Franklin Cordero Chaves amaneció este miércoles sin un techo para él, su esposa y sus tres hijos menores de edad. El martes, a eso de las 4:30 p. m., la violencia del río Santa Clara le arrancó la mitad de su casa, en la que había vivido durante 17 años, en Santa Rita de Florencia, en San Carlos, Alajuela.
Este recolector de chatarra, de 58 años, recuerda una “llena” muy violenta hace unos 20 años, pero ninguna como la de este martes, que lo dejó a expensas de la buena voluntad de los vecinos. “Ayer fue feísimo. Se nos llevó la mitad de la casa, solo un cuartito nos quedó, la comida y trastes fue lo único que nos quedó”, reconoció resignado, al tiempo en que confía en que la Municipalidad o el Gobierno Central le permitan salir adelante.
Aunque una hermana les ofreció albergue, Cordero quiere que alguien lo ayude a levantar otra vez su casa, en el mismo terreno que se inunda con las lluvias y donde solo quedó en un cuartito de 2x3 metros, sin agua, servicio sanitario, ni cocina. Allí pretenden acomodarse él, su esposa María Gabriela García Suazo, de 40 años, quien estudia primaria en el Cindea de la comunidad, y los menores: María Gabriela, Byron y Brian, de 14, 4 y 3 años, respectivamente.
Santa Rita es una de las comunidades más afectadas por las inundaciones de los últimos días en la zona norte. Esta barriada, llena de viviendas sencillas, corre paralela al río Santa Clara, que este martes se desbordó y arrasó a su paso con viviendas, troncos y sembradíos.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) todavía no tiene un balance definitivo de viviendas con daños parciales o totales; sin embargo, el Cuerpo de Bomberos informó durante la tarde que había 20 inmuebles afectados, de los cuales cinco estaban destruidos en su totalidad.
La zona norte figura entre las regiones con más riesgo ante la inminente llegada de un fenómeno atmosférico con fuerza de ciclón, este viernes, y que traería aún más lluvias al país.
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Precisamente, Flory Cordero Chaves, de 59 años, es otra de las que teme que otra llena se lleve su casa, que también está muy cerca de la ribera del río. Según alega, vive ahí “porque no tenemos a dónde ir”, pero sabe que cada año el río “se come” más y más del patio. Ella vive con sus dos hijos, Jackeline, de 32 años, y Jefferson, de 18, quien tiene síndrome de down. Solo Jackeline aporta a la manutención de la casa y a las necesidades especiales de su hermano.
“Desde el principio temimos por nuestras vidas, yo siempre paso alerta del río, porque nosotros vivimos muy cerca. (...). Me preocupa mi hijo, demasiado, porque él se pone muy nervioso cuando ve esto del río y yo me estreso más”, resumió doña Flory.
El torrente dobló la puerta
“Estaba descansando en mi cama y sentí agua, el torrente dobló la puerta y se me inundó la casa, entró el agua con arena y lodo, me levanté y logré abrir la otra puerta para que saliera un poco del material que estaba entrando, pero se me dañó ropa, electrodomésticos y todo. Aquí cerquita se destruyó un muro, desbarató las baldosas y se llevó el portón de los vecinos”.
Juan Acosta Solano, vecino de Santa Rita de Florencia, narró así lo que vivió este martes por la tarde, cuando los aguaceros generaron múltiples daños en su comunidad. En las últimas 24 horas, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) detalló que el cantón sancarleño se registraron 32 incidentes.
Incluso, en Florencia 22 personas permanecen en un albergue, entre ellos don Juan, quien aunque al inicio no quería dejar su casa, accedió a irse con los rescastistas de la Cruz Roja a las 9 p. m. “Me dijeron que la situación podía empeorar, entonces salí, porque aunque en mi casa la situación estaba más o menos, temí por mi vida”, reconoció este hombre.
Gabriel Quirós Bolaños, coordinador Operativo Regional de la Cruz Roja en San Carlos, mencionó que con ayuda del grupo especializado Ecos evacuaron a la población a sitios seguros, luego de evaluar varias viviendas que presentaban daños considerables.
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