Corredores. El fuerte sismo registrado en la zona sur del país dejó sin vivienda a Roy Arias Durán, un reparador de bicicletas que reside en la comunidad de Laurel, Corredores de Puntarenas.
Según contó, él que se encontraba con un cliente, arreglándole la bicicleta cuando empezó a moverse la tierra. Su vivienda, relató, se estremecía.
Arias, de 59 años, relató que apenas logró salir porque el movimiento era muy fuerte y lo hacía pegar con las paredes y el marco de la puerta.
A duras penas, acompañado por su cliente, se puso a salvo en el parque que queda frente al maltrecho inmueble.
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Bastaron unos pocos segundos para que los cimientos de su casa quedaran todos torcidos.
“Me quedé viendo y la casa se hacía para todo lado y ya cuando me di cuenta era que se había torcido todo adentro, ahí fue donde me agarró una congoja de ver la casa toda torcida, inhabitable”, lamentó.
La misma tarde de este miércoles, procedió a sacar las cosas que considera de mayor valor para dejar definitivamente el que ha sido su hogar por décadas, una humilde casa de las que quedaron de la compañía bananera.
“La casa había aguantado otros temblores, pero ya este sí no aguantó”, sostuvo al recordar que no es la primera vez que vive un fuerte sismo en esta zona.
Impactados
En medio de la conmoción, vecinos se acercaron a ofrecerle café con pan. También recibió el ofrecimiento de un lugar para pasar al menos una noche.
Según dijo, este jueves, funcionarios de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), lo visitarán para ayudarle en una solución de vivienda.
Al igual que a don Roy, el sismo de esta tarde puso a correr a vecinos y comerciantes de Corredores y otras comunidades de la zona sur.
Horas más tarde seguían sin reponerse de lo ocurrido. Algunos aseguraron que fue uno de los más fuertes que recuerdan.
Ese fue el caso de Telma Alméngor, quien trabaja como dependienta en una panadería.
La mujer contó que con dificultad logró salir del local, pues la puerta no se sostenía abierta. Afuera, las lámparas de la terminal de buses se mecían y sonaban con fuerza los rieles que sostienen dicha infraestructura.
En el centro de Paso Canoas, dentro del supermercado panameño California, el sismo sorprendió a Katherine García. quien relató que las personas comenzaron a gritar cuando el movimiento se intensificó, mientras los artículos caían de las góndolas.
Los clientes, entretanto, trataban de llegar a alguna de las tres salidas que tiene este local de gran tamaño, mientras otras se protegían para resultar golpeados por los artículos que caían. .
De acuerdo con el reporte de la Red Sismológica Nacional, el sismo de este 21 de julio tuvo su epicentro 113 kilómetros al sur de Punta Burica, en Panamá, la magnitud fue de 7 grados y la profundidad fue de 10 kilómetros.