En cuestión de 15 días, entre el 29 de setiembre y el 13 de octubre, seis personas fueron halladas sin vida después de incendios atendidos por los bomberos en Guatuso, Upala y San Rafael de Alajuela; así como en Santa Bárbara de Heredia.
Todas las víctimas, incluidos dos adultos mayores, murieron en casas de habitación y durante emergencias ocurridas entre la noche y la madrugada.
Esta seguidilla mortal eleva a 12 el número de decesos en la atención de estructuras incendiadas en lo que va del año, cifra que supera las ocho muertes registradas el año pasado y las ocho del 2022.
De acuerdo con Allen Moya, jefe de Ingeniería de Bomberos, en el 2021 fallecieron 15 personas en incendios, y el 2018 fue un año crítico, con la cifra más alta de la última década: 31 decesos.
El 29 de setiembre pasado, Gregorio Andino Rodríguez, de 57 años; su esposa, Lidia Barrera, de 62; y la hermana de esta última, Mercedes Barrera, de 49, fallecieron en un incendio ocurrido en El Edén de Guatuso. Al parecer, una fuga de gas originó las llamas que consumieron la casa mientras dormían.
Cinco días después, el sábado 5 de octubre, otra mujer murió en un siniestro ocurrido en su casa, en Jesús de Santa Bárbara, en Heredia. La víctima fue identificada con el apellido Calderón, de 34 años. Toda la estructura, de 200 metros, quedó destruida y, de momento, se desconocen las causas del siniestro.
La noche del 10 de octubre, Laureana López Obregón, de 85 años, murió carbonizada en el pequeño aposento de madera en el que descansaba en Delicias de Upala. Las primeras investigaciones sugieren que las llamas, que se habrían originado a las 10:30 p.m., fueron causadas por una vela o por una espiral de las utilizadas para ahuyentar insectos.
Más recientemente, el 13 de octubre, poco después de las 4:30 a. m., un hombre de 74 años falleció en un incendio que consumió una vivienda en San Antonio de El Roble, Alajuela. Las causas del fuego todavía se desconocen.
Si el fuego se inicia en las noches o en las madrugadas, cuando las víctimas duermen, estas tienen menos capacidad de reacción. Además, la inhalación de gases puede adormecerlas antes de que el calor o las llamas las despierten.
En el horario nocturno hay menos visibilidad, es más difícil detectar obstáculos en la oscuridad y las casas muy cerradas, quizá con una sola puerta de salida, se convierten en trampas mortales, especialmente cuando las familias no ensayan una ruta de evacuación.
8 murieron en sitio y 4 en hospitales
Incendios mortales en cinco provincias
FUENTE: Bomberos || Infografía / LA NACIÓN.
Cada vez que se controla un incendio en una propiedad y se encuentra una persona fallecida, la investigación realizada por los bomberos pasa al Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que determina si la muerte fue causada por el fuego o para encubrir un homicidio, por ejemplo.
Uno de esos casos fue la muerte de María José Calvo, de 26 años, ocurrida en La Capri de Desamparados. Ella fue hallada en el segundo piso de una casa incendiada el 16 de noviembre del 2020 y la autopsia determinó que tenía un impacto de bala en la cabeza que la mató antes del incendio. Ese caso quedó impune, y el sospechoso fue liberado.
En otro caso, en San Francisco de Dos Ríos, Danna Batista Milian, una madre de 29 años fue condenada en el 2019 por incendiar la casa donde murieron sus dos hijos, de 10 y 8 años, el 26 de abril del 2018. La mujer les bloqueó la salida con un sillón tras rociar gasolina en el cuarto e iniciar un fuego.
Incendios en dormitorios
Según las estadísticas de Bomberos, la mayoría de los incendios se originan en dormitorios (35%).
Ese fue el caso de la tragedia que ocurrió el 14 de marzo pasado en una casa localizada detrás del Ebáis de Sixaola, en el cantón de Talamanca, Limón, donde murieron unos gemelitos de un año.
Al lugar llegaron tres unidades de bomberos que controlaron las llamas, originadas en un aposento de nueve metros cuadrados. El niño falleció en el Ebáis a causa de las lesiones, mientras que su gemela murió en el Hospital Tony Facio tras sufrir un paro cardiorrespiratorio, aparentemente debido a la inhalación de monóxido de carbono.
Al parecer los niños se quedaron solos, mientras la madre iba a dejar a otro a la escuela. Los Bomberos insisten en que nunca se debe dejar menores de edad solos en viviendas, tampoco dejar fósforos o encendedores a su alcance, ni usar velas.
Después del dormitorio, el 15% de los incendios ocurren en la cocina. Según Moya, casi la mitad de los 804 siniestros en estructuras ocurridos hasta el 22 de octubre de este año se deben a fallos en instalaciones y aparatos eléctricos.
Por ejemplo, el 1.° de octubre, el sobrecalentamiento en la chimenea de una soda del Mercado Central de San José obligó a movilizar ocho unidades de bomberos. Las alarmas se activaron y se originó pánico en la construcción, que es patrimonio histórico y donde había gran cantidad de personas en los comercios.
El incidente no pasó a más, pero la humareda provocó que los dueños de comercios cercanos cerraran rápidamente las cortinas metálicas de sus locales para evacuar, al igual que muchos clientes que buscaron la salida más cercana.
Generalmente, los bomberos coordinan con los administradores de mercados municipales para verificar las normativas de seguridad y su buen funcionamiento. Las salidas, por ejemplo, deben estar sin obstáculos.
Los incendios por fugas de gas, como la que se investiga en Guatuso, representan un 18%.
Aunque el gas es una fuente de energía segura, el mal estado de válvulas y conexiones, a veces hasta con mangueras de jardinería, suele provocar incendios y explosiones. Los tanques de gas deben estar siempre en exteriores o en lugares ventilados para evitar concentraciones de gas, explosiones e incendios.
Otras causas de incendios incluyen ventiladores o vaporizadores que permanecen encendidos durante muchas horas. Además, hay personas que cargan sus celulares sobre sábanas, cobijas o colchones, lo que genera calor y puede terminar en un incendio. El uso de cables o cargadores genéricos para celulares también aumenta el riesgo que se inicie fuego.
A veces, las llamas comienzan en la parte frontal de la casa, por lo que es importante contar con una puerta o ventana que permita salir por otro lado. Sin embargo, en muchas viviendas no se aplica esta medida y las personas quedan atrapadas.
Moya recordó que ninguna parte de la casa es segura durante un incendio, por lo que siempre es necesario evacuar. También recomendó practicar en familia un plan de evacuación.
El 4 de marzo del 2020, en Moravia, una familia de cuatro personas murió porque no lograron hallar las llaves de la puerta principal a tiempo. Moya afirma que existen llavines que no requieren el uso de llave desde el interior, ya que tienen perillas que permiten abrir con rapidez en caso de una emergencia.
En caso de usar llavines que requieren llave desde adentro, siempre se debe tener una copia en un lugar accesible y toda la familia debe saber dónde se encuentra.
Moya también recomendó el uso de detectores de humo en los dormitorios y en pasillos de la casa; estos aparatos son de bajo costo y pueden salvar vidas emitiendo una alerta sonora cuando aún hay tiempo para evacuar.
Existen también sistemas modernos de alarma conectados al sistema eléctrico, útiles en el caso de adultos mayores que viven solos, pues también envían una señal a vecinos, familiares o un centro de monitoreo en caso de incendio.
“Lo ideal sería que todas las casas tuvieran detectores de humo, porque el mayor riesgo de morir en un incendio es mientras las personas duermen”, dijo Moya.
En el caso de explosiones, el 20 de agosto, dos hombres fallecieron tras ser trasladados gravemente heridos al hospital, cuando se desató el fuego en una bodega localizada en la entrada del barrio Carmen Lyra, en Barranca de Puntarenas. Dentro de esa estructura había aproximadamente 9.000 galones de diésel.
Cuando los incendios ocurren en zonas rurales, a veces no hay vecinos que avisen al sistema de emergencias 9-1-1, y los bomberos llegan cuando el incendio ya ha consumido la estructura.
En asentamientos informales también se complica la labor de los Bomberos, pues ahí no se respetan normativas sobre instalaciones eléctricas y no hay calles adecuadas para el acceso de unidades de bomberos ni hidrantes.
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Torres de apartamentos y edificios altos deben autoprotegerse
Para las personas que viven en torres de apartamentos o laboran en edificios altos, los bomberos recuerdan que existen protocolos que exigen a la administración todos los sistemas de protección contra incendios y que cada año se deben realizar simulacros donde se compruebe que están en buen estado.
Se trata de escaleras de emergencia en ambos extremos, detectores de humo en viviendas y pasillos, extintores, luces de emergencia y tanques de agua cercanos.
Además de sistemas de detección y alarmas, en esas torres domiciliares o industriales debe existir un sistema de supresión que funcione adecuadamente para que el edificio se autoproteja antes de que los bomberos lleguen. Para ello deben tener rociadores de agua en todos los niveles, que se activen en caso de emergencia para impedir la propagación del fuego y que los ocupantes puedan evacuar de forma segura.
Un incendio en un piso alto se puede propagar mientras llegan los bomberos, por lo que siempre se deben verificar las medidas de seguridad y el funcionamiento adecuado de los sistemas de protección, dijo Moya.
Extremar cuidados en iluminación navideña
Por último, con la llegada de la temporada en que muchas familias comienzan a iluminar sus casas con luces navideñas, es por ello que el Cuerpo de Bomberos advierte sobre los cuidados que deben tenerse en estas labores decorativas para evitar incendios.
Al comprar luces y adornos navideños, así como regletas y extensiones, es fundamental verificar que estén certificados, es decir, que cuenten con un sello que garantice el cumplimiento de la normativa adecuada.
Existen luces para interiores y otras para exteriores; estas últimas son resistentes a las inclemencias del tiempo. No se recomienda sobrecargar todas las conexiones en un mismo tomacorriente o regleta.
Es importante evitar que los árboles de Navidad y los portales se encuentren cerca de cortinas, cajas de regalos u otros materiales inflamables. Su ubicación nunca debe obstruir las salidas de la vivienda.
El Cuerpo de Bomberos recomienda que cada cinco años un ingeniero eléctrico o especialista en el tema revise el sistema o la instalación eléctrica del hogar.