Gravilias, una céntrica urbanización de Desamparados donde viven 16.000 personas, seguirá el año entrante sin una solución contra las inundaciones que históricamente ocurren y que este año cobraron fuerza en cuanto a intensidad y recurrencia. El error histórico fue construir todo el desarrollo habitacional sobre el cauce natural de la quebrada Chilamate.
La recién pasada temporada de lluvias se caracterizó por eventos extremos en cantones al sur del Valle Central como Desamparados, Aserrí y Alajuelita, donde afectó zonas muy pobladas y evidenció lo vulnerables que son las regiones cercanas a ríos y quebradas, como es el caso de Gravilias.
La influencia del fenómeno de La Niña, caracterizado por traer más precipitaciones al Pacífico y el Valle Central, repercutió en las inundaciones que alcanzaron su punto más alto para Desamparados en noviembre y obligaron a evacuar al menos 70 casas fuertemente afectadas, aunque hubo muchas otras con daños parciales.
Aunque para la estación lluviosa del año entrante el Instituto Meteorológico Nacional pronostica que La Niña ya se habrá disipado y migremos hacia una fase neutra, la preocupación de los vecinos es alta, debido a enormes pérdidas de electrodomésticos, muebles, enseres, ropa, alimentos y otros que afrontaron este 2022.
El alcalde a.i. de Desamparados, Santiago Bermúdez, informó de que mientras se concreta la ampliación de las tuberías, que según estima sería el proyecto más importante contra las inundaciones históricas, realizan labores paralelas para disminuir los daños por crecidas que puedan surgir durante la estación lluviosa del 2023.
Afirmó que van a probar el efecto de la hidrovaciadora que tiene la Municipalidad de San José, para quitar taponamientos de basura y materiales arrastrados por la quebrada Chilamate, que en gran parte corre entubada bajo la urbanización. En caso de que funcione, realizarían gestiones para alquilarla e intervenir periódicamente el entubado.
Dijo que recientemente derribaron unas tapias para impedir que se construyeran tres casas que, sin los permisos municipales, se levantaban en la parte alta de la quebrada, invadiendo de nuevo la zona de protección.
Bermúdez añadió que seguirán inspeccionando la naciente de la quebrada, en la loma de Salitral, para recuperar espacios que la gente ha invadido en la cuenca.
De igual forma, esperan dragar el cauce a inicios del año entrante, pero respetando la topografía, de modo que el agua no baje con más velocidad hacia las zonas urbanizadas de Gravilias, donde hay unas 4800 viviendas. Pero todas estas son soluciones a medias.
Inversión multimillonaria
Para la solución de fondo que propone el municipio a los vecinos, se busca que las tuberías subterráneas y superficiales que tienen medio metro pasen a 2,8 metros de ancho. Para eso se necesita concretar un préstamo que se gestiona por medio del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM) por un monto que ronda los ¢850 millones. Estimó que esa tubería tendría una vida útil de entre 75 y 100 años. La idea es entubar parte de la quebrada hasta su salida al río Damas.
Esa iniciativa apenas está en anteproyecto, pero deberán acelerarla, pues los vecinos presentaron un recurso de amparo ante la Sala Constitucional. Según el alcalde, días atrás, los magistrados de esa Sala avalaron el plan remedial propuesto por el municipio, para que en tres años esté concretada la ampliación de los ductos.
Mientras eso ocurre, un equipo municipal va a inspeccionar los puntos obstruidos de la quebrada para realizar limpiezas, lo mismo que el dragado en las partes que no están entubadas.
Craso error
Para Lidier Esquivel, geólogo y jefe de la Unidad de Análisis del Riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), en Gravilias se suma todo lo que no se debe hacer cerca de una quebrada, como taparla y construir sobre ella.
Dice que ahí se invadió la zona de protección y ni siquiera con la construcción del colegio se respetó la servidumbre que fue invadida por el centro educativo, cuyo gimnasio está sobre la quebrada, así como por comercios y casas vecinas. Justo ahí fue donde este año el agua estuvo a punto de llegar al cielorraso de varias viviendas.
Esquivel tiene 32 años de laborar en la CNE y recuerda que desde sus inicios hay eventos repetidos de inundaciones en Gravilias.
Afirma que la suma de errores en ese lugar solo permite hacer intervenciones paliativas para mejorar la capacidad hidráulica y filtrar la gran cantidad de basura que recurrentemente algunos vecinos lanzar a la quebrada Chilamate, causante de los estragos en la zona.
Para Esquivel, la única forma de solucionar la situación es sacando las construcciones del área de inundación, lamentablemente son entre 70 y 100 casas, por lo que ese problema histórico va a seguir, pues considera que el resto de medidas estructurales propuestas solo sirven para atenuar los impactos, pero las inundaciones persistirán.
Considera que se debe decir a los vecinos que la solución y única salida es dar al cauce el camino y el espacio que originalmente tenía, lo cual considera doloroso, pensando en familias que tienen años, arraigo y varias generaciones de vivir ahí.
Ante la imposibilidad de movilizar la población, el escenario de riesgo exige que la gente tenga planes de atención y de respuesta muy bien afinados para esas emergencias.
Municipio desiste de lagunas de retardo
Norman Aguilar Mora, ingeniero topógrafo y catastral recién pensionado, que laboró para la Municipalidad de San José en la atención de puntos críticos de inundación, afirma que para colaborar con el problema de Gravilias puso a las órdenes de la Municipalidad el plan de una laguna de retardo, que busca reducir el caudal de trasiego por ese sector y evitar que los problemas sigan.
Afirma que mediante la construcción de esa laguna se puede controlar la cantidad de agua que pasa por el entubado de Gravilias, de modo que el caudal de salida durante lluvias extremas se reduzca hasta el 50% en comparación con el que entre al lago.
La obra permitiría retener por al menos una hora los caudales pico, para evitar así que se inunden las zonas llanas de la ciudad.
Propuso hacer la laguna en El Porvenir, con volúmenes cercanos a 50.000 metros cúbicos. Admite que existe un costo asociado con la compra de terrenos, la excavación y el mantenimiento, pero afirma que no se debe descartar, ya que ante cantidades de agua como las de este año, el pronóstico es reservado.
En respuesta, el alcalde Barrantes dijo que desistieron de ese proyecto debido a que los estudios realizados por el municipio revelan que la cantidad de agua que corre por la quebrada Chilamate va de 35 a 50 metros cúbicos por segundo, lo que obligaría a hacer una laguna del tamaño de ocho piscinas olímpicas y eso requiere una gran inversión.
Agregó que ya existe una laguna, llamada Marianela, que actualmente está taponada y sin mantenimiento, por lo que analizan la posibilidad de rehabilitarla como sitio de retención. A futuro analizarían si, cuando se amplíe la tubería, se requiere de otra laguna similar.
Según Lidier Esquivel, en un contexto de cambio climático como el actual, es bienvenida cualquier intervención, pero principalmente hay que trabajar mucho con la población en el sentido de que ni la ampliación de ductos ni una laguna de retención resuelven el problema, solo ayudarían a que el impacto sea menor o a disminuir la recurrencia de inundaciones.
Dice que las lagunas tienen un costo muy alto y su mantenimiento requiere una inversión constante de limpieza.
Insiste en trabajar con los vecinos para que no crean que con esos trabajos van a estar seguros, creyendo que se resolverá el problema. “Tienen que estar permanentemente atentos en la época lluviosa”, puntualizó.
A fin de que esos errores no se repitan, el alcalde Bermúdez dice que lo más importante es una actualización del plan de ordenamiento territorial, porque Desamparados creció de forma irregular.
Cuando se construyó Gravilias, se pensó que esa quebrada se podía encauzar y hasta cambiarle el rumbo, por lo que se generó el problema actual. Luego, en los años 80, Desamparados tuvo otro auge demográfico cuando se edificaron las casas de barriadas como Los Guido y Valladolid, en San Miguel.
El plan de ordenamiento ayudará a visualizar dónde van a vivir y trabajar las nuevas generaciones de desamparadeños y las zonas que se deben proteger, así como las comerciales.
Actuar contra el desequilibrio ambiental
Los días 12 y 13 de diciembre se realizó virtualmente el XIV Foro Nacional sobre el Riesgo. Alejandro Picado, presidente de la CNE, señaló que más allá de saber cómo se comportan los fenómenos de la naturaleza y las causas de los desastres, es necesario comprender y actuar sobre el desequilibrio ambiental y la cultura de dominio sobre un entorno natural, pues son, entre otras, las causas subyacentes del riesgo que puede traducirse en un desastre.
Los participantes expresaron nuevas demandas para fortalecer los comités de emergencia y las comunidades; igualmente, hubo interés acerca del marco normativo que regule la reconstrucción y promueva la recuperación post desastre con una visión que incorpore la participación ciudadana.
Este año los comités de emergencias atendieron más de 6.209 reportes por inundación, en Desamparados hubo 459, de modo que junto con Turrialba, Quepos y San Carlos, fueron de los cantones que más demandaron inspecciones.