Un inusual calentamiento del mar Caribe se traduce en faltante de lluvias en Limón, provincia que ya venía con dos años de sequía meteorológica, es decir, con lluvias por debajo del promedio. Esta crítica situación climática se ha extendido aún más, afectando ahora a 10 cantones al otro lado del país, en la costa del Pacífico.
Luis Fernando Alvarado, coordinador de la Unidad de Climatología del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), informó que los años 2023 y 2024 serán excepcionales, ya que raramente, y por diferentes motivos se registra sequía en el Caribe y en el Pacífico simultáneamente.
Así las cosas, en el Pacífico Norte (Guanacaste) hay un déficit del 26% en las lluvias. En el Caribe Norte, que se extiende desde la frontera con Nicaragua hasta la ciudad de Limón, es del 44%, cuando esta es la época de los grandes aguaceros en la vertiente Atlántica.
De acuerdo con el Sistema de Alerta Temprana de Sequía del IMN, se mantiene la condición de sequía meteorológica en todo el Caribe y se agrega esa misma condición en el Pacífico para los cantones de La Cruz, Liberia, Carrillo, Santa Cruz, Bagaces, Cañas, todos en Guanacaste, y para Quepos, Parrita, Golfito y Corredores, en Puntarenas.
Karina Hernández Espinoza, meteoróloga del IMN, advirtió que debido a las expectativas de lluvias insuficientes para el resto del año, es posible que otros cantones también se vean afectados por la sequía en un futuro cercano.
Esta evaluación se realiza a través de un índice de precipitación estandarizado, que permite determinar de manera precisa la intensidad y la duración de la sequía en diferentes regiones.
La condición seca en ambos litorales se sale del patrón normal durante periodos por afectación del fenómeno del Niño.
Cada vez que se declara un evento de El Niño, se asocia con un calentamiento en el Pacífico Ecuatorial, lo que normalmente provoca perturbaciones en la presión atmosférica y, como resultado, cambios en la circulación general de los vientos.
Estos fenómenos suelen tener un impacto significativo en las condiciones climáticas de muchas regiones del planeta. Sin embargo, en esta ocasión, el cambio atmosférico necesario para un El Niño completo no se ha consolidado según las expectativas, lo que ha resultado en un El Niño de intensidad más débil.
En condiciones normales, durante un fenómeno de El Niño, se esperaría un aumento de las lluvias en el Caribe, incluso con inundaciones y una disminución de las precipitaciones en el Pacífico. Sin embargo, esta vez no ha sido así en el Caribe, que ha continuado relativamente seco, a pesar de las expectativas de más aguaceros, máxime que los meses de junio, julio y agosto suelen tener un pico lluvioso en el litoral limonense.
En el pasado, explicó el meteorólogo Luis Fernando Alvarado, el aumento de la temperatura del mar Caribe había generado otras sequías en Limón. El pronóstico indica que la condición más seca de lo normal persistirá en el Caribe al menos hasta principios de 2024.
Aunque entre el 22 y el 25 de agosto, el paso de la onda tropical N.° 30 generó condiciones de temporal, el total de lluvia mensual cerró con cifras deficitarias.
Agricultores y ganaderos preocupados
Estas condiciones afectan la producción ganadera y agrícola. Por ejemplo, en Cartago, influenciados por las lluvias del Caribe, los productores están preocupados por la falta de lluvias para sus cultivos.
Sergio Madrigal, secretario de la Cámara de Plantas, Flores y Follajes, confirmó que la falta de lluvias ya incide en la producción.
Él, por ejemplo, como productor de flores en la zona noreste del Valle Central, confirma que los reservorios de agua no se han recuperado debido a que no ha llovido lo suficiente. Ese líquido, que se recoge gracias a los techos de los invernaderos, se reutiliza en los cultivos, pero en la actualidad están consumiendo lo poco que recaudan y no hay reservas para el verano.
Además, las plantas a la intemperie empiezan a sufrir estrés por la falta de líquido y las altas temperaturas y se reduce la producción. En estación la lluviosa, cuando los productores aprovechan para sembrar nuevas plantas, la falta lluvia pone en riesgo que esos “hijitos” peguen.
Luis Diego Obando, director ejecutivo de la Corporación Ganadera (Corfoga), explicó que la situación actual es complicada mas no caótica, porque, aunque hay sequía, todavía hay agua en los ríos y en los pozos y el pasto para los animales sigue verde. Explicó que el problema será más grave en el verano, porque la lluvia que está cayendo actualmente será insuficiente.
Este jueves, justamente, Obando estaba en Nicoya en capacitaciones de la Universidad Nacional para que los ganaderos instalen reservorios de agua llovida para casos como el actual. Aunque no estarían listos para el próximo verano, serían de utilidad para fenómenos futuros.
Además, las pocas precipitaciones reducen el nivel del embalse de Arenal, indispensable para la generación hidroeléctrica. Precisamente, en junio trascendió un incremento del 10,21% en las tarifas del Instituto Costarricense de Electricidad por una mayor dependencia de la generación térmica y las importaciones.
Récord de temperatura
Aunado al déficit hídrico, agosto cerró como el mes más cálido desde que se tienen registros en nuestro país, dijo Luis Fernando Alvarado, del IMN.
Aunque destacó que los datos son preliminares, sostiene que este agosto superó el récord anterior de agosto de 2015, que tuvo un aumento de 0,65 °C. En contraste, este año experimentamos un incremento de 0,8 °C por encima de la media anual.
Alvarado también mencionó que la Organización Meteorológica Mundial confirmó que la Tierra ha experimentado los tres meses más cálidos de su historia reciente.
Además, durante el periodo de enero a agosto de 2023, hemos vivido el segundo año más cálido, solo superado por el 2016, cuando se produjo un calentamiento extremo debido al fuerte fenómeno de El Niño.
En el caso de Costa Rica, Alvarado expresó que “aún no se puede afirmar con certeza que el 2023 será el año más caliente registrado, ya que se requiere información de los meses restantes”. Sin embargo, no descarta esta posibilidad a la luz de los datos actuales.
El Departamento de Datos Meteorológicos del IMN está refinando su análisis, verificando la integridad de los datos diarios, su calidad y que estén dentro de rangos razonables.
En cuanto al día más caluroso de agosto, según la temperatura promedio, varias estaciones coinciden en que fue el miércoles 30.
San José alcanzó los 23,5 °C; Parrita, 28,8 °C; Golfito, 28,9 °C y Limón, 28.°C. En Alajuela fue el viernes 4 de agosto con 25,6°C, mientras que en Liberia fue al día siguiente con 30,3 °C.
En cuanto a la temperatura más elevada, el IMN informa que Filadelfia de Carrillo, Guanacaste, alcanzó 38,3 °C, mientras que en el Valle Central, Concepción, Balsa de Atenas, registró 35 °C, ambos el 6 de agosto.
Desde mayo, el IMN había emitido alertas al observar un aumento de la temperatura.
Para junio, Liberia, Guanacaste, llegó a estar un grado por encima de su promedio histórico, mientras que en Upala, provincia de Alajuela, el termómetro subió dos grados Celsius.
Julio presentó un patrón similar, con días más cálidos de lo habitual en la mayoría del territorio, excepto en el Pacífico sur, donde se mantuvo la normalidad en las temperaturas diarias.
Una de las afectaciones más notorias se refleja en la sensación de calor, humedad y bochorno experimentada tanto de día como de noche.
Estas alteraciones climáticas también pueden impactar el agro pues inciden en fenómenos biológicos periódicos, como el florecimiento de plantas y cultivos (fenología), así como en la migración de aves y el comportamiento de insectos como los mosquitos.
El aumento en la temperatura también puede repercutir en ciertas enfermedades como el dengue, zika y chikunguña, transmitidas por el Aedes aegypti, que son influenciadas en gran medida por la temperatura, siendo más propensas entre los 24 y 29 °C.
El aumento de 1,5 °C en el Pacífico también repercute en la pesca de grandes barcos, pues los pelágicos como el atún, el dorado y el marlín emigran hacia aguas más frías, de modo que los pescadores ya no los encuentran donde antes solían arribar. Eso también genera efectos en cascada en toda la cadena alimentaria y la biodiversidad marina, por lo que los pescadores artesanales también ven reducidas las capturas.
Al incrementarse la temperatura en las aguas superficiales del océano, el volumen aumenta y suelen inundarse zonas costeras, como ha ocurrido en Caldera de Esparza, Parrita y algunos puntos de nuestro Pacífico central.
Se espera que el tiempo continúe siendo más cálido de lo normal en casi todo el país durante el resto del año, excepto en la región que abarca los cantones norteños de Los Chiles, Guatuso y Upala, donde se mantendrán dentro de los parámetros habituales, dice el IMN.
Colaboró en esta información Vanessa Loaiza.