‘Mi papá dice que daba miedo ver aquella montaña’, relata hijo de sobreviviente de deslizamiento en San Carlos

Él andaba con su sobrino Rodolfo Jiménez Castillo, de 38 años. A ese lugar suelen ir a comprar jugo de caña y queso. Al ver que llovía tan fuerte, don Elionay le dijo a Rodolfo que salieran rápido de vuelta a la casa, en barrio Zeta Trece, porque eso era una “bomba de tiempo”.

A pocos minutos les cayó un terraplén pequeño. Calcularon que todavía podían pasar y se bajaron con un machete a cortar ramas para poder avanzar, porque de la parte baja de la montaña estaba saliendo mucha agua, contó Leonardo Jiménez, hijo de Elionay.

Como don Elionay ha vivido mucho tiempo en La Fortuna, conoce el clima y por eso le dijo al sobrino que había que quitar los escombros y salir cuanto antes.

Cerca de ellos estaba un carro rojo que iba en el mismo sentido, así como una buseta que venía en dirección contraria con unos estadounidenses que venían de Nuevo Arenal.

Estaban quitando las ramas cuando cayó otro desprendimiento más grande y les imposibilitó seguir. Entonces, orillaron los carros rápidamente y en ese momento se vino el deslizamiento más grande que dejó bajo tierra la mayor parte de la buseta y el carro rojo.

En eso, los turistas y demás dueños de carros salieron corriendo para ponerse a salvo en dirección al lago. Estaban cerca del atracadero de lanchas llamado “Agua Sucia”, donde pronto llegó una embarcación que auxilió a las 24 personas.

Don Elionay contó a su familia que el terraplén cayó justo donde él tenía el carro, por lo que solo Dios los pudo salvar, gracias a la decisión de orillarlo y salir corriendo.

Papi dice que “daba miedo ver cómo la montaña se venía hacia abajo”. Eso fue del atracadero Agua Sucia, 150 metros hacia Arenal, relató Leonardo Jiménez, hijo de don Elionay.

Una vez que la lancha trasladó a los afectados al otro lado, los vecinos les ayudaron para llevarlos a sus casas y a sitios seguros.

Fue hasta las 2 p.m. de este jueves que don Elionay pudo recuperar el carro, una vez que la maquinaria abrió un carril y por ahí sacaron los vehículos atrapados.

Don Elionay no se explica cómo hizo para correr y ponerse a salvo, pues hace solo dos años había sido intervenido quirúrgicamente por problemas cardíacos y le colocaron siete stents, que son pequeños tubos de malla de metal que se expanden dentro de una arteria del corazón que se ha bloqueado, para impedir que se cierre de nuevo.

Don Elionay dice que todos corrieron y solo tiene dudas de qué pasó con el conductor del carro rojo, del que no supo más, por lo que supone que salió por otro sector.

Elionay Jiménez es amante de la pesca en el lago y es conocido en La Fortuna como Pluma. Nació en Cuipilapa de Bagaces y anteriormente trabajó como guarda privado y luego en lo propio. Vive con dos hijos, las nueras y los nietos, quienes se asustaron al saber lo ocurrido.

Leonardo, el hijo menor de Elionay, de 30 años, dice que esa noche andaba con sus dos hijas en el cine en Tilarán y jamás se imaginó que su padre era uno de los que quedó en medio de los deslizamientos. Afirma que a la salida del cine lo llamó para contarle sobre los derrumbes por las fuertes lluvias y en eso su papá le contó que minutos antes nació de nuevo, junto con el sobrino que lo acompañaba.

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