Turrialba. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) acordó impedir el acceso de particulares al Parque Nacional Volcán Turrialba, ante el riesgo de la caída de piedras.
La medida, que fue adoptada por la entidad la semana anterior, fue hecha pública ayer mediante un comunicado.
Iván Brenes Reyes, presidente de la CNE, expresó que la resolución “es vinculante” y pretende el ingreso solo del personal científico, quien debe realizar mediciones.
El funcionario explicó que tomaron en cuenta el hecho de que el volcán, desde el 2010, ha mantenido una alta temperatura, la actividad sísmica es frecuente, subsiste la desgasificación y las erupciones de ceniza. “Debe recordarse que en octubre del año pasado presentó un nuevo elemento en el escenario: el material magmático (salida de piedras que fueron halladas a 700 metros del cráter)”, dijo Brenes.
La restricción de acceso es para un radio de cinco kilómetros alrededor del cráter.
Este anuncio se hace 14 días después de que el ministro de Turismo, Wilhem von Breymann, junto con miembros de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), representantes de la Municipalidad de Turrialba y de medios locales, llegaron hasta el mirador del macizo.
Allí pobladores, como María Gutiérrez Patiño, dueña de una propiedad y comerciante, pidieron la reapertura del parque para reactivar la actividad turística.
Incluso, Pablo Abarca, presidente de Canatur, dijo que solicitarían el ingreso de pequeños grupos de manera controlada.
Otras medidas. Iván Brenes expresó que la decisión también pretende agilizar la reparación de la ruta 417, que comunica la comunidad de La Pastora con San Rafael de Irazú y otra calle que une las comunidades del Tapojo con Las Virtudes.
“El acuerdo permite al MOPT y al Conavi acelerar el proceso de reparación de vías e incluso poder explotar tajos. Eso va a ayudar mucho a la población”, comentó Brenes.
El presidente de la CNE explicó que también se analizó la necesidad de empezar un proceso para reubicar a algunos productores y familias, quienes todavía quedan en la zona peligrosa.
“Muchos son habitantes de muchos años con gran arraigo territorial, otros son arrendatarios. Esto se ha discutido y tiene que empezarse a dar un cambio en el modelo productivo como habitacional de la zona. Hay que ir implementando un proceso de reubicación de las familias como de la parte productiva.
“Estamos ante una situación de una actividad volcánica que va a ser indefinida. Recordemos que son cinco años de actividad continua y más bien tiende a ir evolucionando”, afirmó Brenes.
La Comisión también van a incrementar la capacitación a los pobladores sobre los posibles efectos de la actividad volcánica. “Una erupción no se puede predecir, pero es necesario estar preparados, elaborando a nivel familiar y comunal un plan de evacuación”, informó la CNE.