Las fuertes lluvias del domingo generaron un deslizamiento que se mantiene activo en un cerro del distrito de Arancibia, cantón de Puntarenas, según lo reveló este lunes la Comisión Nacional de Emergencias (CNE). Esta nueva emergencia revive el temor de los lugareños, que ya vivieron una tragedia por el colapso de una ladera hace casi 30 años.
El geólogo Julio Madrigal visitó la zona, en barrio Corazón de Jesús, para valorar lo ocurrido. Según el informe preliminar, se trata de aproximadamente dos hectáreas de una ladera que cedieron durante la noche del sábado y la madrugada del domingo en la margen derecha del río Aranjuez.
Cultivos de café, plátanos, tomate y algunas especies maderables quedaron entre el barro que fue a dar a orillas del río y que compromete una de las casas en la base. Aunque hay otras viviendas en la corona del desprendimiento, esas por ahora no fueron desalojadas.
Desde el jueves pasado los vecinos habían visto como se agrietaba el terreno; sin embargo, no pensaron que tan rápidamente fuera a colapsar.
Lidier Esquivel, jefe de la Unidad de Investigación y Análisis del Riesgo de la CNE, dijo que recomendaron evacuar a una familia cuya casa quedó a 12 metros del deslizamiento. Como siguen las lluvias en el Pacífico, será hasta que mejore el tiempo en que puedan retornar, después de una reinspección al sitio.
El camino principal, que lleva a las partes altas también fue afectado de forma parcial, pero sigue transitable. Los lugareños están preocupados porque por esa vía sale la producción agrícola. También es indispensable para cualquier eventual evacuación, pues lo suelos “están muy muy saturados”, dijo Esquivel.
De igual forma, aunque las aguas del río Aranjuez, siguen corriendo, hubo parte del material que llegó a la orilla. Esquivel afirmó que por ahora no hay necesidad de evacuar familias aguas abajo, pues no hay infraestructuras directamente comprometidas en este momento.
Reviven recuerdos
Colapsos de paredones en cerros cercanos ocurridos décadas atrás hacen que algunos vecinos revivan lo ocurrido en aquellas épocas, cuando casas, sembradíos, carreteras y caminos quedaron bajo toneladas de materiales e incluso con víctimas mortales.
En octubre de 1988 cuando el huracán Joan (Juana) azotó de forma indirecta nuestro país, surgieron los primeros indicios de deslizamientos pues varias familias quedaron aisladas en esa zona, pero fue casi cinco años después, en mayo de 1993, cuando desapareció la escuela, el salón comunal, la plaza y varias viviendas en Laguna de Arancibia. Tres miembros de una familia apellidada Chaves Jiménez (entre estos dos niños de cuatro meses y de ocho años) murieron; también perecieron tres hermanos que sembraban frijoles en una de las parcelas.
El 27 de junio del 2000 hubo otro deslizamiento en el que se desprendieron unos 11 millones de metros cúbicos de material. Esa vez el barro bloqueó el cauce de ríos como el Aranjuez y Veracruz y hubo que evacuar poblados aguas abajo, principalmente en Miramar y La Unión de Montes de Oro.
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Por situaciones como esas es que los vecinos miran con recelo lo ocurrido este domingo, máxime que al periodo lluvioso todavía le espera la fase más crítica. Este deslizamiento es el más grande en lo que va del año, junto con el de Chánguena en Buenos Aires, el cual el mes pasado cortó de cuajo un camino.
Laderas inestables
Lidier Esquivel dijo que las lluvias de este lunes habían generado hasta las 4:30 p. m. siete incidentes en Oreamuno y Cartago, así como Puntarenas y el oeste del Valle Central.
El fin de semana también hubo deslizamientos en San Vicente de La Unión, Cartago y en Guatuso de Alajuela. Vecinos de La Unión tuvieron que empuñar palas y carretillos para rehabilitar algunas de las casas afectadas por el material que bajó de una ladera. Esa vez unidades de Bomberos ayudaron a estabilizar la zona.
La CNE atendió ese día 28 incidentes de inundación en Bagaces, Siquirres, Upala y Parrita. La mayoría debido a colapso de alcantarillas y desbordamiento de ríos y quebradas, dijo Jorge Rovira, director de Gestión del Riesgo de la entidad.
En El Amparo de Los Chiles, Alajuela, 32 personas permanecen albergadas desde el viernes anterior.
Una leve pausa
A partir de este martes y hasta el jueves, el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) espera que una amplia intrusión de polvo del Sahara esté atravesando el sector central del mar Caribe, acercándose a nuestro país. Esa condición un poco más seca se relaciona con el veranillo de San Juan, que usualmente ocurre cerca del 24 de junio (día de San Juan Bautista).
Lo anterior estará generando una disminución en las lluvias en el centro y al oeste del Valle Central (San José, Heredia, Santa Bárbara, Alajuela, Pavas, Santa Ana, Puriscal, entre otros), al igual que en el norte de Guanacaste (Cañas, Bagaces, Carrillo, Liberia y La Cruz).
Juan Diego Naranjo, del IMN, dijo que no quiere decir que habrá sol, ya que más bien va a estar mayoritariamente nublado. “Tampoco dejará de llover del todo, sino que se trata de un respiro que va de tres a cinco días, en cuanto a la intensidad de las lluvias en ciertas partes del territorio”, afirmó.
Seguirán los aguaceros con tormenta en el Pacífico central y sur, así como en la parte sur de la península de Nicoya (Cóbano, Lepanto, Paquera).
La zona de convergencia intertropical está al norte del país, lo que favorece las lluvias en el Pacífico norte y zona norte. La CNE indicó que por ahora sigue la alerta amarilla en la zona norte y Sarapiquí.