El volcán Rincón de la Vieja inició un nuevo ciclo de actividad desde mediados de abril, en el que muestra la sismicidad más fuerte en los últimos cinco años. Las mediciones de deformación acumulada en el volcán revelan que es la más pronunciada desde 2017.
Aunque esa deformación en la base del edificio volcánico y el levantamiento en la cima han desaparecido en los últimos días, los flujos y composiciones de gases indican una fuente magmática somera. Esas observaciones sugieren la posibilidad de un aumento en la actividad en este volcán, cuyo sistema es altamente dinámico y puede cambiar a corto o mediano plazo, como ha ocurrido en ciclos anteriores.
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Los factores internos, detectados por instrumentos de medición, junto con una emisión de gases efusiva, han llevado a los científicos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) a emitir una alerta ante la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), sobre una erupción volcánica inminente.
Geoffroy Avard, vulcanólogo del Ovsicori, mencionó que la desgasificación de ceniza y la emisión de partículas son casi continuas, aunque a veces no se pueden observar debido al tiempo nublado. Además, se han reportado olores a azufre en varias comunidades, incluso algunas alejadas de este coloso, cuyo cráter activo se encuentra a 1.916 metros sobre el nivel del mar.
Estos factores llevaron a la CNE a declarar este 5 de mayo una nueva alerta verde para los distritos upaleños de Dos Ríos y Aguas Claras, así como para Mayorga, Cañas Dulces y Curubandé de Liberia.
A partir de ahora, los comités locales de emergencia deben monitorear la caída de cenizas y gases en las zonas afectadas, así como mantenerse activos y vigilar los sectores de mayor riesgo en los distritos mencionados.
Las autoridades instan a la población a tener precaución y evitar ingresar a las zonas de mayor riesgo volcánico, como la cima del volcán, cerrada para turistas desde julio del 2012, y los ríos que drenan por la vertiente norte (Upala), donde generalmente descienden los lahares o corrientes de lodo y palos.
Ante la posible caída de gases y cenizas, se pide a la población, especialmente a la que habita en zonas de riesgo, que se mantenga informada y acate únicamente los mensajes difundidos por las instancias oficiales.
Los residentes deben evitar exponerse innecesariamente a la caída de cenizas y estar preparados ante la posibilidad de lahares. En caso de exposición, deben cubrirse las vías respiratorias y los ojos. En las viviendas, se recomienda cerrar ventanas y puertas, además de colocar paños húmedos en umbrales de puertas y entradas de aire.
Hace casi un año, el 26 de mayo del 2023, la CNE dictó una alerta similar ante el aumento en los signos de ese volcán cuya cima está entre los cantones de Liberia (Guanacaste) y Upala (Alajuela). Esa vez los sobrevuelos demostraron que las erupciones habían expulsado material del fondo del lago y generaron corrientes de lodo caliente, además de lanzamiento de ceniza.
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