Con la llegada de la estación lluviosa al territorio nacional, terminará, a inicios de mayo, la temporada de incendios forestales más fuerte de los últimos cuatro años, pues miles de hectáreas, principalmente en las provincias de Guanacaste, Puntarenas y San José se han visto arrasadas por fuegos que mayoritariamente se deben a la acción humana.
Las llamas han destruido 2.550 hectáreas de bosque en áreas silvestres protegidas, según confirmó Luis Diego Román, coordinador del Programa Nacional de Manejo del Fuego, del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
Hasta el 5 de abril se registraban 33 incendios en esas áreas silvestres y otros 115 en áreas de patrimonio natural del Estado y cercanías de Parques Nacionales, donde los 300 brigadistas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinac) han contado con la ayuda de 580 voluntarios para controlar y sofocar las llamas.
En las cifras del Minae, eso significa que la presente temporada ya sobrepasa lo que suman las hectáreas quemadas del 2020 (1.371) y del 2021 (869), pues hasta el 5 de abril, se contabilizan 2.550. Esta última cifra también supera el total de hectáreas quemadas en el 2019, que fueron 2.519.
Luis Diego Román indicó que si se adicionan a esos incendios las quemas en propiedades privadas, territorios indígenas y otros, podrían elevarse hasta 20.000 las hectáreas afectadas este año en todo el país.
Solo en la zona protegida Lomas de Barbudal, Bagaces, el fuego afectó a inicios de marzo un total de 1.715 hectáreas. Factores como vientos, topografía y vegetación dificultaron las labores de control y el fuego avanzó rápidamente. Hasta el momento es el incendio forestal más grande de este 2022.
“Sabíamos que esta temporada iba a ser complicada. Hemos visto mucho cambio en el uso del suelo, principalmente en zonas costeras, donde se nota que eliminan el bosque para construcción de viviendas, así como para labores agrícolas. Algunos finqueros realizan quemas sin autorización e incluso en días de fuertes vientos, por lo que a menudo se salen de control y obligan a Bomberos y al SINAC a realizar esfuerzos costosos y descomunales” dijo Román.
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Bomberos también notan aumento
El 29 de marzo en San Pablo de Turrubares, San José, un incendio grande acabó con unas 1.600 hectáreas de terreno en una zona de parcelas privadas y zacatales que colindan con una sabana natural, patrimonio del estado, llamada cerro Zulay. Los bomberos y brigadistas tardaron tres días en apagarlo.
El Cuerpo de Bomberos registra un total de 55 incendios atendidos, sin contar algunos de los que ocurren en áreas protegidas. En ellos, hasta el 5 de abril las llamas habían destruido 8.600 hectáreas de pastizales, tacotales y bosque secundario. En comparación con el 2021, que cerró con 22 casos, significa un aumento del 150%. Asimismo, casi se duplicó la cantidad hectáreas atendidas por ese cuerpo de socorro en incendios forestales en todo el 2021 (4.400).
Incendios forestales atendidos por Bomberos
FUENTE: CUERPO DE BOMBEROS || / LA NACIÓN.
La recuperación de los terrenos que se queman en cada incendio dura varios años y depende de la región dañada, así como el tipo de vegetación. La fauna también sufre, pues mueren reptiles, mamíferos y aves, cuyos nidos con huevos o crías se queman, de modo que son muchos los animales silvestres que mueren o pierden su hábitat, lo que les obliga a desplazarse.
En Guanacaste nueve de los 11 cantones ha sufrido con el fuego este año en bosques y sabanas. Solo Tilarán y Hojancha no han tenido ninguno. En San José, los bomberos han atendido fuego en fincas de Mora, Dota, Santa Ana, León Cortés, Turrubares y Acosta. En Alajuela, en los cantones de Palmares y Atenas, mientras que en la provincia de Puntarenas las llamas han afectado los cantones de San Vito y Buenos Aires, así como los distritos de Paquera, Chomes y Barranca e incluso en isla Berrugate, cantón de Puntarenas.
Para esta Semana Santa, que concluye este domingo 17, las autoridades pidieron a quienes visitaron fincas o áreas protegidas en zonas rurales que no realizaran quemas ni tiraran fósforos ni cigarrillos encendidos. Además, instaron a no hacer fogatas si había fuerte viento y en caso de incendio avisar de inmediato al sistema de emergencias 9-1-1.
De igual forma, solicitan a los dueños de terrenos, mantenerlos libres de basura y realizar rondas, es decir chapeas hasta dejar divisiones de al menos cinco metros de pura tierra, entre las propiedades colindantes que tengan áreas de vegetación.
Cerca de poblados
Según Álvaro García, jefe de la estación de bomberos en Paquera, Puntarenas, el mes pasado varios incendios afectaron la península de Nicoya. Se sospecha que el vandalismo y las malas prácticas agrícolas fueron las causas de esos incendios que acabaron con unas 500 hectáreas.
La primera alerta surgió el domingo 13 de marzo con dos incidentes simultáneos en Paquera, luego hubo otros eventos consecutivos que el Cuerpo de Bomberos y brigadistas del Sinac tuvieron que sofocar. Los animales y plantas del Refugio Nacional de Vida Silvestre Curú resultaron afectados por la cercanía de las llamas y el humo en uno de esos incendios, pero también se puso en peligro vidas humanas, pues el fuego llegó muy cerca de centros de población.