El 5 de setiembre del 2012, a las 8:42 a. m., el país vivió la segunda sacudida más fuerte de la historia: el terremoto de Nicoya de 7,6 grados de magnitud de momento (Mw).
Ayer, sábado, de cumplieron tres años del evento.
En mayo pasado, la revista científica Geochemistry, Geophysics, Geosystems , publicó un estudio de investigadores estadounidenses y costarricenses, el cual concluye que aquel meneón, del que los pobladores solo sentimos 30 segundos, tardó 71 días para liberar su energía.
Marino Protti Quesada, especialista del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), y quien formó parte del equipo de científicos, dijo que la conclusión la obtuvieron al analizar los datos extraídos de 20 estaciones de Global Positioning System (GPS), operados por el Ovsicori, en la península de Nicoya y alrededores.
“La gente siente esos 30 segundos donde todo se mueve y se cae, pero el sismo sigue ocurriendo por mucho más tiempo (...). Las estaciones sismológicas registran lo que ocurrió en aquel instante, pero las estaciones de GPS siguen recogiendo datos.
”Es así como se determinó que del total del deslizamiento, se tiene que un 70% se dio durante esos primeros 30 segundos (...). Para los primeros cinco minutos ya se había liberado cerca del 75%, tres horas después del terremoto llegaba a un 84% y el 16% restante saldría durante los siguientes 70 días”, precisó el experto.
Al ahondar en el hallazgo, Protti manifestó que con el GPS se logró conocer el desplazamiento en la península, hasta que llegó al momento de estabilización.
“Lo que queda uno viendo después de 70 días es la relajación del manto (terrestre) y esa información es muy útil para ver su viscosidad (...). Un año y medio después del sismo, no se había acoplado completamente (...). Los datos son tan ricos que vamos a pasar años descubriendo cosas con esa información”, afirmó.
Energía liberada. Protti añadió que con los datos que tienen, se puede determinar que tres años después del terremoto, la falla que está debajo de la península de Nicoya no ha empezado de nuevo a recargar energía.
“Lo que nosotros creíamos era que con el terremoto de 1950 (ocurrió el 5 de octubre y que fue de 7,7 grados), comenzó a cargarse de energía (...). Pero, con la información actual, vemos que no.
”Este sismo (el del 5 de setiembre) liberó lo que se había acumulado en los últimos 22 años, no de los últimos 60 años (...). Aún queda mucho por liberar”, aseveró.
El especialista explicó que no podría asegurar cuánta es la cantidad de energía que todavía queda acumulada en la falla.
Otro elemento que lograron extraer de los datos aportados por los GPS fue el levantamiento de la costa. “ Entre Nosara y Carrillo fue de unos 60 centímetros (...) y hay un hundimiento en la parte del golfo de Nicoya que es de unos 12 centímetros. Por un lado, tenemos levantamiento, pero por otro hay hundimiento”, explicó .
Precisamente, una de las estaciones de GPS localizada en Caballito de Quebrada Honda de Nicoya, registró que al momento del sismo bajó 40 centímetros y de inmediato se volvió a levantar.
El sistema determinó que ahí quedó una deformación de 12 centímetros. “Quedó documentado; es lindísimo e impresionante la utilidad de esto”, indicó.