El inicio de la época de rayos este año fue más intenso de lo normal. Según datos del Departamento de Descargas Atmosféricas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), en los primeros cinco meses del 2022 se registraron más de 131.000 descargas caídas sobre territorio nacional.
En mayo, por ejemplo, ocurrieron 102.000 descargas, cuando el promedio de ese mes es de 89.000. Hasta el momento, el día con más rayos ha sido el 8 de abril, con 13.500.
Cada año, estos chispazos entre la nube y la tierra cobran la vida o dejan heridas a personas que trabajan o se desplazan a la intemperie. Agricultores, cuadrillas de reparación de averías, deportistas, vendedores informales y hasta turistas suelen afrontar riesgos durante esta temporada.
Las alertas acontecen súbitamente en cualquier parte y son canalizadas por medio del Sistema de Emergencias 9-1-1. Ninguna entidad pública ni de socorro contabiliza de manera específica las personas fallecidas o heridas por rayos, ni los daños que producen esas descargas en el país.
Si lo oye, está en su área de influencia
Si una persona escucha un rayo, eso quiere decir que está bajo su zona de influencia. En el Valle Central, la mayoría cae en Alajuela, Belén, Santa Bárbara, Barva y Heredia. Sin embargo, las zonas con más rayería son la península de Nicoya y los cantones puntarenenses de Quepos, Parrita, Golfito y Osa.
Otras regiones donde los sensores captan muchas descargas son Orotina, San Mateo y Atenas, pero hay la lista de lugares que suelen ser activos incluye Ciudad Quesada, Guápiles y Siquirres.
Según Berny Fallas, en el 2017 cayó la mayor cantidad de rayos contabilizados por el ICE desde que empezó a llevar ese registro, en el 2004, con un total de 1.245.948. Esta cifra es muy superior al promedio anual de 800.000 descargas.
Dicho comportamiento fue atribuido a un intenso inicio de la época lluviosa y a que se presentó, además, un acentuado fenómeno La Niña, lo que hizo que todos los meses de ese año estuvieran por encima de los valores promedio.
Peligro en campo abierto
El 11 de mayo pasado, en Abrojo de Corredores, zona sur, ocurrió el primer deceso del año por esa causa. La víctima fue Bruno Montezuma Sánchez, de 29 años. Era estudiante, agricultor y padre de tres menores. Luego de almorzar, se disponía a ir a la milpa que tenía sembrada y fue alcanzado por un rayo a las 2:30 p. m.
El hombre aprovechó que había escampado y salió al campo, pero solo caminó unos pocos metros. Muy cerca de su casa, fue alcanzado por una descarga en seco.
Un hecho grave ocurrió el 30 de mayo del 2021 en otra comunidad rural de la zona sur. Una pareja de agricultores que estaba en su día de descanso, falleció cuando departía con su hija menor en Ceibo de Buenos Aires, Puntarenas. La niña, de cuatro años, sobrevivió al rayo y alertó de la tragedia a sus familiares.
Esa vez, murieron Javier Acuña Saldaña, de 46 años, y Sarita Hidalgo Arguedas, de 40, quienes estaban en un mirador cuando la descarga eléctrica en seco los sorprendió. La pareja dejó tres hijos.
El guía turístico Pedro Obando Páez, de 31 años, quien laboraba para la empresa The Original Canopy Tour , en Monteverde, Puntarenas,perdió la vida el 15 de junio del 2018. Aquel Día del Padre estaba con un grupo de foráneos que tenía a su cargo y, como comenzaba a llover, procedió a evacuarlos. Él quedó de último en la plataforma del canopy y fue alcanzado por un rayo a las 2:58 p. m.
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Más riesgo en las tardes
Con la llegada de la estación lluviosa, la rayería suele multiplicarse, pues se forman más nubes de tormenta. Los avisos del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) durante esta época casi siempre advierten sobre la actividad eléctrica, principalmente durante las tardes.
Desde el 2004, el Departamento de Descargas Atmosféricas del ICE emite alertas para sus trabajadores de campo abierto, información que también comparte con otras entidades cuyo personal trabaja en exteriores, con el fin de disminuir el riesgo de muerte por rayos.
También el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) publica en sus redes sociales las zonas con más rayería. Pero, a pesar de estos canales de información, las tragedias siguen ocurriendo.
El 9 de abril del año pasado, en Cartago, un peón agrícola de 25 años, identificado como Johnatan Andrés Ramírez Pérez, murió al ser impactado por un rayo en una finca en Llano Grande.
En setiembre del 2018, otro rayo mató, en cerro Pelado de Cañas, a un informático, trabajador de la empresa Ad Astra Rocket. La víctima era muy apreciada por el científico y exastronauta Franklin Chang Díaz, fundador de esa empresa en Guanacaste. El joven salió de paseo con su novia y al regreso los sorprendió una tormenta. La mujer sobrevivió, pero Carlos Martínez Castillo, de 30 años, quedó sin vida en el sitio.
En otras ocasiones, las descargas pueden generar incendios, como ocurrió el 12 de mayo en el plantel de transformadores de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), enla Garita de Alajuela, el cual fue controlado por la brigada interna.
Dentro de las viviendas, los cuidados también deben extremarse, pues la rayería puede producir variaciones de voltaje en las líneas de distribución de energía y ocasionar daños en artefactos eléctricos sin que exista posibilidad de reclamo, pues se trata de eventos atmosféricos fuera de control y, por eso, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) no reconoce indemnización alguna.
Esa entidad recomienda desconectar los artefactos, particularmente los electrónicos, que tienden a ser más susceptibles a variaciones. También sugiere el uso de dispositivos protectores de picos de voltaje.
Pese a que, en sus redes energizadas, la CNFL usa interruptores, fusibles, pararrayos y otros dispositivos para limitar el impacto por rayería en los equipos, no se puede eliminar completamente, informó esa institución, que tiene 597.000 clientes.
¿Qué son?
Los rayos son descargas de electricidad entre regiones de polos opuestos y constituyen uno de los principales peligros de las tormentas. Las descargas que llegan a tierra se denominan rayos, mientras que las que van de una nube a otra se llaman relámpagos.
Ambos términos son normalmente son usados como sinónimos, pero los equipos del ICE y del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), solo registran los rayos, es decir, los que caen a tierra.
Para que se produzca la descarga de un rayo, debe ocurrir la separación de las cargas eléctricas en la atmósfera. La nube debe contener hielo y agua para que las cargas eléctricas se separen lo suficiente como para provocar la descarga eléctrica.
Se forman en cumulonimbos, nubes que alcanzan las alturas frías de la troposfera (superando casi siempre los 10 km de altura), y constituyen una fuente de rayos. A veces, las descargas eléctricas ocurren en el interior de la nube, entre distintas nubes, entre una nube y el aire, y entre una nube y la superficie; estas últimas son las que cobran más vidas.
Los cumulonimbos se caracterizan por ser nubes onduladas que generan granizos, tormenta eléctrica y torbellinos. Para ello, requieren el aporte de humedad que suele llegar más fácilmente en la estación lluviosa, cuando la zona de convergencia intertropical se posiciona sobre nuestro país, explicó el meterólogo Roberto Vindas.
Lo que percibimos como un rayo no es el trayecto inicial entre la nube y el suelo, que ocurre demasiado rápido como para ser visible, sino la descarga de retorno proveniente de la superficie.
Según los expertos, cada rayo tiene un voltaje capaz de encender 100.000 bombillos de 100 voltios cada uno. La mayoría de las descargas se queda en la nube, otra parte cae al mar y el resto, a tierra firme. Entre 11 a. m. y 7 p. m. son las horas en las que más hay actividad, aunque el pico máximo en Costa Rica se registra entre las 2 p. m. y 4 p. m.
Pararrayos y cuidados
Como las cargas eléctricas se acumulan en los puntos más altos, el rayo tiende a buscar cualquier objeto elevado, ya sea un edificio o un árbol. Por ello, no es recomendable guarecerse bajo un árbol.
La mejor protección para edificaciones y quienes las ocupen la constituyen los pararrayos, que son una varilla de metal conductor de electricidad, instalada en la parte más elevada de una construcción.
Esa varilla está unida por un cable a una plancha de cobre introducida profundamente en la tierra. Si el rayo se produce, recorrerá el camino más corto y fácil, que es el que conduce al pararrayos y, como este está conectado al suelo, el rayo, al tocarlo, se descarga sin causar daños.
En caso de la rayería sorprenda a alguien en pleno campo, se recomienda la posición de cuclillas. No camine sobre suelos húmedos o con calzado mojado y busque refugio en lugares bajos, pero nunca en quebradas o ríos, pues el agua es conductora de la electricidad.
El IMN recomienda alejarse de las verjas metálicas o vallas, pues podrían causar la muerte aun sin hacer contacto con ellas.
Dentro de la casa, la máxima seguridad se encuentra sobre la cama, principalmente si es de madera. Los edificios grandes, como escuelas y otros similares, también son sitios seguros.