La mayor parte de un bloque de unos 10 millones de metros cúbicos, en la zona cercana a las torres del volcán Irazú, se desprendió este miércoles tal y como se esperaba por el aumento observado días atrás en la aceleración de las grietas.
El fuerte temblor de este lunes y las lluvias intensas que han caído esta semana ayudaron como detonante para que, unido a la fuerza de gravedad, se desplomara esa masa de rocas, palos y tierra.
De momento no se registran mayores daños, pero vendrán sobrevuelos e inspecciones en tierra para asegurar que no se formen represamientos. El material cayó a una zona boscosa y despoblada, lo que evitó alguna tragedia.
Así lo confirmaron los vulcanólogos Cyrill Muller y Geoffroy Avard, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), quienes desde temprano visitaron el volcán para constatar el deslizamiento y elaborar un informe.
Sismógrafos lo captaron
De acuerdo con Muller, a las 4 a. m. los sismógrafos detectaron la fuerte caída de la masa en ese volcán cartaginés y esta mañana los guardaparques fueron alertados por dos encargados de dar mantenimiento a las torres de retransmisión, quienes sintieron la fuerte vibración del material cayendo en la madrugada.
Lidier Esquivel, de la Comisión Nacional de Emergencias, confirmó que desde el sábado se había ordenado el cierre de algunos senderos de Prusia, que colindan con una de las paredes de ese volcán, que está a 3.432 metros sobre el nivel del mar.
La visitación a Prusia, lo mismo que en el volcán Irazú, sigue abierta pues las principales zonas de atracción no fueron afectadas por el nuevo deslizamiento.
Esta tarde se hizo una primera valoración en Prusia cerca de cuatro senderos donde cayó material y que son los únicos que seguirán cerrados.
Según Esquivel, el 99% de la masa de millones de metros cúbicos fue a dar a las nacientes del río Sucio en una zona despoblada, donde el Irazú limita con el Parque Nacional Braulio Carrillo, por lo que no existe riesgo para la población, pero se realizarán nuevos monitoreos para descartar riesgos.
El movimiento de ese paredón pasó de cuatro centímetros por día a 20, lo que llamó la atención de las entidades que lo vigilan máxime que aumentó a 40 centímetros por hora poco antes de ceder.
Se trató de un movimiento súbito, al que han seguido otros desprendimientos.
La mayoría de las torres de transmisión encima del bloque que se desprendió habían sido removidas meses atrás, pero algunas, como la del canal 23, que es un canal religioso, tuvo grandes pérdidas, pues era la más cercana a la falla y quedó guindando, lo mismo que unas cabinas de esa estación.
En la base de las torres del Sistema Nacional de Radio y Televisión (SINART), así como en las del canal 15, de la UCR, y de la antena de una estación de la Cadena Radial Costarricense se formaron enormes grietas que ahora exigen una nueva evaluación.
Todos estos equipos quedaron a entre 10 y 15 metros del desprendimiento.
La demás torres se mantienen en una zona cercana, pero más estable.
Geoffroy Avard, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), indicó que la caída de esos materiales no tiene relación con actividad volcánica, sino que se debe a una erosión que comenzó en el 2014 y vino aumentando su velocidad.
“Se movieron 20 centímetros en 48 horas, después pasó a un centímetro por hora y luego vino un aumento exponencial hasta los 40 centímetros por hora”, dijo Avard.
Uno de los riesgos es que se trata de un suelo débil y, al deshacerse esa pared lateral y perderse una masa que es un apoyo importante para el resto del macizo, puede darse la descompresión lateral y eso es lo que fueron a evaluar hoy y en lo que seguirán durante esta semana.
Por ahora, dijo que se desconoce qué ocurrirá con la parte que actualmente sostiene las antenas, porque comenzó a agrietarse.
Cuatro senderos de Prusia cerrados
FUENTE: SINAC. || INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
Vigilancia estricta
Previendo el desprendimiento de materiales que podía afectar a los visitantes y siguiendo las recomendaciones de la CNE, se cerraron temporalmente cuatro senderos de Prusia, en el Parque Nacional Volcán Irazú.
Se trata de El Roble, Puma, Micaela y Los Abuelos, este último debido a que el acceso está por el sendero Micaela.
A partir de un sobrevuelo practicado el 19 de agosto, se mapearon las grietas visibles en el bloque en movimiento y se pudo observar que en el sur del bloque los desplazamientos eran tres veces más rápidos.
De acuerdo con un método utilizado en muchas zonas de deslizamiento a nivel mundial, era inminente el colapso.
La CNE y el Ovsicori, dan seguimiento a lo ocurrido y a los pequeños desprendimientos que no cesan después de que cayó el de grandes proporciones.
También se ordenó el continuo monitoreo al sitio de las torres, ante cualquier cambio de características geomorfológicas en el macizo volcánico del Irazú.