La Red Sismológica Nacional (RSN) localizó 939 temblores en junio, la mayor cantidad de sismos registrados en un solo mes desde setiembre de 2012, cuando ocurrió el terremoto de Nicoya.
El sismólogo Lepold Linkimer, de la RSN, destacó que aunque no se puede predecir un terremoto, en otras ocasiones tal cantidad de temblores precedió a esos eventos. Por ejemplo, en el 2004 en Parrita hubo un movimiento telúrico de magnitud 6,4 que despertó a la mayoría de la población el sábado 20 de noviembre a las 2:07 a. m. Ese mes se registraron 977 temblores, la mayoría antes del sismo.
En el caso del terremoto de Nicoya, ocurrido el 5 de setiembre del 2012, se trató de un movimiento telúrico de magnitud 7,6 que se sintió en todo el país y dejó daños severos en viviendas, puentes y estructuras lejanas como el Hospital Monseñor Sanabria. Los sismos previos y las réplicas de ese terremoto llegaron casi a un millar (962).
Con más antelación está el caso del enjambre sísmico de Puriscal, que alcanzó su punto máximo en junio de 1990 y generó un temblor de magnitud 5 el 30 de junio de ese año. La actividad disminuyó por unos meses, pero a finales de ese mismo año, unos 4 km al noroeste de Santiago de Puriscal, en Piedras Negras de Mora, ocurrió un terremoto con magnitud 5,7. Debido a que la mayoría de daños ocurrieron en viviendas y estructuras de Alajuela, se le conoce como el terremoto de Alajuela.
El enjambre sísmico de Puriscal es uno de los más intensos conocidos. Se inició en abril de 1990 con eventos esporádicos pero persistentes, cuya cantidad se incrementó poco a poco. Entre el 7 y el 31 de mayo se registraron más de 2.000 eventos sísmicos, 100 de los cuales se reportaron como sentidos, algunos con magnitudes entre 4,5 y 4,7. Sin embargo, en junio se alcanzó el máximo de sismicidad de los tres meses analizados, con un total de 15.672 eventos sísmicos, de los cuales 378 fueron sentidos en Puriscal y alrededores, de ellos hubo 16 con magnitud mayor a 4.
Ese pico de actividad sísmica coincidió con el debut de la selección nacional de fútbol en el mundial de Italia, por lo que la atención se centraba en ambos acontecimientos. De hecho, el primer gol de Costa Rica en un mundial fue el 11 de junio de 1990.
¿Qué pasó el mes recién concluido?
El principal foco sísmico de junio se situó en Tierras Morenas de Tilarán y sitios aledaños, donde el miércoles 5 hubo dos temblores de magnitudes 4,4 y 4,9 respectivamente. El primero ocurrió a las 12:08 a. m. y el segundo un minuto después. Muchos vecinos de la zona epicentral los sintieron, pero también se reportaron en San Carlos, San Ramón de Alajuela, Guanacaste, San José y Cartago. La secuencia de Tilarán registró más de 400 sismos, el más reciente ocurrió la madrugada del 30 de junio con magnitud 2,9.
Temblor de 4,9 encabeza ola sísmica
Tilarán venía con microsismos desde el 26 de mayo
FUENTE: RSN/UCR || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Además, hubo actividad en Aserrí, donde el 24 de junio a las 4:48 p. m. se registró un temblor con magnitud de 4,6, que se percibió fuerte en el Valle Central, así como en Quepos y algunas partes de Garabito y Pérez Zeledón. Esa secuencia tuvo más de 30 réplicas, 13 de ellos con magnitudes superiores a 2. Otras regiones con secuencias sísmicas en junio fueron Santa María de Dota con 11 temblores de baja magnitud que no se reportaron como sentidos, además hubo temblores en el Pacífico central y la península de Burica en el extremo sur del Pacífico.
Linkimer mencionó que no es común encontrar meses con tantos temblores, pero insiste en que no se puede asegurar que el enjambre de Tilarán derivará en un evento mayor. Afirmó que la cantidad de sismos se debe a que cerca del lago Arenal existen fallas como Chiripa, Cote y Fortuna norte que tienen muchos segmentos en movimiento.
De los 939 sismos sentidos en junio, solo 26 fueron reportados como sentidos. Es el segundo mes con más reportes, solo superado por febrero, cuando la población percibió 30. Linkimer explicó que en febrero hubo una secuencia sísmica en Pérez Zeledón y, por ser un cantón más cercano a zonas pobladas que Tilarán, generó más reportes que los de junio. Destacó que esa medición es subjetiva, porque depende de la ubicación del epicentro con respecto a una ciudad. A veces, sismos pequeños se reportan más que otros mayores porque ocurren en zonas más pobladas.
Desde el año 2000 la RSN fortaleció su capacidad y actualmente cuenta con 175 estaciones en todo el país, de las cuales 50 son del Instituto Costarricense de Electricidad, y una está en la Isla del Coco.
Para el mes entrante la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) realiza el Simulacro Nacional de Terremotos, como es usual desde agosto del 2019. Centros educativos, comercio, instituciones públicas, empresas y particulares se involcran con los cuerpos de rescate y comités municipales de emergencias para establecer y ejecutar protocolos de evacuación ante una eventualidad de este tipo.
No existe conexión entre los eventos sísmicos y los atmosféricos, pero cuando coincide un temblor con suelos saturados por lluvias extremas, pueden ocurrir deslizamientos. Hace ocho años, el 2 de julio de 2016, se registró una secuencia de sismos en Bijagua de Upala, con un sismo principal de magnitud 5,4, que generó deslizamientos en el río Zapote. Ese material descendió en forma de avalanchas cuatro meses después, cuando las lluvias extremas del huracán Otto azotaron Upala.