A las puertas de la próxima estación lluviosa, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) mantiene una vigilancia rigurosa en Aguas Zarcas de San Carlos, ante el riesgo de nuevos deslizamientos en el área donde colapsaron 40 hectáreas, en julio del año pasado.
La alcaldesa Karol Salas informó que el comité local de emergencias realiza visitas al sitio cada 15 días en compañía de geógrafos, topógrafos e ingenieros, con el propósito de proporcionar información a Julio Madrigal, geólogo de la CNE, sobre la evolución de las zonas agrietadas que persisten en las alturas y que podrían causar nuevos desprendimientos de material frágil.
Salas señaló que los informes de la CNE sobre las áreas de riesgo continúan siendo relevantes, aunque el municipio está a la espera de estudios más detallados que la Comisión tiene en proceso, con el fin de ajustar sus planes. Por el momento, en varios puntos de los distritos de La Palmera y Aguas Zarcas se han prohibido actividades comerciales y residenciales, y varias familias han recibido órdenes de desalojo.
La funcionaria resaltó el monitoreo continuo a lo largo de la cuenca, así como los simulacros realizados con los residentes para practicar evacuaciones efectivas en caso de alerta. Los lugareños aún están recibiendo capacitación sobre cómo responder a las sirenas de emergencia recientemente instaladas, por ejemplo. Además, se instalaron cámaras de video para vigilar el cauce del río.
La estación del Instituto Meteorológico Nacional proporciona datos en tiempo real sobre las precipitaciones en la montaña, lo que permite al comité municipal tomar medidas preventivas ante posibles riesgos. Salas enfatizó la importancia de seguir las recomendaciones de la CNE para garantizar la seguridad de las personas y sus familias durante la próxima estación lluviosa.
La peor emergencia
El deslizamiento que ocurrió el 15 de julio del 2023 en la subcuenca del río Aguas Zarcas, dentro del Parque Nacional Juan Castro Blanco, marcó el inicio de una pesadilla para los residentes de esa región en el norte del país. La CNE lo consideró el desprendimiento más significativo en la historia reciente. Se estima que unas 40 avalanchas descendieron por el río Aguas Zarcas y afectaron casas, fincas y comercios en los distritos de Aguas Zarcas, Palmera y Cutris. El material incluso llegó hasta el río San Juan y al lago de Nicaragua.
Según la alcaldesa, esas avalanchas representaron los mayores desastres durante su mandato. Afortunadamente, no hubo víctimas mortales gracias a las advertencias oportunas. Salas recordó una emergencia similar en La Tigra de San Carlos en el 2013, donde 75 viviendas resultaron afectadas y hubo problemas de abastecimiento de agua debido a la destrucción de los acueductos.
Nueve meses después, el Ministerio de Salud está tomando medidas contra quienes no cumplieron con las órdenes de desalojo, trasladando los casos a la Fiscalía. Sin embargo, Jorge Esteban Valenciano, finquero y miembro del comité vecinal de Aguas Zarcas, cuestionó las acciones de ese despacho, al señalar que aún hay recursos de amparo pendientes antes de ejecutar desalojos y aplicar multas.
En cuanto al río, Valenciano mencionó que, a pesar de las intensas lluvias, no ha habido crecidas, ya que el cauce se amplió después de las avalanchas, lo que le otorga una mayor capacidad para manejar materiales inestables.
Los vecinos esperan que se contrasten los análisis realizados por la CNE con los estudios encargados al geólogo Allan Astorga para determinar con precisión las zonas de riesgo. Según Valenciano, mientras este ejercicio no se concrete, más de 300 residentes viven con ansiedad, ya que persisten varias restricciones en el uso del suelo de sus propiedades.
Este finquero, quien tiene un negocio de crianza de cerdos, insiste en que no pretenden confrontar a la CNE, sino llegar a acuerdos y salvar casas y desarrollos comerciales.
Otras zonas en la mira de la CNE
La CNE también está vigilante de otros lugares con potencial de deslizamiento y afectación a poblados, como los cerros de Santa Ana, Mora, Desamparados y Aserrí. Además, en la zona de Los Santos, Acosta y Puriscal, la Comisión lleva a cabo una vigilancia exhaustiva, al igual que en Monterrey de la Fortuna y La Tigra de San Carlos, donde se realizan monitoreos preventivos por tierra, mediante el uso de drones y sobrevuelos de avionetas.
Según la entidad, nuestro país presenta condiciones climáticas muy propicias para la ocurrencia de deslizamientos debido a las precipitaciones durante la época lluviosa. Además, las condiciones geológicas, litológicas y de pendientes contribuyen a esta vulnerabilidad, que prácticamente abarca tres cuartas partes del territorio nacional.