Las bandas asociadas de la tormenta tropical Pilar alcanzarán su mayor cercanía con las costas de El Salvador y Nicaragua este martes por la noche, y luego virarán hacia el norte y el oeste, alejándose del istmo el miércoles, en dirección al mar abierto. Aún así, los riesgos de lluvias intensas y posibles inundaciones y deslizamientos persisten.
Este lunes, el ciclón estaba aproximadamente a 610 kilómetros del golfo de Papagayo, Guanacaste, y a las 4:30 p. m. de este martes, se encontraba a 467 km. Será hasta el miércoles 1.° de noviembre cuando comenzará a alejarse y a disiparse los efectos de las bandas que han aumentado las precipitaciones en Guanacaste y el Pacífico.
El Centro Nacional de Huracanes indica que este ciclón tropical presenta vientos sostenidos de 85 km/h y se mueve a 6 km/h, hacia las costas de El Salvador y Nicaragua el martes por la noche, pero se espera que el eje realice un giro antes de llegar a tierra y se enrumbe a mar abierto, por lo que serán las bandas asociadas las que causen las lluvias en ambos territorios.
Estos países están en alerta máxima debido a que los vientos ya han causado al menos dos muertes en El Salvador por la crecidas de ríos. Por ahora no se vislumbra la posibilidad de que el ciclón alcance los 119 km/h en sus vientos asociados para pasar a categoría de huracán, pero la inestabilidad que genera requiere de extremar cuidados al máximo todavía durante el miércoles.
La razón por la cual el eje del sistema tiene previsto un giro en el océano la noche de este martes obedece a la influencia de un frente frío que se formó en el hemisferio norte y llegó al golfo de México en las últimas horas, explicó Rebeca Morera. Esa condición evitará que el ciclón ingrese a tierra y que solo sean sus bandas más externas las que generen lluvias en El Salvador y Nicaragua, así como en algunas partes de Guatemala y de nuestro país de manera indirecta.
A la expectativa
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) mantiene la alerta naranja solo en el Pacífico norte y el Pacífico central de Costa Rica. Se disminuye esa condición en el Pacífico sur, que pasó a condición de alerta amarilla, debido a que en esa zona no se prevén aguaceros tan fuertes.
La alerta naranja se dicta cuando hay condiciones de riesgo alto y se estima que el evento pueda afectar a la población, sus sistemas productivos y su accesibilidad a servicios básicos, entre otros. Con esta alerta la población debe tomar medidas para minimizar el impacto, se movilizan de inmediato los comités de emergencia de cada cantón, se refuerza el personal y se reabastecen las bodegas.
El Valle Central y el resto del país siguen con alerta amarilla, salvo el Caribe, que está en alerta verde pues es la zona con manor afectación proyectada.
La tarde de este martes en varios sectores de Cartago como Oreamuno y El Tejar de El Guarco hubo aguaceros fuertes. En urbanización las Catalinas de El Guarco, como ha sido recurrente en los últimos años, varias casas y locales comerciales tuvieron inundaciones por problemas de alcantarillado.
Según el IMN, además de Cartago hubo lluvias entre moderadas y fuertes en Guatuso y Upala, la vertiente del Pacífico: Guanacaste y Río Nuevo de Perez Zeledón. En el Pacífico Sur hubo aguaceros con máximos de 70 mm. en Osa.
Alejandro Picado, director de la CNE dijo que en la noche del lunes también hubo nueve casos de inundaciones, la mayoría en Puntarenas por crecida del río Naranjito que afecta comunidades de El Roble, Barranca y Chacarita, las cuales siguen sin agua potable en sus tuberías por la ruptura de un dique el fin de semana. También hubo anegamientos en los cantones de Garabito, Jiménez, La Unión y Nicoya.
La CNE mantiene abierto un albergue con 15 personas en Santa Cruz. En Lagartero de Bolsón, Santa Cruz, la crecida de ríos obligó a finqueros a mover ganado a zonas altas desde el lunes.
Lluvias sobre suelos saturados
En nuestro país, la interacción del sistema ciclónico con la zona de convergencia intertropical generará condiciones sumamente inestables y húmedas en las próximas horas.
Las zonas que requieren especial cuidado en este momento son el Pacífico de Guanacaste, Puntarenas, Quepos y Parrita, así como las zonas montañosas del Valle Central y la zona norte, debido a que los suelos están saturados por las lluvias de los últimos días.
Se pronostican los aguaceros más fuertes en las regiones del Pacífico norte y el Pacífico central y sur, con montos entre 50 y 80 mm. y de hasta 100 mm. en periodos de 12 horas.
Hay posibilidad de ráfagas ocasionales de viento en el Pacífico norte con rango estimados entre 20 km/h y 40 km/h y máximos de hasta 70 km/h. Mientras que, en las partes montañosas de país alcanzarían los 60 km/h.
Nueva amenaza en ciernes
En la segunda parte de la semana, continuará el régimen de lluvias, con un aumento significativo de aguaceros debido a otro fenómeno que se acerca a Centroamérica en dirección a la frontera entre Honduras y Nicaragua, esta vez desde el mar Caribe.
Este sistema de baja presión se encuentra entre Puerto Rico y Colombia. Según el Centro Nacional de Huracanes, actualmente tiene un 30% de probabilidad de convertirse en un ciclón tropical en 48 horas, aumentando a un 70% de posibilidades en siete días.
Rebeca Morera señala que aunque los análisis actuales y los modelos numéricos muestran incertidumbre, hay coincidencia en que este sistema podría organizarse mejor y moverse hacia el centro del mar Caribe, acercándose a las costas de Centroamérica.
En caso de que esto suceda, podría generar interacción con el cinturón nuboso de bajas presiones denominado zona de convergencia intertropical, e inducir un flujo constante de humedad desde el océano Pacífico hacia el territorio nacional a partir del viernes y durante el fin de semana. Esto podría resultar en un escenario lluvioso en regiones del Pacífico y, en menor medida, en otros sectores del país.
El IMN mantiene una estricta vigilancia y actualizará la información de forma inmediata sobre la posible formación del fenómeno en ciernes y sus eventuales efectos en el país.