El pasado jueves, el cruzrojista Carlos Miranda se encontraba trabajando en Filadelfia, Guanacaste, cuando recibió un llamado para trasladarse unos 20 minutos al sector de barrio Cuba, en Sardinal, donde una familia estaba atrapada producto de las fuertes lluvias. Al llegar, Miranda logró sacar sobre sus hombros a una niña de ocho años y su gatito, quienes habían quedado a merced de una fuerte corriente que inundó la calle y su vivienda.
“Ella estaba asustada, porque estaba lloviendo muy fuerte en la zona. Yo le dije a ella que tranquila, que la íbamos a sacar, que se agarrara fuerte y que todo iba a estar bien”, narró Miranda en una conversación con La Nación.
La tormenta tropical Sara ha tenido un efecto indirecto significativo en Costa Rica, especialmente en la región Chorotega. Ayer, Guanacaste recibió hasta 305 litros de lluvia por metro cuadrado, cifra que supera en cinco veces la cantidad habitual de precipitación mensual en la provincia. Las lluvias continuas y la saturación de los suelos han ocasionado daños en cultivos, ganadería, viviendas, infraestructuras viales y el sistema de alcantarillado, además de la suspensión de operaciones en el aeropuerto de Liberia.
“Ha sido un poco cansado el trajín, porque nosotros con el grupo de trabajo que tengo nos vamos desplazando por toda la región. Un día estamos en Nicoya, un día en La Cruz, otro día estamos en Filadelfia, en Santa Cruz... Nos han tenido con bastante trabajo por las afectaciones de las lluvias", agregó el cruzrojista.
Miranda explicó que, en el caso de la familia en Sardinal, era necesario rescatar a ocho personas, seis de ellas niños y dos adultos. Al llegar, comprobaron que la calle pública había quedado completamente inundada y se había transformado en una quebrada que levantó el portón de la vivienda y la inundó por completo. Con el agua a la altura de las rodillas, procedieron a ingresar para realizar el rescate.
Lo primero que nos encontramos fue a la niña empapada y con el gatito empapado. Fue lo primero que yo vi.
— Carlos Miranda
Miranda indicó que todos los miembros de la familia fueron evacuados de manera segura y trasladados a un albergue en Sardinal. Además, se efectuó el rescate de otra familia en una calle aledaña, compuesta por tres niños y dos adultos.
El socorrista destacó que, aunque Guanacaste cuenta con el apoyo de comités regionales de Puntarenas, la zona norte, Alajuela y San José, las operaciones han sido complicadas debido a que muchas personas no accedieron a evacuar de manera temprana.
“Hemos incentivado mucho la evacuación temprana. Llegamos a un lugar, temprano, que podemos acceder, y ya nos llaman cuando están de noche y no se puede ingresar a pie. Hay que ingresar con embarcaciones”, comentó.
‘Yo he tratado de desconectarme y enfocarme en ayudar’
Miranda afirmó que el trabajo de los últimos 15 días ha sido intenso y agotador. Al ser consultado sobre cómo se sentía, expresó que se concentra en brindar ayuda, pero también busca momentos de desahogo en su tiempo de descanso y recibe apoyo de la institución.
“A nivel emocional, yo he tratado un poco de desconectarme y enfocarme en ayudar. Ya cuando tengo los tiempos de descanso busco desahogarme un poco de la situación. He pedido ayuda por parte de la institución con una psicóloga que ha estado siempre pendiente conmigo, que me escribe y me llama. En la parte emocional, la Cruz Roja me ha ayudado mucho en descargar un poco la carga que hemos tenido”, relató Miranda.
El socorrista señaló que las labores siguen en curso en la zona, donde las condiciones climáticas permanecen inestables.