En los últimos 15 días, cuatro incendios provocados causaron la destrucción de cerca de 1.500 hectáreas en el Parque Nacional Diriá, ubicado en los cantones de Santa Cruz y Nicoya, en la provincia de Guanacaste.
Luis Diego Román, coordinador del Programa Nacional de Manejo del Fuego, del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), explicó que el problema está en que trabajan muchas horas en zonas muy difíciles y, cuando por fin logran controlar las llamas, a los pocos minutos –y sobre todo de noche– aparecen nuevos focos de fuego en otro sector.
“No sé qué es lo persigue esta gente. Hay un tema de vandalismo. Esto va a tener un impacto muy fuerte en la fauna. Muchos animales van a tener que migrar y y ahora que empiece a llover, todo el sedimento de lo quemado será arrastrado por los ríos hacia los tanques de captación de agua de muchas comunidades. Eso podría tener consecuencias”, advirtió Román.
El funcionario dijo que se presume que quienes originan estos incendios son cazadores de venados. Sin embargo, hasta el momento no ha sido posible identificar a ninguno de ellos.
Asimismo, Román detalló que el Parque Nacional Diriá ocupa terrenos muy quebrados, donde el trabajo de apagar las llamas es sumamente difícil y de mucho riesgo. “ Se deben hacer rondas cortafuegos a cierta distancia pues se trata de ladera, adonde los bomberos no pueden llegar”, resaltó.
Alerta. De acuerdo con los datos del Minae, durante la actual temporada de incendios forestales, se han reportado 33 casos en áreas protegidas.
Aunque la cifra es menor a la de siniestros ocurridos el año anterior (cuando fueron 40) la cantidad de vegetación consumida es mucho mayor.
Mientras en el 2014 hubo destrucción en 699 hectáreas, este año ya suman más de 2.000 hectáreas quemadas.
Asimismo, otra de las preocupaciones del Minae es que la temporada seca en el Pacífico norte se pueda extender hasta junio.