El terremoto de magnitud 7,1 que sacudió el estado mexicano de Guerrero la noche del martes, generó una seguidilla de puntos iluminados en el cielo que fueron captados con las cámaras de celulares mientras ocurría el sismo, a las 8:47 p. m.
De acuerdo con el vulcanólogo Guillermo Alvarado Induni, ese efecto, llamado luces de terremoto, está documentado desde siglos atrás, incluso antes de que los sistemas de alumbrado público existieran en las grandes ciudades y Costa Rica ya vivió una experiencia similar en 1983.
Según explicó, fue a raíz de un terremoto en Alaska (EE. UU.) que se pudieron determinar este tipo de resplandores por primera vez.
Afirmó que no está muy claro el origen, pero la explicación científica que más se aproxima refiere que ciertas rocas de la corteza terrestre como el basalto y el gabro tienen la particularidad de contener ciertos cristales que, al ser golpeados por una onda sísmica, liberan cargas eléctricas que en conjunto generan las luces o destellos.
Agregó que son fenómenos que solo algunos sismos logran generar y recordó que, siendo estudiante de Geología, cuando ocurrió el terremoto del Sábado Santo de 1983 en nuestro país, él y otros compañeros detectaron destellos en el horizonte similares a los observados en México este martes.
Ese terremoto fue de 7,4 y se originó 15 kilómetros al noreste de Golfito el 2 de abril de 1983, a las 8:50 p. m.
Aquella vez, al menos 15 compañeros le comentaron al profesor de Sismología de la Universidad de Costa Rica, Luis Diego Morales, haber visto ese fenómeno en diferentes sectores.
El científico afirma que además del terremoto de 1983, en nuestro país existe al menos un caso más donde se vio ese fenómeno, pero no recordó la fecha ni el evento.
Se diferencian de cortocircuitos por la altura e intensidad a la que se ven y porque los cuerpos de emergencias no reciben alertas vecinales por circuitos.
Tampoco están relacionados con relámpagos, pues ocurren mientras dura el sismo.
Actualmente existen sistemas electrónicos como los que tiene el departamento de descargas atmosféricas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), lo mismo que otros países, que permiten captar la cantidad de rayos que caen en tierra.
Eso permitiría determinar si en momentos en que la atmósfera está estable y ocurre un sismo, las luces obedecen o no a rayos.
“Ya desde antes de que hubiera electricidad, habían reportes de esas luces en varios lugares del mundo”, dijo el científico.
Los colores que puede apreciarse son azules, violetas o blancos, similares a los de las corrientes eléctricas. Únicamente se pueden captar cuando el sismo ocurre de noche.
Rápida respuesta
Alvarado destacó que México tiene sistemas y personal muy avanzado en Sismología y Geofísica, por lo que estima que en poco tiempo pueden explicar lo ocurrido durante el terremoto.
“Ahora todo mundo tiene celulares con cámara y grabar un proceso de esos es mucho más sencillo que antes. Se capta mucho en diferentes lados, como se ha visto en los videos publicados en redes sociales y medios de comunicación”, manifestó.
Por ahora la teoría más fuerte de esos destellos obedece a la deformación por roces, fracturas o estrés térmico de algunas rocas.
Se generan corrientes eléctricas que emergen a la superficie y aparecen las descargas que se aprecian en el cielo.