En la tarde del lunes, en apenas dos horas, cayeron casi 100 litros de agua por metro cuadrado en Garabito. La cifra equivale al 16% de lo que llueve en todo el mes de octubre en ese cantón y eso explica con facilidad porqué se inundó Jacó y las comunidades vecinas y resultaran, con diversos tipos de afectación, 271 casas y 250 comercios.
Según el meteorólogo José Pablo Valverde, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), para llegar a ese monto de lluvia fue determinante el hecho de que al mediodía comenzó a llover fuerte en las montañas de ese cantón y a las 3 p. m. se sumó un aguacero muy violento en la zona costera, de modo que se juntó el agua que venía de los cerros con la generada en la parte baja. Rápidamente colapsaron los ríos y se desbordaron.
Adicionalmente, desde el 8 de octubre, cuando ocurrió el temporal por el huracán Julia, en la zona no ha dejado de llover durante las tardes y los suelos están sumamente saturados, lo que contribuye con la rápida crecida de los ríos.
Luis Fernando Alvarado, jefe de Climatología del IMN, indicó que los montos más altos variaron desde los 90 litros por metro cuadrado (mm) en Garabito, hasta los 225 en Quepos. En el caso de Quepos, las precipitaciones del lunes representaron el 32% de los aguaceros de todo el mes. Toda esa lluvia se registró entre las 3 p. m. y las 5 p. m.
Según Alvarado, lo ocurrido en Jacó se debe a un efecto dominó de varios eventos ocurridos esta temporada. Se han registrado seis aguaceros con lluvias mayores a las de este 17 de octubre, el mayor fue de 190 mm (el doble) el 21 de julio. Desde ese día los suelos quedaron literalmente “ahogados de lluvia” y ya no son capaces de filtrar más.
El científico manifestó que así como en Jacó, también otras poblaciones del Pacífico y el Valle Central tienen un riesgo alto de sufrir lo mismo en los próximos meses. Recordó que para este miércoles en la tarde y noche se espera el paso de la onda tropical N.° 44, por lo que pidió mucha precaución en carreteras y en zonas propensas a deslizamientos, principalmente en Golfito, Osa, Corredores y Coto Brus.
José Gilberth Madrigal, coordinador del comité municipal de emergencias de Garabito, detalló que entre los ríos que se desbordaron están el Copey, Naranjal, Cañablancal, Gloria y la quebrada Lisa. “Lo que cayó en dos horas fue exagerado, definitivamente estamos viendo efectos del cambio climático”, expresó.
Por esa razón, en algunas partes los vecinos narran que se juntaron aguas de varias fuentes y comenzaron a correr por las calles durante la tarde. Así fue como las corrientes llegaron a la zona comercial de Jacó y dañaron tiendas, cafeterías, sodas y demás locales que todavía la mañana de este martes seguían sacando barro y tratando de recuperar algo entre las millonarias pérdidas que les dejó esta inundación.
Madrigal añadió que es la segunda arremetida lluviosa más fuerte que han afrontado, pues el 21 de julio también sufrieron con lluvias todavía más robustas, pero en ese tiempo los suelos no estaban tan saturados, de modo que gran parte del agua se filtró y los ríos la asimilaron mejor y tardaron más en desbordarse.
Precisó que el mar no tuvo mayor incidencia en los desastres de este lunes, pues la marea alta ocurrió a las 8 p. m., de modo que las aguas corrieron sin mayor obstáculo hacia el Pacífico.
Barrios incomunicados
En ese cantón todavía hay localidades incomunicadas debido a deslizamientos y a caminos socavados por las crecientes de los ríos. Entre ellas Piedra Bruja, Cerro Fresco, Calle Rubí, Calle Loría, Buenos Aires y Calle Samudio, todos ellos en el distrito de Jacó, mientras que en Tárcoles está incomunicada la zona de Pita.
En muchas localidades el río se llevó las tuberías y están sin agua. Este lunes camiones cisternas de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y de acueductos rurales llevaron agua potable a más de 100 familias de Calle Loría, Pueblo Nuevo, Cristo Rey, Calle Agüero, La Pipasa, las Parcelas y otras.
La municipalidad, la empresa privada y particulares han unido esfuerzos para rehabilitar el paso donde hay deslizamientos. En la ruta nacional N.° 34, que es la que une Garabito con Orotina, la maquinaria sigue trabajando para remover piedras, palos y barro que cayeron. Por ratos se habilita el paso regulado de vehículos y luego se vuelve a cerrar para que la maquinaria avance con la remoción de escombros, dijo el funcionario municipal.
Todavía hay un albergue con 59 personas en Herradura, pues algunas familias perdieron viviendas y enseres, por lo que se les atiende con alimentación, colchonetas y servicios básicos.
También están afectados por las lluvias en el Colegio Técnico Profesional de Jacó y en la Escuela La Hacienda.
“Vivimos en un pueblo con personas muy solidarias que nos hemos unido para juntos superar esta emergencia. Estamos trabajando fuerte para limpiar todo y volver a la normalidad para recibir turistas el fin de semana”, dijo Madrigal.
Temporada de cruceros
Juan Carlos Chaves, presidente de la Cámara de Turismo y Comercio Sostenible del Pacífico Central urgió a las autoridades de gobierno para que rehabiliten el paso cuanto antes por la Costanera en las inmediaciones del cementerio de Tárcoles, debido a que estamos en la temporada de cruceros y aunque se esperaba que muchos turistas llegaran a visitar esa zona, el colapso de la vía impide cumplir con los horarios requeridos en esos casos.
El alcalde de Quepos, Jong Kwam Kim, informó de que en su cantón hay caminos dañados y pequeños deslizamientos, pero ahí no fue tan grande la afectación como en Garabito y Parrita, donde también se desbordaron ríos como el Coco y se cerró el paso vehicular por varias horas.
Tres factores inundaron Jacó
Caos se debió a lluvias en la montaña, aguaceros en la costa y suelos saturados
FUENTE: Municipalidad de Garabito/IMN. || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.