El Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos confirmó poco después de las 2 p. m.que el disturbio asociado a una onda tropical en el Caribe se transformó en la depresión tropical N.° 29, es decir, alcanzó la categoría mínima requerida para ser catalogado como un ciclón.
Los efectos sobre nuestro país comenzarán este domingo 1.° de noviembre.
El ciclón tropical está al sur de Haití, aproximadamente a 1.189 kilómetros de la ciudad de Limón. Se mueve a 24 kilómetros por hora y a mitad de la tarde sus vientos sostenidos eran de 55 km/h.
Según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), se estima continúe avanzando durante el domingo sobre el sur de Jamaica y entre lunes y martes esté acercándose hacia la costa limítrofe entre Nicaragua y Honduras.
Conforme eso suceda, se estima una intensificación del ciclón a la categoría de tormenta tropical, con vientos asociados entre los 62 y los 117 kilómetros por hora.
De acuerdo con Rebeca Morera, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), al constituirse como ciclón se le da un seguimiento más cercano, pues dependiendo de su trayectoria, así serán los efectos en el istmo.
Por ahora, se espera un efecto indirecto sobre nuestro país y que la mayor recurrencia de lluvias ocurra en el Pacífico sur y central, aunque en el resto del país también podrían reforzarse las precipitaciones.
Dependiendo del movimiento, la afectación podría darse en otros sectores del Pacífico, pero eso se sabrá conforme pasen las horas.
Por ahora se estiman montos de lluvias altos, entre 100 y 150 litros por metro cuadrado y máximos de 200 litros en 24 horas.
El ciclón podría quedarse estacionario en el Caribe entre Nicaragua y Honduras, ya que se está visualizando un empuje frío al norte de Centroamérica, lo que frenaría su avance hacia el norte del continente.
“Hay diferentes fenómenos atmosféricos que pueden estar incidiendo en que este sistema se ubique muy cerca de Nicaragua y se mantenga ahí sin avanzar rápidamente”, explicó.
En noviembre comienzan a llegar los empujes fríos y eso hace que los sistemas ciclónicos del Caribe puedan permanecer cercanos al istmo.
Morera recordó que cuando esos disturbios atmosféricos se mantienen por más tiempo cerca del país, suelen causar más impacto.
Repercute en litoral opuesto
Como es usual, los disturbios atmosféricos del Caribe repercuten en nuestros sectores costeros del Pacífico.
Rebeca Morera recordó que eso se debe a que los ciclones del Caribe atraen hacia el territorio nacional una enorme franja o cinturón nuboso donde convergen grandes masas de aire cálido y húmedo y que generan las condiciones lluviosas y que se denomina zona de convergencia intertropical.
“Estos sistemas ciclónicos tienen su rotación en sentido contrario a las manecillas del reloj y entonces, al posicionar el país en relación con el sistema del Caribe, toda la humedad del Pacífico entra al territorio”, explicó.
La meteoróloga agregó que tenemos una gran barrera natural que son las cordilleras, las cuales hacen que la nubosidad y humedad atraída del Pacífico se concentre principalmente en ese litoral y no tanto en el Caribe.
Movilización en marcha
De acuerdo con Lidier Esquivel, jefe de la Unidad de Investigación y Análisis del Riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), desde el viernes se comenzó a desplazar a oficiales de enlace e ingenieros a la zona sur, donde ya están abastecidas las bodegas.
Los comités municipales están atentos para cualquier eventualidad en puntos vulnerables a deslizamientos e inundaciones.
En la zona sur la CNE ha identificado desprendimientos en San Vito de Coto Brus, Río Claro de Golfito y las cercanías de la laguna Abrojo en Corredores, entre los más importantes.
El de Coto Brus motivó el desalojo de 40 familias en el 2018 y desde entonces no ha presentado incidentes mayores.
De igual manera, se sigue con mucha atención los movimientos de tierra que afectan carreteras, como el ocurrido recientemente en la zonas de El Jardín y División de Pérez Zeledón, que impidieron el paso vehicular por la Interamericana Sur.
En la zona de los Santos también se alertó a los comités para vigilar las zonas propensas a deslizamiento.
En cuanto a inundaciones, el foco está en las partes bajas de Palmar sur y Ciudad Cortés de Osa, así como en las de Río Claro en Golfito y zonas cercanas.
Como los escenarios son de incertidumbre y aún se debe esperar el avance del disturbio en el Caribe, lo que se hizo fue activar todo el sistema de coordinación con los comités locales, para que el personal de primera respuesta esté pendiente.
“En el momento en que las lluvias superen el umbral ya establecido, comenzarían las acciones específicas en cada zona”, dijo Esquivel.
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En el Valle Central las familias de mayor riesgo de los deslizamientos de Valladolid en Desamparados y Los Mangos de Alajuelita, ya están fuera del entorno, pero en los alrededores y en zonas de amortización los comités municipales siguen atentos, lo mismo que en Aserrí y Acosta, que son de los cantones más afectados este año.