El cierre indefinido del Parque Nacional Volcán Poás dejó sin estrenar mejoras en infraestructura, valoradas en unos ¢763 millones.
La Administración clausuró ese parque por prevención, debido a erupciones freáticas, desde el Jueves Santo (13 de abril), lo cual fue ratificado luego por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), que, además, dictó una alerta informativa (verde) para cinco cantones de Alajuela.
De esta forma, la inauguración de las mejoras, prevista para el 28 de abril, deberá esperar a la reapertura del acceso del turismo al volcán más visitado del país, en una fecha aún incierta.
Así lo expresó Rafael Gutiérrez, director ejecutivo del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).
Según explicó, se construyeron anfiteatros, plataformas en los miradores del cráter y la laguna Botos, aceras, parqueos y zonas de almuerzo.
Además, con el apoyo municipal, se hicieron plantas de tratamiento de aguas residuales y obras pluviales; todo, por un monto superior a $1,3 millones.
Las erupciones han afectado el área que está a unos 600 metros del cráter, donde las piedras han deteriorado vidrios y el techo de la caseta de vigilancia, así como el piso de senderos y algunas barandas. Sin embargo, hasta el jueves pasado, el efecto era relativamente poco.
En las condiciones actuales, los daños se pueden reparar en el término de una semana, pero los arreglos dependen del comportamiento que tenga el volcán en el futuro, dijo Gutiérrez
No obstante, la cantidad de ceniza en senderos, parqueos y casetas, obligaría a un trabajo fuerte de limpieza, si en algún momento se reabriera.
Las piedras no han llegado al centro de visitantes, que está a unos 800 metros del cráter. Este tipo de material es capaz de causar la muerte a una persona, por la velocidad de la expulsión y su alta temperatura.
Los recientes aguaceros caídos en la zona han limpiado la ceniza de la vegetación cercana, pero la acidez del material volcánico podría secar gran parte de esta, si sigue la actividad.
De momento, ardillas y aves, como el junco vulcanero, yigüirros y pájaros carpinteros, son observados cerca por los guardaparques en sus inspecciones.
Impacto directo
Solo en tres días de cierre de la Semana Santa, el Sinac dejó de percibir unos ¢50 millones, mientras que por la clausura subsiguiente han dejado de entrar unos ¢100 millones semanales, dijo Gutiérrez.
“Se trata de un tour que todas las agencias de viajes tenían programado, así como las escuelas y colegios a nivel nacional, que regularmente visitaban el Poás”, dijo.
Ese flujo de personas generaba ingresos para los restaurantes, gasolineras, ventas de fresas y otros comercios cercanos.