La secuencia sísmica de Tilarán, que en la madrugada de este miércoles registró dos temblores sentidos en Guanacaste y Alajuela, llama la atención de los científicos por la gran cantidad de microsismos, similar a la forma en que comenzó el enjambre sísmico de Puriscal en 1990.
De acuerdo con Leopold Linkimer, de la Red Sismológica Nacional (RSN), la actividad en Tilarán empezó hace 11 días y al principio se asemejaba a un enjambre de sismos de tamaños similares, pero evolucionó hacia temblores de magnitud mayor a 4. Los más fuertes hasta el momento ocurrieron esta madrugada, con magnitudes de 4,4 a las 12:08 a.m. y de 4,9 a las 12:09 a.m.
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Con el pasar de los días, la cantidad y frecuencia de temblores asociados a esta secuencia se intensificó. En cuestión de 24 horas, la RSN detectó más de 150 eventos pequeños. A las 5 p.m. de este miércoles, la RSN había localizado un total de 253 sismos ocurridos desde el 1.º de junio.
Según explicó el científico, una amplia red de estaciones permitió capturar la sismicidad, darle seguimiento y confirmar que desde el 1.º de junio la actividad comenzó a ganar fuerza, con nueve eventos de magnitud mayor a 3,5. El martes, a las 8:08 a.m., se registró un sismo de magnitud 4,1.
Linkimer indicó que todos los sismos están dentro del sistema de fallas Chiripa, que tiene una serie de ramales al noroeste del lago Arenal. Destacó que la sismicidad no tiene relación con los volcanes Tenorio o Arenal, que se encuentran geológicamente dormidos, ya que los temblores ocurren fuera de los macizos volcánicos.
Temblor de 4,9 encabeza ola sísmica
Tilarán venía con microsismos desde el 26 de mayo
FUENTE: RSN/UCR || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
El origen de los sismos se encuentra en la corteza de la placa Caribe, a profundidades de entre cuatro y siete kilómetros. En esa zona de Tilarán se han registrado los terremotos de falla local más altos del país, con magnitudes de 6,5, superiores a los de Cinchona (6,2) el 8 de enero de 2009; el del 4 de mayo de 1910 en Cartago (6,4) y el del 30 de junio de 1990 en Puriscal (5).
En 1911, muy cerca del mismo sistema de fallas del actual enjambre, ocurrió el terremoto de Guatuso con magnitud 6,5. El 14 de abril de 1973 hubo otro de igual magnitud en Tilarán, que dejó 23 personas muertas debido a deslizamientos en zonas cercanas al epicentro.
Linkimer informó que los temblores de este miércoles en la madrugada fueron sentidos entre fuertes y moderados en La Fortuna, Tilarán, Upala, Guatuso y Cañas. A las 9:47 a.m. de este miércoles, los vecinos de Tilarán también reportaron haber sentido otro temblor de magnitud 3,8. Los epicentros han ocurrido en las localidades de Campos Azules, Guadalajara, Tejona, Río Piedras, Naranjos Agrios y Ranchitos de Tilarán, entre otras.
Como la zona del epicentro, al noreste de la localidad de Tierras Morenas de Tilarán, es poco poblada, la cantidad de reportes recibidos es menor a los que se habrían acumulado si los sismos hubieran ocurrido en áreas de mayor población.
Esteban Chaves, sismólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), dice que la secuencia en los últimos cinco días ha ido migrando del suroeste al noreste a lo largo del sistema de fallas locales.
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El riesgo de deslizamientos ante sismos moderados, como los de esta madrugada, se intensifica durante la estación lluviosa. Una sacudida intensa en zonas de altas pendientes puede propiciar el desprendimiento de tierra en áreas inestables y con suelos saturados. Algo similar ocurrió con los terremotos de Cinchona y el de 1952 en Patillos de Coronado, en las faldas del Irazú, donde hubo fallecidos por causa de deslizamientos.
Como parte de la secuencia, se espera que continúen los temblores en las próximas horas, aunque no se puede predecir con certeza si alguno será más fuerte que los del miércoles. A las 3:22 p.m. ocurrió uno de los más recientes, con magnitud 2,2, a 9 km al este de Tierras Morenas, Tilarán.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) recuerda que nuestro país es altamente sísmico, por lo que es fundamental tener actualizado el plan de emergencias. Este consta de siete pasos, tales como identificar los riesgos externos, definir zonas seguras, hacer el croquis de evacuación y alistar el maletín de emergencias. El maletín debe estar en un lugar que todos conozcan y contener una linterna, agua, medicamentos, alcohol, cepillos de dientes, pasta, papel higiénico y, de ser posible, copias de los documentos de identidad.
En abril del año pasado, La Nación publicó que se cumplieron 50 años del terremoto de Tilarán y reprodujo la noticia de la época, donde se narraba cómo un terraplén sepultó a dos familias enteras.
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