El volcán Rincón de la Vieja registró esta tarde una efusiva erupción de gases y cenizas con una pluma que se elevó a unos 3.000 metros sobre el cráter activo, que está a 1.700 metros sobre el nivel del mar.
Las cámaras el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) detectaron la actividad a las 2:34 p. m. Como el cielo estaba despejado, las cámaras de video captaron la pluma que fue visible desde poblados de Upala y Liberia, en cuyo límite común se encuentra ese macizo volcánico.
Los sismógrafos, el equipo de infrasonido de la estación recién colocada en la cima, detectaron paso a paso los sismos previos y la explosión. De igual forma, los vecinos de zonas cercanas también alertaron sobre la actividad al observar la pluma blanca, rica en vapor de agua, gases y cenizas, que se dirigió hacia el noroeste del volcán.
El Rincón de la Vieja ha tenido en las últimas semanas frecuentes erupciones freáticas de baja energía y plumas eruptivas con alturas menores a los 1.000 metros, pero también varias erupciones más energéticas como la reportada este jueves.
![Una efusiva pluma que se elevó a 300 metros sobre el cráter activo fue captada desde el flanco norte este jueves. Foto: Cortesía Mauricio Gutiérrez](https://www.nacion.com/resizer/v2/GOHGJ5PGWVGXDCO6R6ZWES3JWM.jpeg?smart=true&auth=d5d61de7fed00490e65b5a843547db38e7b4cc8b709b2ca3afec3107826b3e41&width=1600&height=900)
Según Javier Pacheco, vulcanólogo del Ovsicori, en las últimas semanas el promedio diario es de dos erupciones. Explicó que el reservorio de magma que está a unos cinco kilómetros de profundidad, emana burbujas que interactúan con el agua infiltrada en el macizo.
“Es posible que algún volumen pequeño de magma ascienda con las burbujas y llegue cerca de la superficie donde interactúa con el acuífero y surgen esas erupciones”, dijo el científico. Agregó que todavía los signos no muestran evidencias de mucho magma disponible para una erupción fuerte, pero le siguen el pulso, pues la actividad ha aumentado debido a un volumen pequeño que ascendió y genera las recientes erupciones.
En la de este jueves hubo expulsión de sedimentos del lago, pero la mayor parte quedó en las falda del coloso y baja en forma de lahares.
El color lechoso que se observó en las quebradas cercanas, como la azufrada y los ríos Azul y Pénjamo que corren por la ladera norte del volcán hacia Buenos Aires de Aguas Claras y Cuatro Bocas de Upala, evidencian que les cayó material de la laguna cratérica.
Laguna más liviana
Una particularidad es que las constantes erupciones así como la evaporación y las pocas lluvias caídas han bajado en varios metros el nivel de la laguna.
Al haber menos peso del agua en la cima, hay menos presión en el cráter y eso facilita que las erupciones tengan menos resistencia al salir y por eso llegan más alto.
“Cada vez hay menos agua en la laguna, cuya temperatura ronda los 35 grados Celsius. Gran parte se evapora y como las precipitaciones son escasas no reponen el agua, de modo que cada vez hay menos”, puntualizó Pacheco.
La Comisión Nacional de Emergencias confirmó que esta última erupción expulsó material y generó corrientes de barro calientes (lahares) hacia los cauces cercanos. Además hizo un llamado a los pobladores a mantenerse alejados de los cauces cercanos, ya que podrían transportar materiales y sedimentos.
También recordaron a la población que el acceso a la cima está prohibido e insisten en no subir de manera ilegal, por el riesgo que implica.
Los comités comunales de Upala están pendientes a las condiciones de lluvia que pudiesen generar el descenso de material de las partes altas.