Las recientes precipitaciones saturaron los suelos en las montañas del Pacífico central y sur, especialmente en Pérez Zeledón, Corredores y Buenos Aires de Puntarenas. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) advierte que esta condición, sumada al paso de dos ondas tropicales y a los altos oleajes del Pacífico, podría afectar las zonas costeras durante el resto de la semana.
Este jueves, la sexta onda tropical ingresó al territorio nacional y provocó lluvias en la península de Nicoya. Aunque no es tan robusta como la anterior, reforzó los aguaceros por la tarde y dejó inestabilidad para este viernes. Por ejemplo, hubo lluvias en Cartago, Turrialba, Coronado, Tibás Desamparados, Alajuelita, Montes de Oca, San José, Heredia y Alajuela, así como en la zona norte, Limón y en menor medida en el Pacífico.
Los acumulados más altos, según el reporte del IMN emitido a las 4:40 p. m. se han registrado en las estaciones de Sarapiquí con 60 litros por metro cuadrado o milímetros (mm), mientras en Nosara, Tarrazú y Pérez Zeledón hubo máximos de 49 mm, así como 40 mm en cerro Chitaría de Turrialba y 31 mm en la cabecera de ese cantón cartaginés.
El impacto directo de la sexta onda se diluirá el viernes, pero persistirán las lluvias típicas de la temporada en zonas con terrenos ya inestables. Además, el domingo se espera la llegada del sétimo fenómeno de este tipo, actualmente ubicado en el Caribe de Colombia. Por esta razón, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) dictó alerta amarilla en todo el territorio nacional, lo que indica condiciones de riesgo o afectación significativa en algunas regiones.
La CNE informó que el miércoles hubo 15 alertas por lluvias en Alvarado, Oreamuno, Paraíso y Cartago. Alejandro Picado, presidente ejecutivo de esa entidad, afirmó que en Miramar de Abrojo, comunidad situada en Corredores de Puntarenas, están incomunicados desde el martes y se les ha gestionado ayuda con alimentos por otras vías. Añadió que ya se contrató maquinaria para remover el deslizamiento que tiene aisladas a las familias de esa zona.
Oleaje alto
El Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR) también comunicó que este jueves y viernes se esperan marejadas de fondo con alturas mayores al promedio (1,5 m) en el Pacífico, donde se prevé que el oleaje alcance alturas de hasta 2,8 metros, descendiendo a partir del sábado.
Se trata de marejadas altas con oleaje que rompe fuerte en las playas y que, cuando sube la marea, tiene probabilidades de generar erosión e inundación en las partes bajas del Pacífico. Por lo tanto, se pide precaución a los residentes costeros. En Caldera, existe la probabilidad de que los oleajes superen las barreras colocadas este año debido a la fuerte erosión que afectó la carretera entre Esparza y Puntarenas el año pasado.
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Aunque estas marejadas de fondo no son peligrosas para la navegación, sí representan un riesgo para los bañistas en las playas por la generación de corrientes de resaca, según el CIMAR.
De igual forma, cuando la marea sube y el oleaje es alto, los ríos que desaguan en el Pacífico, con más caudal por las lluvias caídas en las montañas, encuentran más resistencia que en condiciones normales. En ocasiones anteriores, esto ha causado inundaciones en las partes bajas de Parrita, Quepos, Garabito y otras zonas costeras.
En cuanto a la sensación de bochorno durante las mañanas, el IMN afirma que continuará debido al alto contenido de humedad en la atmósfera y no tanto por las temperaturas máximas, que han estado levemente inferiores a las de días anteriores, puntualizó José Pablo Valverde.
Los aguaceros del miércoles en Santa Cruz de Turrialba generaron fuertes corrientes de agua que bajaron por el río hasta las partes bajas de ese cantón cartaginés. De igual manera, hubo fuertes precipitaciones en Potrero Cerrado de Oreamuno, donde cuatro viviendas se inundaron y los habitantes de una de ellas, unos adultos mayores, tuvieron que ser llevados por la Cruz Roja a casas de familiares.
En Las Delicias de Potrero Cerrado también hubo cultivos de papa y cebolla afectados por la gran cantidad de agua que pasó en medio de las parcelas.
Colaboró Keyna Calderón, corresponsal de La Nación en Cartago.