Cuando faltan más de dos meses para que termine la presente temporada de ciclones en el Atlántico (30 de noviembre) ya se alcanzaron los pronósticos previstos para el total de la estación.
Con el huracán Sam, formado la mañana de este viernes y la tormenta tropical Teresa, consolidada horas después, ya son 19 los ciclones del Atlántico en lo que va de este año. Ocho de ellos alcanzaron la denominación de huracán con vientos de más de 117 km/h, siendo Ida el más fuerte hasta el momento, ya que irrumpió en Luisiana, Estados Unidos, con categoría 4.
Las proyecciones iniciales eran de entre 16 y 20 ciclones tropicales y que de ellos entre siete y nueve serían huracanes. De los dos ciclones formados este viernes, el IMN afirma que ninguno representa riesgo para el istmo pues Teresa se formó muy al norte. A Sam se le sigue el pulso, aunque se espera que se enrumbe al norte y no hacia el Caribe.
De acuerdo con Luis Fernando Alvarado, coordinador de la Unidad de Climatología del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) aunque se han formado 11 tormentas y ocho huracanes, la “intensidad media” de la temporada está un 32% por debajo del promedio, es decir, a pesar de que hay más ciclones de lo previsto, la intensidad de la temporada no alcanza aún lo normal.
Lo anterior porque la intensidad se mide por la fuerza de los vientos y la duración de los ciclones. En la presente temporada algunos han sido efímeros y de baja intensidad, según la medida captada por una métrica llamada “energía ciclónica acumulada”.
Con base en las actualizaciones de ocho agencias y centros climáticos, eventualmente faltarían de formarse solo tres ciclones para superar el máximo previsto. Alvarado dice que a pesar de que esas agencias no han realizado ajustes, es un hecho que serán más de tres los que se formen en lo que falta de la temporada, tomando en cuenta que las condiciones atmosféricas estarán más favorables que hace algunos meses.
“Entre agosto y setiembre, las temperaturas del mar en el océano Atlántico Tropical aumentaron significativamente, lo cual sin duda ocasionó que aumentara la frecuencia de ciclones, pues en esos meses se formaron 13 de los 19 que llevamos en esta temporada”, dijo el científico.
Otro elemento importante de la temporada actual es que se han formado más ciclones en el Caribe de los esperados. Por suerte hasta el momento ninguno ha tenido afectación directa o indirecta sobre nuestro territorio, el cual ha sufrido graves daños, pero debido a intensas lluvias propias de la estación, que se han focalizado en regiones como Turrialba y Garabito, entre otras.
En cuanto a los nombres, recordó que, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, a partir de la presente temporada no se volverán a utilizar las letras griegas para denominarlos. Cuando se agote la lista estándar de nombres, se acudirá a una complementaria, por lo que después de Víctor y Wanda (últimos previstos para esta temporada), seguiría Adria.
El IMN no descarta que alguno de los que faltan pueda tener efecto sobre el istmo centroamericano.
El año pasado se alcanzó la cifra récord de 30 fenómenos ciclónicos, la mitad de ellos alcanzó la categoría de huracán. Fueron Eta y Iota los que más daños causaron en nuestro país por efecto indirecto.
Lluvias persistirán en el país
Los aguaceros de la tarde del jueves, que alcanzaron niveles de más de 100 litros por metro cuadrado en puntos específicos, dejaron suelos saturados para las lluvias que seguirán en los próximos días.
En la tarde y noche del jueves el desbordamiento de alcantarillas, ríos y quebradas generó 79 casos de inundación y en una de esos incidentes fue necesario desalojar cinco familias (19 personas) en La Tabla, en Desamparados, quienes fueron llevadas a la capilla de esa localidad, debido al desbordamiento del río Tiribí. De igual manera hubo diez deslizamientos medianos y pequeños.
Según el meteorólogo Roberto Vindas, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), Coronado, el Caribe norte, la región cercana al teleférico en Pococí, Paquera y la zona norte, tuvieron los montos más elevados. La mayoría de las lluvias se concentraron entre las 3 p. m. y las 6 p. m.
Este viernes en el Valle Central las lluvias fueron intermitentes, pero menos intensas que las del jueves, aunque en sectores como Escazú y Mora se reportaron montos considerables. En toda la vertiente del Pacífico llovió, especialmente en los alrededores de las cordilleras y en las penínsulas de Nicoya y de Osa.
Para este sábado se prevé el paso de la onda N.° 38 de la temporada, la cual, pese a ser débil, va a reforzar los aguaceros de la tarde que se espera sean similares a los del jueves, debido a que la zona de convergencia intertropical está sobre nuestro territorio.
“La onda en general no tiende a afectar tanto, pero igual va a llover fuerte por la posición de la zona de convergencia”, dijo Roberto Vindas, quien afirmó que hay suelos saturados en Sarapiquí y las cercanías de las cordilleras de Guanacaste, la parte norte del Valle Central (Heredia y Alajuela) y las penínsulas de Nicoya y de Osa.
Lidier Esquivel, jefe de Investigación y Análisis de Riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), afirmó de que el jueves los 89 incidentes ocurrieron en 34 cantones. En Curridabat, como es recurrente cada año, el desbordamiento del río María Aguilar dejó casas, comercios y vías anegadas. Este viernes los vecinos y dueños de locales tuvieron que remover palos, ramas y barro.
Entre los cantones afectados están Turrialba, San Carlos, Puriscal, Pérez Zeledón, Quepos, Acosta, Siquirres y La Unión.También hubo alertas en Mora, Aserrí, León Cortés, Goicoechea, Bagaces, Parrita, Esparza, Coto Brus, Golfito, Naranjo, Alajuela y Liberia, entre otros, informó la CNE.
Esa entidad pide mucho cuidado a quienes viven cerca de cuerpos de agua o de zonas propensas a deslizamientos, pues para este viernes e incluso el sábado se esperan tardes muy lluviosas y rayería en la mayoría del territorio. Además, llamó a los conductores de vehículos a estar atentos porque las carreteras estarán húmedas y por posibles desprendimientos.