Los recientes deslizamientos en la zona alta del río La Esperanza, ubicados en San Ramón, Alajuela, llevaron a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) a tomar medidas en el cauce, con el fin de evitar que las fuertes lluvias deriven en nuevas crecidas de lodo que perjudiquen a las comunidades aguas abajo.
Lo ocurrido fue una señal que llevó a considerar posibles escenarios futuros, ya que los suelos se encuentran saturados y se han registrado al menos ocho deslizamientos de pequeña escala. Estos desprendimientos arrastraron árboles, lodo y piedras al cauce, lo cual genera preocupación entre los residentes de El Progreso y Pueblo Nuevo de Valle Azul, en San Ramón.
El barro invadió algunas fincas ganaderas, cultivos y al menos cuatro casas de recreo, que se sitúan más cerca del río en las comunidades mencionadas anteriormente. Además, las crecidas también tuvieron impacto en las tomas de agua potable, tal como informaron las Asociaciones Administradoras de Sistemas de Acueductos y Alcantarillados (Asadas) y el comité municipal de emergencias.
Debido a lo anterior, se llevará a cabo una intervención con maquinaria en el río La Esperanza, con el propósito de canalizarlo, limpiarlo y remover el material acumulado en su lecho. Además, se implementarán obras de protección en las márgenes del río, principalmente en la sección cercana a la comunidad de El Progreso. En esta área se ha presentado erosión, por lo que es esencial brindar un mayor soporte para salvaguardar la vida, los servicios y los bienes de los residentes.
Mantener la vigilancia
Según Blas Sánchez, geólogo de la CNE, a pesar de que la reciente inspección en la zona no detectó represamientos, no se puede descartar la posibilidad de que un evento hidrometeorológico desencadene más deslizamientos. Sánchez señaló que la caída de material observada por medio de drones es de reciente ocurrencia, pero cerca de esos sitios se pueden apreciar cicatrices de desprendimientos anteriores que ya eran conocidos.
“Se confirmó el deslizamiento principal y se identificaron otros de menor envergadura en la parte alta del Bosque Eterno de Los Niños”, dijo Sánchez. En esta área se desprendió material que cayó en afluentes del río La Esperanza que, al llegar al cauce, incrementó el volumen del caudal y, por consiguiente, las crecidas.
Los especialistas destacan que las condiciones actuales pueden cambiar en caso de que se produzca un aumento significativo en las precipitaciones y una mayor saturación del suelo en la región. A pesar de que no existe una estación del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) en la zona de los deslizamientos.
Luis Fernando Alvarado, coordinador de la Unidad de Climatología del IMN, confirmó que la institució no cuenta con alguna estación cercana, pues la más próxima queda en Balsa de San Ramón.
El meteorólogo agregó que a partir de lo ocurrido se consiguieron datos con la cooperativa Coneléctricas, que tiene una planta hidroeléctrica en la zona de Peñas Blancas, San Ramón, la cual cuenta con una estación meteorológica que el domingo 13 de agosto registró una avenida de 115 mm. de lluvia entre la 1 p. m. y las 4:30 p. m., lo cual es un aguacero muy intenso (115 mm. en 3 horas y media). Un aguacero normal genera unos 60 mm. en seis horas.