El enjambre sísmico que se registra desde el martes en el flanco este del volcán Tenorio se tradujo, desde este jueves por la tarde, en el cierre indefinido de ese Parque Nacional, como una medida preventiva para los turistas y funcionarios del lugar.
"Los sismos fueron relativamente fuertes y se cerró el Parque para no poner en riesgo a los visitantes. Dependiendo de las condiciones se va a reabrir, pero mañana (viernes) haremos una inspección para ver el estado de los senderos y valorar si hay rocas o árboles con peligro de caer", explicó Alexánder León, director del Área de Conservación Arenal Tempisque (ACAT).
Las autoridades informaron de que el enjambre comenzó luego del terremoto de 7,8 grados en Honduras, cuyo epicentro se localizó a 44 kilómetros del archipiélago de las islas del Cisne (550 kilómetros al noreste de Tegucigalpa).
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De acuerdo con los expertos, en estos casos las ondas sísmicas se propagan por todo el planeta y, en ocasiones, pueden inducir a que algunas fallas se activen.
Leopold Linkimer, especialista de la Red Sismólogica Nacional (RSN), manifestó que el término enjambre se utiliza cuando ocurren varios temblores de magnitudes similares en una misma localización epicentral, separados por poco tiempo, pero con rangos espaciales o temporales que son difíciles de determinar.
"Preliminarmente asociamos los movimientos con las fallas de Caño Negro y Chiquero, pero se sigue trabajando con las metodologías que permiten conocer el origen de los temblores", detalló Linkimer.
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Hasta ahora, la actividad sísmica ha sido percibida más que todo en Tilarán de Guanacaste y Bijagua de Upala, Alajuela; sin embargo, pobladores de Bagaces, Alajuela, La Fortuna, Ciudad Quesada, Puntarenas, Esparza, Abangares y Santa Cruz también reportaron los temblores.
Además, en Aguacaliente de Bagaces, los pobladores expresaron que hubo caída de objetos livianos con el evento de mayor magnitud, el cual ocurrió este jueves a la 1:57 p. m. Este tuvo una magnitud de 5,3 grados y una profundidad de tres kilómetros.
En cambio, en Tilarán se percibieron los sismos, pero no se reportaron caídas de objetos o daños mayores.
"Ayer se sintió uno, pero más débil, en la tarde. En cambio el de hoy ya fue más fuerte, no se cayó nada de la casa, pero si me sorprendió. Me estaba secando el pelo y los perros me avisaron que estaba temblando porque me empezaron a ladrar", relató Anita Monestel, una vecina de barrio El Carmen.
Sin periodos determinados
Linkimer también expresó que un enjambre puede extenderse por varios días o semanas, así que no se puede precisar cuándo se acabaría el que afecta actualmente a la zona norte del país.
"En este caso la actividad comenzó el 9 de enero, el 10 disminuyó, pero este jueves aumentó de nuevo (...). Se va a hacer un recorrido por la zona para determinar algunos factores", añadió el experto de la RSN.
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Posted by Red Sismológica Nacional, Costa Rica on Thursday, January 11, 2018
Por su parte, Marino Protti, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), mencionó que en la zona del volcán Tenorio nunca se ha presentado un enjambre sísmico, por lo que mantienen un monitoreo de la forma en la que evoluciona el fenómeno para mantener la ubicación "al día".
Agregó que de momento no hay reportes de cambios en el volcán debido a los temblores.
Río Celeste cambió de color
Otro de los efectos del enjambre sísmico es que el río Celeste, dentro del Parque Nacional, cambió su coloración y ahora luce con un tono café.
Según geólogos, sismólogos y vulcanólogos, el cambio puede deberse a dos factores: el primero es que un deslizamiento se esté lavando y el segundo que, debido al movimiento, los sedimentos del río suban.
"Una vez que pasa el disturbio, es decir cuando los sedimentos vuelven a caer al fondo, el río recupera su coloración", afirmó Leopold Linkimer.
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Alexánder León, jerarca del ACAT, comentó que esperan que en los próximos días geólogos acudan al lugar a tomar datos y determinen si en realidad el cambio de coloración está asociado con los sismos.
Mientras que la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) atribuyó la pérdida del color celeste a un deslizamiento que llevó material al cauce del río.
En tanto, Jorge Brenes, geólogo del Ovsicori, aseguró que pedirán a la CNE una inspección y, en caso de que el cambio de color persista, harán una valoración de campo.
Esta no es la primera vez que el río Celeste tiene una variación en su color, ya que en el 2002 y en el 2016 se reportaron hechos similares luego de sismos en zonas aledañas.
Precisamente, en julio del 2016, tres sismos de 5,3, 4,0 y 5,1 grados de magnitud momento, los cuales ocurrieron en un lapso de 18 minutos, destruyeron tres casas y causaron daños en otras seis. Todos los inmuebles se localizaban en Armenias y Bijagua de Upala.
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Información actualizada a las 6:55 p. m.