La inundación provocada por la crecida del río Cañas, en Salitrillos de Aserrí, no le dio tiempo a Vinicio Solís de sacar las cosas de su tamalera La Flor, la cual lleva abierta 25 años y tiene 15 empleados.
Él dice que estaban trabajando normalmente y, a la 1 p.m. del viernes, comenzó a llover muy fuerte, con ráfagas y mucha intensidad. Anteriormente, el río Cañas, que pasa por detrás de la tamalera, crecía al haber una fuerte lluvia, pero nunca había ocurrido lo que pasó ayer.
“Vimos que el muro que teníamos atrás, para protegernos del río, colapsó y el agua comenzó a meterse a la tamalera, justo donde se cocinan los tamales. Fue en muy poquito tiempo que eso ocurrió” , relató Solís.
Inmediatamente, al ver que el agua se metía con esa intensidad, corrió a sacar los dos carros que tenían en la cochera; los sacó, pero cuando regresó por lo demás, el agua ya estaba sacando el congelador, unas gallinas, la leña para cocinar los tamales y los estañones donde estaba la manteca. No le dio tiempo de salvar nada más.
“Una capa de 30 centímetros de barro cubrió todo el piso, los empleados ayudaron a recoger el desastre; por dicha los tamales no se perdieron ya que los almacenamos en otro lugar”, explicó el duelo de la tamalera.
Este sábado se dedicaron a recoger y a lavar el local.
“Mañana vamos a ver si despegamos unos perlin de donde colapsó la galera donde estaba la leña. Nunca había pasado algo así, las pérdidas son por dos millones solo por el muro que colapsó, la manteca ¢300 mil y otras cosas que se perdieron. Los empleados estaban realmente muy asustados”, explicó.
El viernes, los fuertes aguaceros de la tarde provocaron la crecida del río Cañas y súbitas inundaciones que afectaron varios puntos del cantón de Aserrí, especialmente Salitrillos, donde el agua corrió violentamente a lo largo de tres kilómetros, invadió calles y anegó viviendas.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) detalló que los sectores más afectados, además de Salitrillos, son barrio El Carmen, en ese mismo cantón; así como Las Tablas, en San Rafael Abajo y San Juan de Dios, en Desamparados. En esos tres distritos viven más de 66.000 personas, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos.