Un aviso del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) emitido este viernes a las 10 a. m. advierte sobre la alta probabilidad de que un disturbio atmosférico de bajas presiones que está cerca de la isla Margarita, en el Caribe de Venezuela, llegue a la categoría de ciclón este fin de semana y ejerza influencia indirecta sobre nuestro país.
La trayectoria prevista por el Centro Nacional de Huracanes deja ver que ese sistema se enrumbaría hacia el Caribe entre Nicaragua y Honduras, pero la cercanía con nuestro territorio implicará la presencia de lluvias fuertes y persistentes que por ahora se pronostican con más fuerza para el Pacifico central y sur.
Se espera que las lluvias asociadas a este fenómeno comiencen a partir del domingo 1.° de noviembre y se extiendan durante los primeros días de la próxima semana, incluso se habla de un temporal (lluvias constantes por dos días o más) que nos afectaría hasta el martes.
De acuerdo con Daniel Poleo, meteorólogo del IMN, hay un 70% de probabilidades de que el sistema se fortalezca y se transforme en un ciclón el domingo, es decir que los vientos asociados ronden los 60 kilómetros por hora y se constituya como depresión tropical.
Efecto indirecto en el país
El IMN ya alertó a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), para un eventual aumento de las alertas vigentes que por ahora están en amarillo para todo el país, con excepción del Caribe, donde es verde.
De acuerdo con Werner Stolz, director del IMN, los montos acumulados que se esperan son altos, pues se habla de 200 litros por metro cuadrado en periodos de 24 horas, pero como las lluvias podrían extenderse por más de 24 horas y como actualmente los suelos en el Pacífico sur ya están saturados, se pide extrema precaución a quienes viven el zonas vulnerables.
La CNE ya trasladó recursos al Pacífico y tiene albergues listos en caso de que se deba movilizar familias, incluyendo el hecho de que puede haber entre los afectados personas en cuarentena por covid-19.
El IMN va a emitir informes periódicos sobre el avance del fenómeno, con el fin de que las autoridades definan si se debe aumentar el nivel de alerta en áreas específicas.
Además del cuidado en las zonas propensas a deslizamientos e inundaciones, las autoridades advierten a los conductores para extremar medidas en carreteras mojadas en las que pueden caer árboles y material rocoso de partes altas, cuyos suelos han perdido cohesión con las lluvias.
En agosto pasado, la afectación indirecta de la tormenta tropical Marco obligó a movilizar familias a albergues y dejó cuantiosas pérdidas en la bajura de Guanacaste.
Esta temporada rompe el récord histórico, pues nunca se había tenido que nombrar ciclones con un nombre posterior a Épsilon, como se denominó al penúltimo de esos disturbios, el cual se desvaneció después de golpear las Carolinas en Estados Unidos, esta misma semana.
Luego se formó el huracán Zeta, que golpeó Yucatán, México y Luisiana, Estados Unidos.
En caso de formarse el ciclón que se espera para el fin de semana, sería el número 29 y su nombre sería Eta.
Desde el 2005 no se tenían tantos huracanes que obligaran a usar siete letras del alfabeto griego, al que se recurre cuando se agotan los nombres previstos para cada temporada y del que se han tenido que usar cinco nombres este año.
Este 2020 se registran 27 ciclones con nombre y uno que no pasó de depresión tropical y, por lo tanto, no recibió nombre, ya que solo se les asigna al llegar a tormenta tropical.