A las 7:49 a. m de este domingo, el volcán Turrialba registró una erupción de 200 metros de altura sobre el nivel del cráter; la duración del evento fue de un minuto de acuerdo al informe del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).
Por el momento, no hay registro de daños a viviendas, edificaciones o personas, sino solo una leve caída de ceniza en el Parque Nacional Volcán Irazú.
Asimismo, el Laboratorio de Química de la Atmósfera de la Universidad Nacional (UNA) estimó posibles zonas donde el azufre podría afectar como Finca Silva y Finca Central en las cercanías del Volcán Turrialba.
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El informe del Laboratorio también indicaba que el volcán emitió gases a 50 kilómetros de distancia desde las 3 a. m y hasta las 6 a . m.; los vientos tuvieron dirección hacia el oeste.
En junio, las autoridades del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) informaron de que, en la segunda quincena de junio, podría abrirse el ingreso al volcán, luego de que, en enero pasado, el coloso hizo una fuerte erupción de flujos piroclásticos (compuestos de gases y material sólido) considerada por los expertos como la más importante desde el 2019.
En esa erupción del 17 de enero, el flujo de cenizas se extendió por unos 400 metros en la zona del cráter. Una medición con instrumentos realizada al día siguiente, la cual se comparó con otra de dos años atrás, encontró que la erosión y las cenizas en algunos puntos alcanzaron cerca de 40 centímetros de más.
Javier Pacheco, vulcanólogo, dijo en esa ocasión que en la última erupción fuerte hubo piedras de hasta 10 centímetros, lo que evidenció que el volcán aún es peligroso; sin embargo, esas rocas no alcanzaron la zona del mirador. El viento ese día corría hacia el oeste y las cenizas más finas llegaron hasta varios puntos del Valle Central.
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