La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), que desde el 29 de octubre afecta Valencia y otras regiones cercanas en España, ha dejado más de 200 muertos, miles de damnificados y millonarias pérdidas. Este fenómeno es exclusivo de latitudes alejadas de Centroamérica, por lo que no se forma en países tropicales como el nuestro.
Así lo explicó Daniel Poleo, coordinador del Departamento de Desarrollo del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), quien indicó que se trata básicamente de un ciclón, pero a gran altura, a unos nueve kilómetros de altitud.
Poleo señaló que, debido a que el mar Mediterráneo está aproximadamente dos grados por encima de su promedio, la humedad y el aire caliente ascienden en la atmósfera y, al encontrarse con la gran bolsa de aire frío de la DANA, el agua se condensa, iniciando las precipitaciones.
Cuando esas masas cálidas remanentes del verano chocan con las masas frías del invierno, se forma este disturbio, común en toda Europa, pero más frecuente en la franja del Mediterráneo, la Riviera francesa e Italia. Este fenómeno también puede ocurrir en otras zonas de latitudes medias en distintos continentes, como en Estados Unidos y Canadá, donde recibe otro nombre.
Poleo comentó que normalmente estos disturbios, anteriormente conocidos como “Gota Fría”, se presentan en otoño en Europa. Sin embargo, la DANA que afectó a Valencia es de una intensidad inusual y, en más de 100 años, ha sido una de las más desastrosas en España, lo cual atribuyó a que el Mediterráneo está más cálido de lo usual.
Dijo que en algunos puntos se registraron más de 300 litros por metro cuadrado en 24 horas, lo cual es mucho para esa región, donde no llueve tanto como en nuestro país.
El experto destacó que Valencia y las ciudades vecinas tienen abundante infraestructura de concreto, lo que impide que el agua se absorba adecuadamente; en cambio, si esos 300 mm hubieran caído en el Pacífico sur de nuestro país, el impacto sería distinto, dado su terreno más montañoso. Además, las lluvias extremas en España se produjeron cuando los suelos ya estaban saturados, pues llevaba varios días lloviendo, lo que aumentó el impacto.
Según Poleo, es poco probable que ocurra otro evento tan extremo en el corto plazo, aunque las DANAs en Europa son comunes entre el 23 de setiembre y el 21 de diciembre.
A diferencia de un ciclón, cuya intensidad se mide por la velocidad de sus vientos, en el caso de las DANAs, la intensidad depende de la profundidad o extensión vertical del disturbio, el cual, en el caso de Valencia, alcanzó casi 10 kilómetros, lo cual es sumamente fuerte.
En cuanto a la alerta, Poleo informó que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) emitió un aviso meteorológico desde el 26 de octubre sobre un fenómeno intenso. Incluso, el martes 29, día de la tragedia, a las 7 a. m. se emitió una alerta roja, y el desastre comenzó a las 8 p. m.
Lo que más se asemeja a una DANA en nuestra región son las vaguadas
Lo más parecido a una DANA en nuestra región son las vaguadas tropicales en altura, aunque estas carecen del aire frío proveniente de masas polares, como el que se mezcla en España con el aire cálido y húmedo del Mediterráneo. La mayor frialdad de las DANAs en Europa aporta más energía a los sistemas.
En nuestro país, esas vaguadas, combinadas con ondas tropicales o el ingreso de vientos alisios, han generado lluvias extremas, como ocurrió en Turrialba en julio de 2021, cuando cayeron más de 450 litros por metro cuadrado de lluvia, superando el promedio mensual de 370 litros. En esa ocasión, se arrasaron casas, puentes, fincas y comercios, aunque las condiciones de construcción, pendiente y zonas forestales en nuestro país son muy distintas a las de España.
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Algo similar ocurrió al año siguiente en varios cantones como San Carlos, Parrita y Quepos. En Herradura de Garabito, el 21 de julio de 2022 cayeron 189 mm en ocho horas, siendo que la lluvia normal de todo julio es de 326 mm. Ese mismo día, en Dominical de Osa, cayeron 262 mm en nueve horas; en esa región, el promedio de todo julio es de 453 mm, es decir, llovió en pocas horas lo equivalente a más de 15 días.
Cuando ocurre una vaguada, el IMN emite un aviso sobre lluvias extremas, aunque generalmente no se especifica que se trata de una vaguada, ya que todavía es un término que gran parte de la población no comprende bien. En Turrialba se colocó en el 2023 un sistema de alerta temprana y una estación meteorológica en las faldas del volcán Turrialba, para alertar a tiempo en caso de que se repita algo similar.
En la siguiente imagen se puede apreciar cómo se comportan los mantos nubosos cuando se forma una vaguada sobre nuestro país:
Manto nuboso en forma de V
Regiones que queden delante del eje serán las que reciban aguaceros
FUENTE: IMN. || Kimberlyn Zamora y Hugo Solano / LA NACIÓN.