San Carlos. Un deslizamiento de un millón de metros cúbicos (se ocuparían 71.428 viajes de vagonetas para trasladarlo) amenaza a seis poblados en el cantón de San Carlos.
Ese terreno, que se ubica en las márgenes del río La Esperanza, en el distrito de Cutris, San Carlos, fue detectado desde el 2003 y una pequeña porción (todavía no se ha podido medir) se desprendió el sábado pasado.
Precisamente, ese día, la región fue afectada por un fuerte aguacero, que generó al menos 20 deslaves en otros cerros, y que cayeron en quebradas como Las Viudas y Steller y al río La Tigra.
Ese día hubo varias cabezas de agua que afectaron a La Tigra centro, San Miguel, calle Retana, San José, Las Palmas, La Lucha, Los Cerritos y Los Ángeles.
Wálter Fonseca Bonilla, jefe de Operaciones de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), dijo que las fuertes correntadas dañaron siete puentes, dos en carreteras nacionales y cinco municipales.
Además, 75 viviendas presentaron daños, cinco de ellas con pérdidas totales y 20 con afectaciones moderadas. Las restantes 50 sufrieron anegamiento y la pérdida de electrodomésticos y ropa.
Hasta ayer, permanecían 52 personas, provenientes de 10 familias, en un albergue en el salón comunal de La Tigra.
En la región hay problemas de abastecimiento de agua porque las fuertes correntadas destruyeron las tuberías de los acueductos.
Ayer permanecían sin agua las comunidades antes citadas, así como Santa Clara, El Molino y La Vega del distrito de Florencia de San Carlos.
Riesgo. Rolando Mora Chinchilla, director de la Escuela de Geología de la Universidad de Costa Rica (UCR), comentó que el deslizamiento La Esperanza lo detectaron en el año 2003, cuando se hizo un estudio sobre el área afectada.
Agregó que la investigación se efectuó, pues hubo un deslizamiento de 175.000 metros cúbicos.
En un informe que preparó en aquel momento puntualizó: “El deslizamiento La Esperanza ha sido reactivado por la remoción de su parte frontal, la cual actuaba como soporte pasivo”.
Mora dijo que el 31 de julio volvió de nuevo a la zona porque los vecinos observaron que el terreno se estaba moviendo.
“Hasta el 29 de julio, según las mediciones de los vecinos, y que yo verifiqué, durante 10 años se movió a una velocidad de dos milímetros por día. Luego, el 30 de julio se movió 12 milímetros, y el 31 de julio, que fue el pico 254 milímetros (o sea 25 centímetros), y luego siguió deslizándose 40 milímetros por día”, expresó Mora.
Rolando Mora y los vecinos manifestaron que el temor es que el material llegue hasta el río La Esperanza, que se encuentra a unos 50 metros de distancia, y lo pueda taponar. En las partes bajas del río se ubican lugares como La Tigra, asentamiento El Futuro, La Lucha, El Progreso, Los Criques y Valle Azul, entre muchos otros.
El sábado anterior hubo un pequeño desprendimiento que llegó hasta el río, pero, al parecer, no produjo mayores daños.
La CNE informó de que en un sobrevuelo, donde participaron los geólogos Julio Madrigal e Ignacio Bustos, se descartó un represamiento en la zona montañosa.
Sin embargo, en un comunicado de prensa, la CNE detalló que los geólogos advirtieron de que notaron mucho material suelto, que podría desprenderse si las condiciones lluviosas continúan.
La CNE pidió a los vecinos de la zona extremar las medidas de seguridad y estar muy atentos al comportamiento de los diferentes ríos o quebradas.
Menos lluvia. Eladio Solano, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), dijo que para la noche del lunes se esperaban lluvias en el Caribe sur y pocas en la región norte.
Agregó que el país estará influido hoy por una masa de aire seco que se espera disminuya las lluvias. “De hoy martes y hasta jueves, hay poca lluvia o casi nada” .
Solano comentó que el sábado, en la zona norte, se registró un máximo de 200 litros de agua por metros cuadrados en seis horas.