Ciudad Cortés, Osa. Karen Duarte vive con sus dos pequeñas hijas en una casa construida sobre bases altas, muy cerca del río Grande de Térraba. Por eso, no se preocupó al notar, la mañana de este domingo, que el nivel del agua comenzaba a crecer. Sin embargo, su tranquilidad se convirtió pronto en angustia, pues la crecida adquirió dimensiones inesperadas.
“De un momento a otro, se vino una correntada y empezó a subir muy rápido... Entonces, ahí sí me puse muy nerviosa y asustada”, relató esta madre de una niña de cuatro años y de otra recién nacida. “Entonces, escribí por Facebook a ver si alguien podía venir a sacarnos, y sí, la Cruz Roja fue a ayudarnos y nos trajeron para el albergue”, comentó.
Al igual que doña Karen, otros 50 vecinos de esta comunidad de la zona sur fueron evacuados y reubicados en el Liceo Pacífico Sur, luego de que la ruptura del dique que contiene al Grande de Térraba y las torrenciales lluvias provocadas por la tormenta tropical Julia dejaron inundaciones en Ciudad Cortés, Palmar Norte y otras localidades.
Un equipo de La Nación recorrió, esta noche, los cuadrantes anegados de varios de esos sectores. Las aguas achocolatadas del río invadieron casas, fincas, iglesias, centros educativos y locales comerciales, al tiempo que obligaron a decenas de pobladores a usar botes para sacar sus pertenencias.
A Alexis Ábrigo, un joven que se dedica a la pesca de piangua en Ciudad Cortés, lo encontramos en plena calle junto con su familia y los objetos que logró rescatar de su vivienda inundada: bicicletas, pichingas, ropa, maletines y muebles pequeños. El hombre aseguró que este tipo de situaciones no son frecuentes y que, por eso, los tomó por sorpresa.
“Cuando vimos, el agua estaba subiendo y empezamos a echar los chunches en los botes”, relató mientras observaba hacia su propiedad. Ábrigo, eso sí, aseguró que pasaría la noche en ese sitio, pues teme que alguien pudiera querer robarles el trasmallo que usa para ganarse la vida o algún otro artículo.
En similar predicamento se encontraba Dony Céspedes Álvarez, quien luego de salir con su esposa de su casa y trasladar varios objetos importantes a un rancho más alto, pensaba quedarse cerca para que no le robaran.
Por su parte, el Cuerpo de Bomberos de Palmar Norte reportó haber rescatado unas 130 personas, en especial de las fincas bananeras de esa comunidad y en Ciudad Cortés. Personeros de dicha dependencia indicaron a este diario que, afortunadamente, no se reportaron víctimas durante la emergencia.
Aunque el nivel de las aguas había bajado en forma considerable para la noche, los cuerpos locales de socorro se mantenían en alerta, pues tienen informes sobre una aparente marejada que podría ocurrir en el río Grande de Térraba en la madrugada de este lunes.
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Rescate en panga
Doña Marlene Cubillo fue una de las 50 personas trasladadas este domingo al albergue habilitado en el Liceo Pacífico Sur. Los cuerpos de socorro indicaron que el rescate de esta adulta mayor resultó un tanto complicado, porque ella se moviliza en silla de ruedas debido a una discapacidad.
Cubillo vive sola, junto con cuatro perritos, cerca de la margen del río Grande de Térraba. Su casa resultó inundada por la crecida de la corriente, por lo que los socorristas tuvieron que evacuarla en panga, al tiempo que sus vecinos le ayudaron a salvar sus pertenencias y sus mascotas.
“Una señora me ayudó a sacar las cosas, pero lo que no pude sacar fue la cocina ni la cama”, relató la mujer a La Nación mientras acariciaba a la perrita que la acompañaba.