe un cráter interno que mide 189 metros de ancho desde donde se emiten los materiales volcánicos como ceniza, piroclastos (fragmentos de magma) y gases.