A las 6:26 a. m. de este sábado las cámaras de vigilancia del volcán Rincón de la Vieja captaron una erupción que elevó a un kilómetro de altura la pluma de gases y ceniza lanzadas por el cráter activo del coloso, situado entre Liberia y Upala.
Para el vulcanólogo Mauricio Mora, de la Red Sismológica Nacional, la interacción con el magma es muy leve y por eso el volcán no acumula gran presión; lo que hace es liberarla con pequeños eventos.
“De momento es una actividad bastante sostenida que no evoluciona hacia algo más grande”, afirmó el científico.
La seguidilla de 20 erupciones en abril y más de 20 en mayo, el cambio en la dirección del viento y una disminución en el nivel del lago cratérico, llevaron a que el 3 de junio la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) sumara a la alerta verde tres distritos de Liberia. Ya estaban bajo esa condición dos distritos de Upala.
El Comité Técnico Asesor, que reúne a expertos en vulcanología con el personal de la CNE, llegó a la conclusión de que al reducirse el nivel del lago, existe mayor presencia de ceniza en las erupciones, lo que provoca su desplazamiento hacia el oeste.
Esa vez vecinos de Curubandé, Mayorga y Cañas Dulces de Liberia percibieron el olor a azufre producto de las exhalaciones de gases del macizo y por eso se les incorporó en la alerta.
Según la CNE, las cenizas y gases que emanan del volcán pueden afectar la salud de las personas con problemas respiratorios, así como a animales y productos agrícolas de zonas cercanas al volcán.
Los sobrevuelos recientes permitieron determinar que el nivel de agua en la laguna bajó, pero al tratarse del lago cratérico más profundo, todavía tiene mucho líquido.
La actual actividad es similar a la de otros años, como el 2006, por lo que aparte del espectáculo visual de las enormes bocanadas que lanza el coloso, los científicos no prevén mayores riesgos.
Por ahora, únicamente previenen a los agricultores de poblados al norte del volcán, como Aguas Claras y Dos Ríos de Upala, sobre corrientes de material ácido que podrían bajar por los ríos y quebradas.
El mayo el geólogo y vulcanólogo Guillermo Alvarado Induni, de la RSN, había alertado por el incremento en la actividad de ese volcán, que en la actualidad es el que concentra el foco de atención de los vulcanólogos, pues el Poás y el Turrialba sostienen una actividad apenas perceptible.