La seguidilla de temblores que comenzó el lunes en Cartago y se acentuó este jueves con dos sismos moderados, sentidos en esa provincia así como en varias partes de San José, están dentro de la actividad normal de nuestro país, que es atravesado en su parte central desde puerto Limón hasta Garabito de Puntarenas por una serie de fallas entre las placas Caribe y la microplaca de Panamá.
Así lo explicó el sismólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), Marino Protti. Según el Ovsicori, hasta las 4 p. m. de este viernes se han registrado unos 29 sismos con epicentro en la zona que va entre Cot de Oreamuno y la ciudad de Cartago. El primer sismo de esta secuencia se registró el lunes a las 6:42 a. m. con magnitud de 2 y una hora hora después hubo otro aún más pequeño.
Sin embargo, fueron los temblores moderados del jueves los que alertaron a la población, principalmente el de las 5:57 p. m. con magnitud de 4, y el de las 6:29 p. m. con magnitud de 3,7. Lo anterior debido a que ocurrieron muy cerca de la superficie y fueron sentidos en Cartago y en cantones más alejados como Paraíso, La Unión, e incluso en el centro de San José, Goicoechea y Coronado.
Entre los más recientes sismos de esa secuencia, este viernes ocurrió uno a las 2:42 p. m., con magnitud de 3,3 y profundidad de cinco kilómetros, según la Red Sismológica Nacional (RSN). El temblor fue percibido por los vecinos de zonas cercanas al epicentro, localizado dos kilómetros al oeste de Tierra Blanca, Cartago. Antes de ese hubo otro a las 5:17 a. m. con magnitud de 2,2 y una profundidad de 4,5 kilómetros, pero no fue reportado como sentido por la población.
Vecinos de Oreamuno, como Nelson Zeledón y Asdrúbal Solano, afirman que los del jueves se sintieron relativamente fuertes e incluso se escuchó una ráfaga que los acompañó, pero el resto casi no han sido percibidos, salvo el de la tarde de este viernes que también fue reportado por ellos y en redes sociales.
Marino Protti explicó que por ahora no se puede predecir qué va a ocurrir, pero hay varios escenarios que se han visto en anteriores actividades similares. “Entre ellos, que la actividad haya terminado o que se prolongue por algunos días más con sismos pequeños. Inclusive existe la posibilidad de que se presente un evento mayor. Aunque la gran mayoría de estas secuencias terminan sin un evento importante”, dijo.
Recordó que hay algunos casos, poco frecuentes, que han comenzado con actividad de este tipo y han llevado a eventos fuertes. Sin embargo, dejó claro que no hay certeza de lo que pueda ocurrir a futuro. Por ahora van a seguir monitoreando de cerca la sismicidad.
Lepold Linkimer, experto de la RSN, indicó que el rango de los sismos va entre 2,2 y 4 de magnitud, pero todos muy superficiales, entre dos y ocho kilómetros. Añadió que los epicentros están cerca de la falla Ochomogo, que pasa por el norte de la ciudad de Cartago y se extiende hasta los cerros de La Carpintera, la cual tiene potencial para sismos con magnitud de 6,5, pero no hay terremotos históricos conocidos en ella, dijo.
Como en estos temblores la magnitud varía mucho, se considera que la actividad es diferente a un enjambre, donde no se diferencia un sismo como principal, sino que todos son muy parecidos.
El último enjambre en Cartago ocurrió en abril del 2020 cerca de Taras, es decir, al oeste de la actividad actual. “Los sismos de ese tipo son muy frecuentes y creemos que el origen de ese enjambre también ocurrió en la falla Ochomogo”, puntualizó el científico.
El año pasado también hubo varios enjambres sísmicos en San José y en la zona sur de nuestro país.
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