Científicos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) estiman que en menos de 10 años habrá un terremoto de magnitud superior a 7 grados cerca de Burica, cantón de Golfito, zona fronteriza con Panamá.
Cada 40 años, en esa región, la subducción de la placa del Coco por debajo de la de Panamá provoca esos eventos telúricos.
Los registros históricos consignan que terremotos de esa magnitud se originaron en la zona sur en 1853, 1904, 1941 y el último el 2 de abril de 1983, un Sábado Santo.
Por lo anterior, los científicos dirigen su atención a esa zona del país en la que antes solo había dos estaciones sísmicas. Sin embargo, en el 2014 se inició un plan que culminará con 16 estaciones en el corto plazo.
Marino Protti, sismólogo del Ovsicori, manifestó que la actividad en esa zona es intensa debido a que, además de la placa del Coco y la de Panamá, está la de Nazca, que también se está subduciendo.
“En los siguientes ocho o 10 años, necesariamente tendría que ocurrir un sismo de magnitud superior a 7 bajo la península de Burica”, afirmó.
En ese punto, limítrofe con Panamá, la subducción de la zona de fractura de Panamá también presenta sismos de magnitud 7 cada dos o tres décadas; lo que pasa es que la zona afectada varía a lo largo de 200 kilómetros hacia el sur.
Protti dijo que por ahora la sismicidad en la zona sur puede calificarse como normal.
Si bien es cierto la cantidad de temblores registrados se incrementó, eso se debe a que se cuenta con más instrumentos de medición.
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Entre el 1.° de julio y el 19 de agosto de este año el Ovsicori contabilizó 80 temblores.
Todos esos sismos pequeños son importantes para el Ovsicori porque generan información sobre las fallas existentes en la zona, que se han estudiado poco.
“Todo eso nos va a dar una idea sobre la forma que tienen las fallas por debajo de esas penínsulas (Burica y Osa) y cuánto potencial hay ahí para producir un sismo importante”, apuntó Protti.
Para completar las 16 estaciones en el sur faltan por colocar las de isla El Caño, Parque Nacional Corcovado, cerro Tigre (Buenos Aires) y en Palmar Sur de Osa.
Ya se instalaron otras en lugares como Potrero Grande de Buenos Aires de Puntarenas, y en el Parque Nacional Piedras Blancas, Golfito.
Suelo inestable. En algunos cantones sureños como Golfito, Osa, Buenos Aires y Corredores hay construcciones que están sobre suelos sedimentarios, cuya respuesta no es tan buena como en Nicoya (terremoto del 2012).
Según Protti, en Nicoya ayudó mucho que la roca afloró prácticamente hasta la superficie, pero en regiones como Río Claro, Conte, Laurel y Palmar, hay terrenos menos fuertes donde la respuesta no va a ser tan eficiente.
Otro efecto de un terremoto en la zona sur sería la activación de fallas locales, muchas de ellas todavía sin identificar.
La península de Burica pertenece en parte a Panamá, país que también sería afectado por el sismo que se espera proyectando.
Dos ventajas actuales, en relación con el terremoto de Osa en abril del 1983, consisten en que la gente está mejor preparada y, además, que las construcciones se levantan siguiendo un código sísmico, destacó Protti.
La población aún no se reponía de los efectos de ese movimiento cuando, el 3 de julio, tres meses después, otro terremoto de 5,5 grados y con epicentro en División de Pérez Zeledón, dejó un muerto y 500 damnificados.
Los daños fueron enormes, pues la zona había quedado muy afectada por el evento de abril.