Desde la 1:30 p. m. los vecinos de El Jardín, en Desamparados, reportaron intensas lluvias y el desbordamiento del río Cucubres, un problema recurrente en la época lluviosa. Foto Alonso Tenorio (Alonso Tenorio)
Los fuertes aguaceros de la tarde de este martes en el sur de la capital y en otros sectores del Área Metropolitana causaron, hasta las 6 p. m., un total de 137 incidentes por inundación, principalmente en el cantón de Desamparados, debido al desbordamiento del río Cucubres y el colapso del alcantarillado, según informó la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
Entre esa estadística, la Comisión también citó el rebalse de la quebrada La Yegua en Nicoya, Guanacaste. Las afectaciones en ese cantón se concentraron en Sámara y en los barrios San Martín, Los Ángeles y El Carmen.
En el caso de Desamparados, la atención de las familias afectadas estuvo a cargo del Comité Local de Emergencias. Aunque varias casas de barrio Jardín, al costado noroeste de la plaza de deportes de Cucubres, tienen muros en la entrada, el nivel del agua los superó.
Según Carol Marín, vecina con 17 años de residir en la zona, la emergencia comenzó a la 1:30 p. m., cuando empezó a llover torrencialmente. Dijo que esta no es la primera vez que del río Cucubres causa estragos, pues hace dos años ocurrió lo mismo; las aguas desbordadas sobrepasaron los muros de las casas y alcanzaron más de un metro de altura. El río arrastró palos, barro, basura, llantas y hasta lavadoras viejas que la gente lanza sin sopesar el daño que provoca.
Marín mencionó que nuevamente tiene que revisar cómo quedaron la refrigeradora, la cocina y los sillones, porque el agua no le dio tiempo de nada. El sábado pasado el río se salió y fue hasta el domingo en la tarde cuando trabajadores del municipio retiraron el barro grueso de la calle, pero no ingresaron a las casas. De hecho, las cuadrillas pidieron agua a los vecinos para remover el barro. Lo mismo ocurre en las inmediaciones de la clínica Marcial Fallas, donde más vecinos resultaron afectados.
Oscar Guillén, del Cuerpo de Bomberos, dijo que desde las 2:30 p. m. se desplazaron a las zonas inundadas para auxiliar a vecinos. En barrio Jardín rescataron a cuatro adultos mayores, de aproximadamente 70 años, y a una mujer embarazada con una crisis de ansiedad. Añadió que más de 15 casas resultaron afectadas y, luego de verificar que no eran necesarios más rescates, dejaron todo en manos del municipio.
Carol Marín teme que la inundación súbita dañara sus electrodomésticos. Cuando el agua entró a su casa no pudo rescatar ni los sillones. Foto Alonso Tenorio (Alonso Tenorio)
![Palos, barrio y troncos son parte de lo que arrastró el río en barrio Jardín de Desamparados. Decenas de casas resultaron anegadas. Foto: Alonso Tenorio.](https://www.nacion.com/resizer/ebNQj3flInVWc7z5j4-o1ND2HhU=/1440x0/filters:format(jpg):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/ODJFNOTQFZFVLL46EKYHK6J2HE.jpeg)
Palos, barrio y troncos son parte de lo que arrastró el río en barrio Jardín de Desamparados. Decenas de casas resultaron anegadas. Foto: Alonso Tenorio.
Además de agua y barro, los vecinos tuvieron que lidiar con troncos, llantas y basura. Foto Alonso Tenorio (Alonso Tenorio)
También atendieron sectores de Alfonso 3 en Aserrí, Los Guido y San Rafael Arriba de Desamparados, donde hubo que rescatar a más de 50 personas amenazadas por las crecidas. En varias localidades de Hatillo 1 también se generaron alertas por los fuertes aguaceros.
En Río Azul de La Unión, Cartago y en Garabito de Puntarenas hubo reportes de deslizamientos en carreteras y en Nicoya también se atendieron anegamientos. Según Alejandro Molina, coordinador operativo nacional de la Cruz Roja, en los alrededores del Hospital La Anexión, Nicoya, las inundaciones obligaron a los socorristas a trasladar a seis adultos y tres niños hasta un lugar seguro.
Combinación de fenómenos trajo fuertes lluvias
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) reportó que el paso de la onda tropical N.º 15, junto con la interacción con la zona de convergencia intertropical, generaron aguaceros focalizados que rápidamente saturaron las cuencas.
El aviso emitido a las 5 p. m. por el IMN indicó que los acumulados máximos de lluvia en Santa Cruz y Santa Rosa de Guanacaste, así como en Río Nuevo y Buenos Aires en el Pacífico Sur, Upala en la Zona Norte, y Piedades de Santa Ana en el Valle Central, rondaban entre 50 y 77 litros por metro cuadrado o milímetros (mm).
Se espera que la onda tropical abandone el país avanzada la noche. El análisis de imágenes satelitales y de radar reveló fuertes núcleos convectivos generadores de lluvias en los alrededores del golfo y península de Nicoya, en Guanacaste, y en sectores costeros del Pacífico Central y Sur.
![Inundación en barrio San Martín, Nicoya. (Foto: suministrada)](https://www.nacion.com/resizer/i3ftvUDWte7dXNC2AUcLRvjoHnc=/1440x0/filters:format(jpg):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/YW56SZ72DBGX3GITMDJXGTT2LA.jpeg)
Inundación en barrio San Martín, Nicoya. Foto: CNE
Se recomienda precaución por las precipitaciones en zonas montañosas del Caribe, como el Parque Nacional Braulio Carrillo, la zona norte, Turrialba, y el este de la cordillera de Talamanca. Se espera que estas regiones presenten las precipitaciones más fuertes a lo largo de la noche. Las lluvias en Guanacaste y zonas costeras del Pacífico se mantendrán variables durante la mayor parte de la noche, decreciendo progresivamente.
Las montañas del Pacífico Sur, partes bajas cerca de las costas del Pacífico Central y el Pacífico Sur, y las montañas de la zona norte colindantes con el Valle Central son las áreas más vulnerables a deslizamientos e inundaciones.
Para este miércoles, se espera la influencia indirecta del huracán Beryl en su ruta hacia Jamaica y la parte norte del istmo centroamericano, lo que podría provocar lluvias intensas y más emergencias por inundación o desprendimientos de tierra. El ciclón pasará a más de 1.000 kilómetros de Limón.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) mantiene la alerta naranja en todo el territorio, excepto las costas del Caribe, que tienen una alerta mínima por ser, hasta ahora, las menos afectadas.
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Colaboraron la periodista Vanessa Loaiza y el fotógrafo Alonso Tenorio.