En 52 años que tiene de vivir en su casa, al costado suroeste de la plazoleta de la basílica de Los Angeles, Ana Maroto Céspedes nunca había experimentado algo tan terrible como lo que vivió este miércoles 15 de setiembre en barrio Los Ángeles de Cartago.
“Las latas venían como del parque de Cartago hacia la basílica, la gente estaba muy nerviosa. Mi casa sufrió grandes daños en el techo porque el viento se llevó las láminas de cinc y algunas partes del cielorraso”, dijo.
Añadió que poco a poco comenzaron a arreglar para tratar de salir adelante, después del susto vivido.
Afirma que se encontraba sola y tenía miedo que el viento se llevara toda la casa. “Le pido a Dios que no vuelva a ocurrir algo así. Yo me encontraba en un dormitorio, ahí me refugié pero ante el temor de un circuito primero desconectó la caja de breakers.
“Por dicha mi familia vino rápido a la casa”, dijo la mujer, de 72 años. “Siempre le pido a la Negrita que nos proteja porque soy muy devota de ella”.
Al igual que ella, los dueños de otras cinco casas cercanas realizaban reparaciones este jueves, lo mismo que en uno de los comercios afectados que está a 200 metros.
Se trata de un chinamo de comidas, denominado El Saday, donde la fuerza del viento más se ensañó y dejó a dos personas con lesiones leves y una destrucción total.
Según su dueño, Franco Angulo, este 15 de setiembre cumplía dos meses de haberlo puesto, luego de año y medio de no trabajar por causas de la pandemia.
Ahí laboran ocho personas. En ese momento habían unos clientes consumiendo, mientras que Angulo estaba en su casa porque hace poco le operaron un brazo.
“Gracias a Dios que no hubo pérdidas humanas a como quedó todo. A un muchacho le cayó un tubo en la cabeza y tuvieron que suturarlo con tres puntadas, de igual manera se trasladó a una muchacha a la que le cayó agua caliente en un brazo. Dicen que el estruendo fue tan grande que todos salieron a la calle”, explicó.
Estimó las pérdidas económicas en unos ¢60 millones. Añadió que la póliza vigente es solo para los empleados.
A raíz de la emergencia un amigo le ayudó a levantar los escombros y tuvo que contratar maquinaria para remover lo más pesado, porque no llegó ayuda municipal.
Agregó que a su camión le cayó un toldo encima y lo abolló.
Demolerán batería de baños
Tras una revisión minuciosa, el rector de la basílica de Los Ángeles, Miguel Adrián Rivera, confirmó que los daños en el templo son mínimos y que la instalación eléctrica está en perfecto estado.
“Lo que está más afectado es el edificio de los servicios sanitarios públicos, que prácticamente hay que demolerlo”, manifestó.
La segunda planta, que funcionaba como bodega de suministros de la Pastoral Social se perdió. En la parte de la tienda El Santuario, la caída de árboles afectó algunos de los quioscos.
Aún no han calculado las pérdidas. Ahora se enfocan en levantar el edificio de servicios sanitarios, para ponerlo a funcionar cuanto antes.
El sacerdote estaba en la oficina parroquial. Dice que oyó un ruido muy fuerte y que los vehículos ubicados frente a la casa cural se vieron afectados, mientras que de la edificación donde estaba se perdieron algunas láminas del techo.
“Había poca gente en los alrededores, porque ya se veía que iba a llover. La gente que estaba se protegió en la oficina parroquial. En la basílica habían 25 personas, las cuales también fueron ubicadas en un lugar seguro y se cerraron las puertas”, explicó.
Personal de la municipalidad y de empresas de cable e Internet se encontraban la mañana de este jueves en los alrededores de la zona realizando limpieza y reparaciones.