Desastres

Deslizamiento deja incomunicadas a más de 200 familias de Chánguena, Buenos Aires

Masa de 1,5 hectáreas afectó el único camino de acceso y el acueducto de la zona

Gran parte de esta ladera fue a dar al río y el único camino de acceso a dos poblados del distrito de Chánguena, Buenos Aires,  quedó cortado. Foto: suminiatrada por Keyna Calderón.
Gran parte de esta ladera fue a dar al río y el único camino de acceso a dos poblados del distrito de Chánguena, Buenos Aires, quedó cortado. Foto: suminiatrada por Keyna Calderón.

El deslizamiento más importante a raíz del temporal que generó el huracán Julia ocurrió en Chánguena, distrito de Buenos Aires, cantón puntarenense de la zona sur, donde más de 1,5 hectáreas de tierra cedieron y parte del gran bloque fue a dar al río del mismo nombre.

De acuerdo con el geólogo Julio Madrigal, de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), en la parte alta del desprendimiento, a unos 500 metros de la corona, hay un pueblo llamado Santa Lucía y luego hay otro poblado que se llama Quetzal, los cuales por ahora no tienen riesgo; sin embargo el único camino de acceso que tienen más de 200 familias que ahí viven, quedó totalmente destruido.

La caída de material cortó el camino que lleva a esos dos pueblos y que arriba se divide en dos para ir a uno u otro sector. De igual manera, quedó destruido el acueducto administrado por la Asada local. Ahora el comité municipal de emergencias busca una salida urgente.

Desde meses atrás, la CNE había visitado ese deslizamiento y recomendó a la Asada buscar otra alternativa para pasar la tubería del acueducto, dado que la movilidad de la masa constantemente generaba daños.

“La gente está incomunicada completamente. Estamos en la fase más alta de la lluvia y por ahora es imposible usar maquinaria, pues es un bloque que se está moviendo. Es algo complicado”, dijo Madrigal.

Ahora los vecinos deben buscar alguna estrategia pues están imposibilitados de sacar los productos agrícolas como frijoles, maíz y otros; así como para salir al pueblo a realizar las compras. En la zona, además, no hay caminos alternos.

La cantidad de material que cayó este fin de semana causó el taponamiento del cauce, pero las fuertes lluvias erosionaron y lavaron ese material que luego corrió aguas abajo, donde dichosamente no hay poblados, de modo que ningún caserío fue afectado.

Lidier Esquivel, jefe de la Unidad de Análisis de Riesgo de la CNE, dijo que los suelos están súper saturados, de modo que sin mucha lluvia se pueden reactivar deslizamientos. Asimismo, cuando el suelo se empieza a secar también hay un cambio de esfuerzos en la masa que a veces genera desprendimientos.

“Lamentablemente en Chánguena queda muy comprometida la estabilidad de la masa. Anteriormente los vecinos han abierto trochas en medio de la masa inestable, porque tienen que pasar, pero es muy riesgoso”, dijo Esquivel.

En este momento se busca alguna opción temporal para el acceso, pero es un hecho que el deslizamiento va a seguir activo al menos por el par de meses que restan a la estación lluviosa en la zona sur.

Todavía la CNE está a la espera de que el tiempo les permita entrar a otras regiones como el cerro San Miguel o cerro de La Muerte, en Pérez Zeledón, donde también hay puntos comprometidos que tienen cerrada la Interamericana Sur, lo mismo que entre Paso Real y Palmar Norte, en esa misma carretera.

Hugo Solano C.

Hugo Solano C.

Periodista en la sección de Sucesos y Judiciales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación Colectiva de la Universidad de Costa Rica.

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