El fin de semana se iniciaron las obras para drenar la Laguna de Abrojo, en Corredores de Puntarenas, zona sur del país. Existe peligro de algún alud debido a agrietamientos detectados desde años atrás.
Con maquinaria pesada, se busca abrir una especie de canal. El objetivo es devolver el nivel de la laguna a su estado original y quitarle un peso a la montaña equivalente a 30.000 toneladas.
El volumen de agua se mide en metros cúbicos, pero en este caso la amenaza consiste en el peso que ejerce el exceso de líquido sobre el suelo y, particularmente, sobre la pared oeste de la laguna, que es la que tiene más presión hidrotermal y genera agrietamientos.
En la parte alta de esa zona no hay población, pero en la parte media y baja sí existen varios poblados como Vegas de Abrojo, Abrojo y Coloradito, que estaban a la espera de la intervención.
Esta laguna presenta un proceso de deslizamiento desde 1988, cuando se comenzaron a ver las primeras grietas en el terreno. Ese humedal tiene una superficie de 10.000 metros cuadrados por tres metros de profundidad y actualmente el nivel supera los cuatro metros de profundidad.
El efecto del huracán Otto, en noviembre del 2016, aumentó el nivel del agua.
Unas 17 familias que viven cerca del río Abrojo eran las más propensas al riesgo en Abrojo norte y Abrojo, mientras que en Coloradito de Corredores se exponían a un riesgo indirecto, afirmó Lidier Esquivel, geólogo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
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Las obras van de la mano con un plan de inversión presentado a la CNE por la Municipalidad de Corredores. Con este proyecto se plantea intervenir la laguna, limpiar y canalizar el río Abrojo y reconstruir dos caminos cercanos que resultaron afectados por el huracán Otto.
Las labores tienen un costo de ¢134 millones, según un comunicado de prensa de la Presidencia de la República.
El deslizamiento en la laguna de Abrojo es catalogado por los expertos como complejo, condición que se aplica a megadeslizamientos de terrenos que tienen cientos de años, que involucran grandes volúmenes y que tienen una evolución muy lenta, pero con episodios periódicos de aceleración.
Esquivel explicó que ya se han visto los posibles escenarios de riesgo y que ya se tipificaron las áreas de peligro. Empero, destacó que la mayoría de las casas están en partes altas, ya que en esa zona de Corredores son recurrentes las inundaciones, pues el río se expande hacia los playones en época lluviosa.
Sostuvo que la idea es evitar que, ante un evento extremo, pudieran afectarse algunas vías y unas 20 casas, así como una escuela mediana y dos puentes.
Esquivel enfatizó que la laguna está en el inventario de humedales de Ramsar, por lo que no se busca desaparecerla, sino devolverle el nivel original de las aguas, con lo que se minimiza el riesgo de deslizamientos.
Indicó que esa laguna aparece en los registros desde 1940, y los trabajos se hacen cuidando su prevalencia. Ese humedal recibe el agua de una quebrada pequeña que nace en la parte alta, así como de las lluvias.
Mariano Méndez Miranda, vecino de Abrojo, se mostró satisfecho de ver la maquinaria trabajando, ya que vivían con zozobra y esperando avisos de desalojo en cualquier momento.
Los trabajos en la laguna, el río y los caminos cercanos durarán aproximadamente tres semanas.