Rastros de espuma volcánica, con una apariencia similar a la espuma de jabón, fueron ubicados en el mirador, el parqueo y los baños del Parque Nacional Volcán Poás el viernes anterior.
El material nunca había sido observado en ese coloso ni en ningún otro del país, según confirmó Guillermo Alvarado Induni, vulcanólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR), ante consultas de La Nación.
El especialista explicó que el viernes, a eso de las 8 a. m., la pluma de vapor de agua y gases también lanzó este tipo de espuma que fue descubierta en las estructuras que rodean el cráter.
Agregó que los guardaparques lograron tomar fotografías y luego, cuando los vulcanólogos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) llegaron, el material ya se había disipado y lo que pudieron tomar como muestra fueron las costras y líquidos remanentes.
Aún así, este producto se someterá a análisis químicos para determinar de qué se trata.
Según Alvarado, es un hallazgo muy poco común. Describió la espuma semejante a una baba, rara, hiperácida, hipersalina y con un fuerte olor a cloro.
"La mañana del 20 de setiembre encontramos una espuma volcánica cargada de sales que nunca se había observado, no es común, ni normal, por lo que se están analizando las muestras.
“Se trata de un material sumamente ácido, cargado de sales y cloruro”, explicó Alvarado.
Los expertos informaron de que esa espuma ácida y salina, altamente corrosiva, también fue percibida el sábado.
Un domingo activo
El experto agregó que la erupción freática de tres kilómetros de altura, registrada este domingo a las 8:59 p. m., generó lanzamiento de materiales que quedaron circunscritos dentro del cráter.
Además, en el mirador se encontró ceniza.
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Para el vulcanólogo, la actividad podría considerarse normal, ya que el macizo ha registrado eventos desde abril del 2017.
"El 5 de agosto de este año el lago cratérico se secó y del 6 al 13 de ese mismo mes hubo mucha salida de gases.
“Posteriormente, desde el 11 de setiembre se registran algunas erupciones pequeñas con altibajos, las cuales se mantienen hasta el 17. Sin embargo, el 19 y 20 registramos una lluvia ácida fuerte que afectó la vegetación cercana al mirador, por lo que se alertó a los vulcanólogos y se le ha dado un seguimiento más de cerca”, manifestó Alvarado.
Destacó que probablemente la boca A del volcán esté un poco más ampliada a raíz de la erupción de este domingo, que quedó registrada en las cámaras instaladas en el coloso.
Por su parte, Eliécer Duarte, vulcanólogo del Ovsicori, manifestó que la erupción del domingo fue básicamente de vapor y gases.
Agregó que a esa conclusión se puede llegar porque minutos después de la emanación, pobladores de Varablanca y Cinchona fueron los primeros en reportar el olor a azufre.
Posteriormente lo hicieron los vecinos de Poasito y finalmente de San Luis de Grecia.
“Es una actividad completamente normal del volcán. Lo que se sospecha es que hubo una salida súbita de un exceso de gas. Eso una columna tan alta y que ascendió de manera vertical por la fuerza y que no había viento en la zona”, manifestó Duarte.
Paralelamente, Lidier Esquivel, jefe de Investigación y Análisis de Riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), refirió que los instrumentos sísmicos registraron el domingo la actividad que luego desencadenó en la erupción.
Producto de esta situación, se suspendió el ingreso de turistas este lunes y, en una reunión del Comité Asesor Técnico (CAT) de Vulcanología y Sismología de la CNE, se acordó extender el cierre del Parque Nacional Volcán Poás durante este martes 24 de setiembre.
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El objetivo es tener un periodo de observación de al menos 48 horas, para garantizar la protección de turistas y guardaparques. De no presentarse ninguna eventualidad, se prevé que los visitantes puedan ingresar de nuevo al sitio a partir del miércoles.
“Durante esta ventana de tiempo evaluaremos toda la información de la actividad del volcán, porque se ocupa tener seguridad de qué es lo que está pasando en el coloso y proteger a los turistas que visitan el mirador y a los guardaparques”, mencionó Guillermo Alvarado.
En tanto, Mauricio Mora, experto de la Red Sismológica Nacional (RSN), afirmó que el material que ha caído en el mirador es muy ácido y eso podría vulnerar la salud de las personas, por lo cual es necesaria una valoración más amplia, tomando en cuenta que durante este lunes persistió la actividad sísmica.
“Hay que observar si el patrón se mantiene o cambia”, acotó.
Asimismo, los expertos detectaron nuevas fumarolas.
El acceso al Poás permaneció cerrado durante año y cuatro meses por la constante actividad, que empezó en la Semana Santa del 2017. El coloso abrió de nuevo sus puertas al público en agosto del 2018, pero con otras reglas para los visitantes.
¿Por qué es de cuidado el material ácido?
El material ácido emanado por el macizo puede provocar tos, irritación severa en los ojos y alergias en la piel, principalmente en los menores de edad y los adultos mayores. Sin embargo, el riesgo es para todos.
La semana anterior, en el Facebook de Volcanes Sin Fronteras se compartieron fotografías de ropa desteñida debido a la lluvia ácida.
Según ese sitio, “la lluvia ácida se da por la mezcla de los gases ácidos fuertes, en este caso magmáticos como el dióxido de azufre y ácido clorhídrico con partículas de agua o lluvia”.
La CNE recomendó usar protección respiratoria en caso de caída de ceniza y, en caso de tener enfermedades respiratorias, permanecer en estructuras cerradas.
Colaboró el periodista Carlos Arguedas C.
Información actualizada a las 4:46 p. m. con el dato del cierre para el martes 24 de setiembre.